Tras las bruscas caídas sufridas en la mayoría de las bolsas del mundo durante el mes de marzo y abril, parece que la volatilidad, aunque persiste, ha dado un respiro. Según explican las gestoras, lo lógico es que las aguas se calmen después de las medidas anunciadas por los gobiernos y bancos centrales, así como por la reanudación de la actividad económica en algunos países.
Muestra de este cambio de signo son los últimos rebotes, aunque puntuales, vistos en el mercado. Frente a este contexto, los gestores evalúan sus posiciones en renta variable con la mente puesta en si hay llegado el momento de comprar o no. Según explica Luca Paolini, estratega jefe de Pictet AM, la corrección podría haber sido mayo. «La caída que se ha llegado a ver en esta crisis, 34% por el índice S&P 500 de EE.UU., está en línea con la mediana de los mercados bajistas de los últimos cien años, aunque se ha producido mucho más rápido, en un solo mes frente 16 meses de las otras crisis. Además el actual rally de mercado bajista hasta el 30 de abril ha sido del 31%, mayor que la subida media del 20% de crisis anteriores y se ha producido en sólo 1,3 meses, frente a 3,1 meses de la media».
En su opinión, hay mucha dispersión por sectores. «Por los índices globales MSCI y hasta el 4 de Mayo la rentabilidad en el año en el sector de salud ha sido 1,8% negativa, menos 3,6% en tecnologías de la información frente a menos 34,4% en energía, menos 32,7% en bancos. La caída en acciones de valor ha sido del 23,8% (financias, inmobiliario, energía, materiales), pero solo menos 5,3% en acciones de crecimiento: tecnología, consumo discrecional, salud, servicios públicos», añade Paolini.
Para Aaron Barnfather, gestor de renta variable europea de Lazard Asset Management, el mercado empieza ahora a entender los riesgos y las ayudas. «La gente está volviendo a trabajar en China y los ratios de contagio del virus parecen haber pasado el punto máximo en algunos países de Europa. Es motivo de esperanza. Sin embargo, las economías occidentales no habían vivido en su historia un choque tan brusco en la actividad económica con ese nivel de interrupción. En este momento, el mercado europeo reacciona a las políticas de los gobiernos y no al impacto del virus en sí”, explica Barnfather, a la hora de valorar qué hay que tener en cuenta en la renta variable europea.
Según su visión, la medida que tomaron los gobiernos tanto en Europa como en China y Estados Unidos de “cerrar la economía” tendrá un “impacto económico significativo en el mercado de valores a corto plazo”. Sin embargo, considera que al mercado le falta un factor importante: todos los gobiernos deben tratar de apuntalar sus economías a medida que se detiene el crecimiento económico. “El problema con este tipo de interrupción económica es que está impactando mucho en la economía local, como por ejemplo, tiendas, restaurantes o pymes. Estas empresas ahora no tienen flujo de caja y no están estructuradas para soportar esto. Las grandes empresas que tienden a tener más flujos de efectivo son más robustas en estos escenarios, por lo que es probable que veamos un mejor comportamiento en valores de gran capitalización”, apunta.
Algunas gestoras se muestran muy prudentes, como por ejemplo Chris Iggo, CIO Core Investments de AXA IM, quien considera que todavía se pueden producir bruscas caídas. Según advierte Iggo, hasta que no mejoren las noticias sobre la crisis sanitaria, «no tendremos una visibilidad real sobre el alcance del daño que se está produciendo a las ganancias económicas y corporativas». Señala que los resultados que salgan estos días sobre el primer trimestre «serán mucho peor de lo previsto» y que «las empresas tendrán una mejor idea del daño producido cuando los gobiernos levanten los bloqueos». Iggo también explica que la recuperación en forma de logo de Nike y su pendiente de salida muy aplanada «estará condicionada por la rapidez con que las empresas puedan comenzar a regresar a la práctica comercial normal».
Para Olivier de Berranger, director de Gestión de Activos de La Financière de l’Echiquier, las bolsas viven un momento de irracionalidad. “En primer lugar, en la Bolsa, los excesos se compensan algún día, en parte. Cuando los valores que conservan un valor innegable han caído drásticamente, repuntan sistemáticamente cuando el sentimiento de los inversores está en su punto más bajo. Efectivamente, no queda nadie para venderlos. Solo tienen compradores potenciales, que pueden ser, principalmente, de tres tipos: o bien los inversores que tienen que cambiar sus posiciones vendedoras para reducir su riesgo o pagar rescates; o los inversores a muy largo plazo (fondos de pensión, fondos soberanos, etc.); o bien los de muy corto plazo, como los traders o fondos de cobertura basados en la inversión de la tendencia”, explica.
Como el resto de gestoras, Berranger destaca el papel que las medidas públicas van a tener a largo plazo y cómo van a condicionar el mercado. “Aún no se ha dicho la última palabra. Es verdad que las autoridades presupuestarias han respondido perfectamente a la emergencia. Sin embargo, sigue siendo posible que se produzca el segundo retroceso, es decir que los confinamientos se alarguen, e, incluso, una segunda oleada de contagios en Asia. Por lo tanto, es legítimo recuperar la confianza, ya que el apoyo de los Estados es casi inagotable, pero también lo es seguir en movimiento y atentos a corto plazo”, añade.
Posición de las carteras
Todas estas medidas han sido positivas para el mercado y muestra de ello es que a mediados de abril los precios de la renta variable a nivel global subieron. Aún así, la cautela sigue siendo la dinámica más habitual entre las gestoras. “Recomendamos cautela frente a sucumbir al miedo a perder y a perseguir movimientos de mercado a corto plazo. Pensamos que la volatilidad continuará en los mercados a medida que avanzamos con los tests clínicos y que volvamos gradualmente a la normalidad”, apunta Ron Temple, director de US Equities de Lazard Asset Management.
Según los datos de BofAML hay una clara tendencia a huir de los activos de riesgos en general, y de la renta variable, en particular, pero eso no quiere decir que no haya gestoras que opinen que hay que mantener cierta exposición para capturar buenas oportunidades. Por ejemplo BlackRock señala que siguen sobreponderados en renta variable estadounidense. “Mantenemos nuestra preferencia: destacamos nuestra preferencia continuada por la renta variable estadounidense con base en la gran magnitud de las medidas monetarias y presupuestarias aplicadas en EE.UU. y el sesgo relativo de los mercados hacia los títulos de calidad. La renta variable estadounidense repuntó la semana pasada en un contexto caracterizado por los primeros indicios de ralentización en la propagación del virus en EE.UU. y por la aplicación de medidas de estímulo adicionales por parte de la Reserva Federal”, comenta en su informe semanal de hace unos días.
Por último, desde ODDO BHF AM mantienen esa postura cauta pero activa. “El apoyo monetario y el estímulo fiscal sin precedentes deberían ayudar a impulsar la recuperación cuando las empresas se reabran y los trabajadores vuelvan a sus puestos. Los inversores deben mantener una postura neutral frente a la renta variable mundial. No obstante, deben empezar a sobreponderar los activos de calidad europeos, ya que las acciones de los Estados Unidos se quedarán rezagadas de sus homólogos extranjeros en los próximos 12 meses”, apunta Laurent Denize, director de inversiones adjunto Global de ODDO BHF AM.