Los riesgos políticos persisten en Estados Unidos y, tras la fallida apuesta electoral de la primera ministra May, han aumentado en el Reino Unido; en cambio, las perspectivas de una mayor solidaridad en la zona euro pueden estar mejorando. Los mercados siguen apoyándose en los beneficios empresariales, los datos macroeconómicos y las políticas monetarias.
La pérdida de la mayoría parlamentaria por el Partido Conservador de la primera ministra May en las elecciones en el Reino Unido y la aplastante victoria de En Marche!, el partido del presidente Macron, en las recientes elecciones a la Asamblea francesa mantuvieron a la política europea en el candelero. Por otra parte, las reuniones de la Fed y del BCE dejaron claro que ambos bancos centrales proceden con cautela a cambiar de política.
Cambio de exposición: de crecimiento a búsqueda de ingresos recurrentes
En el marco de una ampliación de la recuperación de la economía mundial, de aumento de las expectativas de estímulo económico, de menores tasas de desempleo y rebote de la inflación, la apuesta reflacionista se extendió por los mercados entre el segundo semestre del año pasado y el primer trimestre de este. Desde entonces, no obstante, se ha deteriorado su vigor.
La recuperación cíclica sigue presente y continúa prestando respaldo a las áreas sensibles al crecimiento de los mercados bursátiles globales, como los mercados emergentes y Europa o sectores cíclicos distintos del de materias primas. Al mismo tiempo, sin embargo, los datos económicos han dejado de superar las expectativas y las cifras de inflación (y de las expectativas asociadas) parecen haber alcanzado un máximo. Además, las esperanzas de un estímulo fiscal importante, y de reformas por el lado de la oferta que afiancen el crecimiento en EE.UU., se han esfumado casi por entero en los últimos meses, tras las batallas que ha tenido que librar en el Congreso el nuevo gobierno estadounidense y los escándalos que siguen persiguiendo al presidente Trump.
En consecuencia, la perspectiva de una reaceleración del crecimiento global cada vez se cuestiona más. Entretanto, los inversores han vuelto a reorientarse hasta cierto punto a la búsqueda de rendimiento. Esto se ha traducido en una recuperación de los mercados de valores de deuda pública y en un mejor comportamiento de sectores bursátiles que generan ingresos regulares como telecomunicaciones, servicios públicos y el sector inmobiliario. También es visible en el renovado interés por la renta fija privada, como la deuda de mercados emergentes y la deuda high yield, que han vuelto a registrar una abundante afluencia de recursos en meses recientes.
El crecimiento sostenido, la creciente toma de posiciones en la región de mercados emergentes, las bajas tasas de impago y la aceleración del crecimiento de los beneficios son sólo algunas de las razones que siguen sosteniendo a estas clases de activos. Si bien desde NN IP no renuncian a una postura táctica de moderada asunción de riesgo en la asignación de activos, ven prudente reajustar la exposición, en los activos de riesgo, de crecimiento a rendimiento. En este sentido, han reducido posiciones en materias primas y en el sector inmobiliario, e incrementado la exposición a la renta fija privada.