2018 presentará un entorno más desafiante para los inversores. Si bien se espera que el crecimiento mundial se mantenga sólido, Unigestion considera que la inflación debería acelerarse y los bancos centrales podrían adoptar una postura más dura. Frente a este ambiente más desafiante, Guilhem Savry, responsable de Macro y Asignación dinámica de activos del equipo de Cross-Asset Solutions de Unigestion, esboza tres estrategias tácticas de inversión que consideran deberían beneficiarse de estas condiciones económicas y de mercado.
«Esperamos que el crecimiento mundial se mantenga sólido y sincronizado a nivel mundial… sin embargo, creemos que la era de baja inflación terminará pronto» comenta Savry, señalando que es poco probable que continúe el efecto económico de ‘Goldilocks Economy’, mientras que considera que la alzas salariales impulsarán a la inflación.
El directivo señala que a pesar de que pocos bancos centrales han considerado hasta ahora que la mejora económica cíclica sea lo suficientemente sólida como para modificar su postura de política monetaria acomodaticia, su principal convicción para 2018 es que la era del ‘dinero fácil’ llegará a su fin. «Ya hay alguna evidencia de este cambio. Por primera vez desde la crisis financiera, la relación entre la actividad de «relajación» y «ajuste» se movió a favor de esta última en 2017, gracias al aumento de las tasas de interés de la Reserva Federal, el Banco de Inglaterra y el Banco de Canadá. Además, el Banco Central Europeo (BCE) anunció una reducción en su programa de compra de bonos, que se espera sea el primer paso antes de la subida… Esto nos lleva a creer que los bancos centrales adoptarán una postura más dura en 2018″.
Desde una perspectiva de asignación de activos, nuestro posicionamiento táctico seguirá tres temas clave:
- El ajuste de los bancos centrales debería ser menos preocupante si se reduce la exposición a los activos sensibles a la duración
- Mantener o aumentar la exposición a renta variable y materias primas podría beneficiarse de una aceleración de la inflación
- Las estrategias de valor relativo tienen la capacidad de generar retornos no direccionales.
«Esperamos que las acciones continúen beneficiándose del entorno de crecimiento estable, el estímulo fiscal de EE.UU. así como del aumento del consumo» comenta añadiendo que considera que es preferible reducir la exposición beta de la cartera mediante la implementación de operaciones de valor relativo, es decir, pasar de un estilo «beta» a uno más centrado en la generación «alfa».
En el 2018, Savry prefiere a «las acciones japonesas y europeas frente a las acciones en los Estados Unidos y el Reino Unido debido a valoraciones más atractivas y menores riesgos esperados. En términos de sectores, las finanzas y la energía son preferibles a los sectores defensivos, ya que dependen más de la duración. En el mercado cambiario, favorecemos el yen japonés y el euro porque ambos tienen el potencial de ofrecer características defensivas en caso de una caída de la renta variable a corto plazo y un potencial al alza si la política monetaria cambia», concluye.