La incertidumbre generada por las caídas del bitcoin, y con él el resto de monedas virtuales, ha provocado que un buen número de inversores busquen un destino con menor riesgo que garantice la rentabilidad de su cartera. El valor seguro de los metales preciosos, con una tendencia alcista hasta final de año, convierte a estos activos en la mejor alternativa para el criptoinversor desengañado. Los expertos de la plataforma coininvest.com nos explican por qué.
Es cierto que ambos inversores muestran rasgos comunes, ya que coinciden en diversificar evitando la compra de recursos tradicionales, demasiado expuestos a la inflación y a las crisis económicas. De hecho, es habitual que en su cartera se complementen ambos productos, ya sea por separado o en la figura de las stablecoins respaldadas por metales preciosos. Pero las últimas y más que relevantes turbulencias de las cripto han devuelto el protagonismo a las materias primas, y más concretamente a los metales preciosos, cuya rentabilidad aumenta cada año dada su permanente demanda en la industria.
Según los expertos de coininvest, existen seis razones que explican el transfuguismo del criptoinversor hacia, sobre todo, metales preciosos como el oro y la plata:
Volátil vs estable. Las fluctuaciones en el precio de los metales preciosos son mucho más moderadas en comparación con las criptomonedas. Algo casi exclusivo de este mercado es la posibilidad que tiene de multiplicar en poco tiempo una inversión. Esto funciona en ambos sentidos, ya que las caídas de precio ocurren igual o incluso más rápido que las subidas.
Especulación no; inversión a largo plazo. Las criptomonedas se utilizan a menudo como una inversión especulativa, con solo un corto período de posesión del activo en sí. El oro y la plata es una inversión a largo plazo, especialmente en forma física. Su posesión, si bien no garantiza una rápida rentabilidad elevada, sí reduce la exposición a grandes pérdidas.
Lo físico tranquiliza más que lo virtual. Los tangibilidad de los metales preciosos, ya sea en forma de lingote o moneda, ofrece una mayor sensación de control sobre la inversión que el registro en una cuenta online.
Aceptación universal. Mientras que la legalidad de las criptomonedas es aún discutible en más de medio planeta, donde se suceden cada día más y mayores medidas restrictivas, los metales preciosos se pueden convertir fácilmente a cualquier divisa, e incluso son aceptados como medio de pago en cualquier país del mundo.
Ahora es el momento. El oro, la plata y el platino han experimentado una corrección significativa después del lanzamiento de las primeras vacunas. Esto supone una inmejorable oportunidad de compra a un precio mucho más bajo que durante las primeras semanas de la pandemia, con la previsión alcista de cerrar en positivo un año más.
Y para aquellos criptoinversores fieles que deseen simplemente probar, coininvest lanzó recientemente al mercado una edición limitada de 25.000 unidades de la nueva Silver Bitcoin, una original moneda de 1 oz de plata cuyo diseño conecta el mundo de los metales preciosos con el de las criptomonedas. Con un valor nominal de 2 dólares Niue, lleva grabado en su anverso el logo de bitcoin y el nombre de Satoshi Nakamoto en un código numérico, detallando su valor en 1.3 mBTC