Los fondos que invierten en mercados emergentes y que se adaptan al aumento de la demanda de inversiones ambientales, sociales y de buen gobierno (ESG, por sus sigla en inglés) podrían ser un área de crecimiento en el año 2019, según indica el último estudio de Cerulli Associates, compañía global de análisis y consultoría, en su edición europea sobre tendencias de productos de inversión.
Según señala la firma, los fondos de mercados emergentes tuvieron una destacada actividad en 2018, incluso en medio de retornos negativos. Cerulli Associates también cree que los mercados emergentes pueden ser una oportunidad de compra para aquellos inversores que busquen rentabilidad a corto plazo. Después de un aumento de 37% en 2017, el índice principal MSCI EM reflejó unas pérdidas de más del de bajo 14%, por debajo del rendimiento en los mercados desarrollados.
«Se lanzaron varios productos en el espacio ESG de mercados emergentes el año pasado, pero creemos que hay sitio para más. A finales de 2018, sólo alrededor de 40 fondos de mercados emergentes domiciliados en Europa tenían términos como ESG o SRI (Inversión Socialmente Responsable) en su nombre, incluyendo varios fondos cotizados (ETFs). Todos los activos bajo gestión se han cuadruplicado en tres años, aunque desde una base baja, y están ahora en unos siete mil millones de euros», afirma André Schnurrenberger, directivo de Cerulli.
La cuestión de cómo el término ESG es entendido en los mercados emergentes es crucial y la dinámica de temas tales como la gobernabilidad y la inversión verde pueden ser diferentes en estos mercados. En China, por ejemplo, algunos índices compiladores han excluido a muchas empresas chinas debido a su falta de transparencia.
Algunos gestores de activos están abordando las variaciones en los temas vinculados al ESG ofreciendo una gama de productos. «Se recomienda los inversores entiendan los matices y presten atención suficiente para ayudar a los productos a alcanzar las grandes masas», concluye Schnurrenberger.