Las reuniones de los bancos centrales sobre política monetaria siguen siendo una cita imprescindible en la agenda informativa. La primera de ellas se produce mañana y está protagonizada por el Banco Central Europeo (BCE), y su recién estrenada presidenta, Christine Lagarde.
Tras tomar el relevo a Draghi a finales de 2019, Lagarde puso el foco en la necesidad de que los países tomen medidas fiscales, porque las herramientas que puede usar la entidad monetaria no son infinitas. Por ello, la principal previsión que hacen los analistas y las gestoras, es que esta primera reunión sea continuista respecto a lo que vimos en diciembre. “No esperamos anuncios relevantes en la reunión del 23 de enero, ni en materia de tipos de interés ni en el programa de compra de activos vigente desde el noviembre del año pasado. Tanto la Fed como el BCE se mantienen en modo wait and see, tras las mejoras vistas en los últimos indicadores económicos y la rebaja de las tensiones entre EE.UU. y China con la firma de la fase I del acuerdo comercial entre ambos países”, apunta Germán García Mellado, gestor de renta fija de A&G.
Según señala el documento Cross Asset Investment Strategy de Amundi, Lagarde seguirá la misma línea que mostró durante su primera reunión de política monetaria, por lo que apostará por un mensaje equilibrado. “Lagarde abrió su anterior conferencia de prensa recordando el ejercicio de revisión de las medidas tomadas hasta ahora por el BCE. Además, el QE2 acaba de comenzar y por ello no se esperan medidas ni importantes ni nuevas a corto plazo. A menos que se produzca un deterioro de la situación macro de forma inminente, esperamos que el BCE mantenga los actuales tipos de interés durante los próximos 12 meses. Tampoco creemos que vaya a producirse un recorte de los tipos, ya que el margen es muy limitado y los efectos para el sistema bancario negativos”, apunta el documento de la gestora. En este sentido, los analistas creen que, durante la rueda de prensa, Lagarde podría anunciar el inicio oficial de esa revisión estratégica.
Esta misma valoración hace Chris Gannatti, responsable de análisis de Europa de WisdomTree. “Dado que todavía estamos al comienzo de este proceso y que las condiciones económicas no han cambiado mucho desde noviembre, es difícil esperar un cambio sustancial en términos de política monetaria. Creemos que BCE seguirá esforzándose por apoyar una postura acomodaticia, por lo que no esperamos ningún ajuste”, explica Gannatti.
Pese a la falta de expectativas sobre la reunión de hoy y la posterior conferencia de prensa, la reunión sí será una buena oportunidad para tener una mejor idea de las convicciones y prioridades de la todavía relativamente nueva presidenta. Según señala Ulrike Kastens, economista de DWS, esto se refiere principalmente al horizonte temporal de medio a largo plazo. “Sin embargo, a corto plazo, el BCE se ha impuesto un corsé demasiado ajustado para que se puedan esperar cambios en los parámetros de la política monetaria. El banco central está más o menos en piloto automático y este rumbo también está apoyado por la mayoría del Consejo. Además, su forward guidance se formuló recientemente de tal manera que los obstáculos para el cambio son muy altos”, afirma Kastens.
En su opinión, es probable que las preguntas sobre los efectos secundarios negativos de su política de tipos de interés continúen siendo respondidas con referencia a los efectos positivos que actualmente siguen dominando. “Dada la caída de los principales indicadores, es probable que las perspectivas continúen siendo prudentes, lo que se refleja en la formulación de los riesgos se inclinan a la baja, lo que a su vez conduce a un sesgo de relajación de su política monetaria. Es probable que esto cambie sólo cuando el repunte económico sea más visible y los riesgos a la baja disminuyan de forma más sostenible”, añade el economista de DWS.
Por último, desde Nomura argumentan que los tres elementos que marcarán esta reunión serán: una mejora en los datos de la zona euro, una inflación que se sitúa en el 1,3% interanual en diciembre de 2019 y la preocupación por los efectos secundarios de las tasas negativas ha aumentado entre los miembros del Consejo de Gobierno. George Buckley y Chiara Zangarelli, expertos de Nomura, esperan que el BCE permanezca en suspenso durante el resto del año. En la reunión de la próxima semana Nomura centrará su atención en el anuncio formal de la revisión de la estrategia y en la evaluación del BCE de las perspectivas de crecimiento e inflación, mientras que no esperan ningún anuncio importante sobre la política monetaria.
Desde Bank of America se muestran más críticos y señala que les ha sorprendido que el mercado no está valorando que el BCE pueda adoptar un «tono más agresivo». Según señala en uno de sus últimos análisis, dados los brotes verdes en los datos y aún más al alza de la inflación subyacente, «una discusión sobre el equilibrio del riesgo podría desplazar a la entidad a una visión neutral. Si combinamos esto con el énfasis que se está poniendo en controlar los efectos secundario de su política, podría acabar mostrando un tono más agresivo».
En opinión de García Mellado, lo más relevante de esta reunión podrían ser los comentarios de Lagarde respecto a la revisión estratégica que avanzó en su última comparecencia. “Durante 2020 se llevará a cabo un análisis de las herramientas utilizadas para alcanzar el objetivo de la estabilidad de precios, así como una nueva definición de este objetivo, aunque teniendo todo el año por delante tampoco esperamos grandes avances en este sentido”, explica.
Los analista de Monex Europe consideran que la reunión de hoy podría traer una sorpresa “marginalmente moderada” para el mercado. “La revisión estratégica realizada por Lagarde, la primera desde 2003, tiene como objetivo abordar las características centrales de los objetivos de la institución, como el objetivo de inflación en sí. Los objetivos revisados probablemente ampliarán los escenarios bajo los cuales el BCE está dispuesto para relajar las herramientas monetarias. Los mercados permanecen tranquilos”, señalan en su último análisis.
Justamente, la falta de novedades y cambios en la política del banco monetario hará que éste se pueda concentrar más en la revisión estratégica que comentan los expertos. «Para Christine Lagarde, este es un período de luna de miel, una situación ideal que le permite orientarse e iniciar la revisión estratégica planificada de la política monetaria con total tranquilidad. Sin embargo, esta reunión será interesante en más de un aspecto. Christine Lagarde debería aclarar el marco para esa revisión estratégica, incluso si parece demasiado pronto para esperar detalles precisos», apunta Franck Dixmier, director global de renta fija de Allianz Global Investors.
En su opinión, la inflación debe ser el foco de las discusiones, particularmente en torno a una definición clara del objetivo de estabilidad de precios, que es el único mandato del BCE. La definición actual, «debajo pero cerca del 2%», es demasiado vaga, sujeta a múltiples interpretaciones y probablemente ha alcanzado sus límites. Necesita ser aclarada. Y también en torno a a la medición de la inflación, en particular con respecto a la integración de los precios de la vivienda, que actualmente no es tenida suficientemente en cuenta por parte de los índices, y las expectativas de inflación. Para Dixmier, el BCE debe encontrar un equilibrio entre las expectativas del mercado y el sentimiento del consumidor como los mejores indicadores de la inflación futura.
«También será interesante escuchar preguntas sobre la efectividad de la política monetaria y sus herramientas. Los tipos de interés negativos y las compras de valores han sido objeto de muchas críticas y cierto rechazo en la opinión pública ante la disminución inducida en los rendimientos de los productos de ahorro más populares (seguros de vida, libretas, etc.). La cuestión del helicopter money también podría plantearse», concluye Dixmier.