Los bonos de los mercados emergentes comenzaron bien el año, pero en la segunda mitad del trimestre su evolución fue más dispar. Las monedas nacionales sufrieron presiones por los avances del dólar estadounidense. Esto, según indica el informe de perspectivas del segundo trimestre de Fidelity International, se compensó con la mejora de las rentabilidades de los bonos en moneda fuerte ante el estrechamiento de los diferenciales de la renta fija pública y privada.
En un contexto marcado por la ralentización de las previsiones de crecimiento, la Reserva Federal de EE.UU. se ha apresurado a cambiar de discurso a pesar de las tensiones del mercado laboral y las presiones salariales al alza. Las mayores probabilidades de estabilidad de los tipos de interés estadounidenses y el fin de la reducción del balance de la Fed deberían crear un suelo para los activos emergentes al permitir políticas más laxas de los bancos centrales emergentes, que podrían aprovechar la oportunidad que brinda la Fed para apoyar sus economías recortando tipos y relajando las condiciones financieras.
La clave es si la Fed puede orquestar un aterrizaje “ideal” que aproxime a la economía del crecimiento tendencial: ni demasiado ni demasiado poco. La reducción de las expectativas de crecimiento estadounidense generalmente ha sido favorable para las monedas emergentes frente al dólar, aunque en febrero la recuperación de las monedas emergentes que arrancó con el año se tomó un respiro.
Sin embargo, en Fidelity International siguen siendo optimistas sobre el conjunto de las monedas emergentes, ya que creen que el dólar estadounidense ha dejado atrás sus máximos. «Nuestra visión se articula sobre la disminución de los diferenciales de crecimiento y tipos de interés entre EE.UU. y el resto del mundo, la ampliación del déficit doble en EE.UU. y lo caro que está el dólar ponderado por intercambios comerciales», explican.
Implicaciones para la inversión
Fidelity mantiene su visión alcista sobre la deuda emergente porque los factores favorables que sostienen su tesis —una Fed más expansiva y los estímulos en China— no han perdido vigencia. No obstante, existen riesgos, sobre todo en la esfera política. Las valoraciones actuales están amenazadas por numerosas elecciones que se celebrarán en 2019, como en Argentina, Nigeria, Sudáfrica, la India e Indonesia, a lo que hay que añadir la posibilidad de que aumente el volumen de emisión.
A medida que se vaya depreciando el dólar, países como Turquía, México, Indonesia y Sudáfrica podrían tratar de dar marcha atrás a las subidas de tipos del año pasado y flexibilizar las condiciones financieras. Si lo anterior se lleva a cabo de forma responsable, los bonos en moneda nacional deberían verse favorecidos y no debería darse una debilidad general de las monedas emergentes.