La volatilidad financiera no está reñida con el crecimiento global sincronizado. Así lo defiende David Newman, gestor del Allianz Global Multi-Asset Credit, quien considera que pese al optimismo en torno al crecimiento, no podemos olvidar que en estos periodos “existen mayores riesgos de volatilidad financiera ya que se tiende a infravalorar los riesgos”.
Los posibles riesgos a los que se refiere Newman podrían venir de los ajustes de la política monetaria de los bancos centrales. Con esta advertencia de fondo, lograr rendimientos atractivos en la renta fija sigue siendo un reto para los gestores, en particular para algunos activos de deuda. “Los mercados de bonos tienen ahora un precio más justo. Por ejemplo, el bono del tesoro norteamericano a 10 años cotiza en un rango estrecho de entre 2,75% y -3,25%”, matiza.
En términos generales, el gestor de Allianz GI considera que “a pesar del endurecimiento gradual de las condiciones financieras, las normas de crédito bancario siguen siendo relativamente flexibles y, por ahora, siguen respaldando la dinámica cíclica de crecimiento global”.
En este contexto, Newman señala que en los mercados desarrollados, “las curvas de rendimiento continuarán aplanadas y sesgadas agregando cierto riesgo, en particular en la curva de Estados Unidos. Pese a ello, estamos buscando agregar cierta duración tanto en Estados Unidos como en Europa a nuestra cartera, y ser pacientes”.
Otro color tienen, en su opinión, los mercados emergentes. “Después de dos años de sólido rendimiento para la deuda local de mercados emergentes, esperamos retornos moderados en el futuro, ya que el carry y la divisas extranjeras seguirán siendo los principales impulsores de los retornos. Sin embargo, buscaremos oportunidades selectivas en los mercados donde los bancos centrales probablemente inicien un ciclo de flexibilización, como México. En el espacio de divisas fuertes, los spreads de los mercados emergentes se comportaron bien y se espera que sean más estrechos”, señala.
Su previsión a largo plazo es que las entradas de flujos se desaceleren y que los diferenciales se reduzcan lentamente. “Sin embargo, considero que los diferenciales estarán impulsados por factores externos en el mediano plazo, incluida la geopolítica, el petróleo y el impacto de las políticas comerciales y fiscales de Estados Unidos, sobre todo su efecto en los bonos del tesoro estadounidense. Evitaremos ciertos países que de por sí tienen un cierto riesgo idiosincrático como Zambia, Venezuela y Pakistán”, concluye.