45 días después, Liz Truss ha dimitido como primera ministra británica. Todo empezó con el anuncio de una política fiscal que, en medio de una crisis marcada por la elevada inflación, la guerra de Ucrania, la crisis energética y las posibilidades de entrar en recesión sentó muy mal. Ante el fracaso, Truss dio un paso atrás, pero el daño estaba hecho y la herida ha resultado ser incurable. Después del cese del ministro de Hacienda, Kwasi Kwarteng, y la dimisión de la ministra de Interior, Suella Braverman, lo de Truss era la crónica de una muerte anunciada.
Según los expertos, el mercado apenas se ha inmutado ante su dimisión, lo que demuestra que consideran la medida acertada. «La falta de reacción del mercado es porque lo más probable es que volvamos a una postura fiscal más ortodoxa, que se ha puesto en precio en las últimas sesiones tras el nombramiento de Jeremy Hunt como canciller. En algún momento de la próxima semana, más o menos, sabremos quién es exactamente el candidato al puesto de Primer Ministro. No esperamos que este conocimiento mueva masivamente el mercado, a menos que algunos de los candidatos sean considerados más radicales en términos de su perspectiva fiscal, lo que parece poco probable. Los momentos más importantes serán los Presupuestos del día 31, el inicio del endurecimiento cuantitativo el 1 de noviembre y la larga lista de decisiones de los bancos centrales de los mercados desarrollados que se producirán en las próximas dos semanas -en China, Europa, Japón, Australia, EE.UU. y el Reino Unido- tras los datos de inflación al alza publicados recientemente», explica Orla Garvey, gestora senior de carteras de renta fija de Federated Hermes Limited.
En opinión de Gordon Shannon, gestor de TwentyFour Asset Management, ante otra gran agitación en la política del Reino Unido, «la relativa calma en los gilts hoy podría tomarse como una indicación de que los mercados estaban seguros de que Liz Truss no podría durar o como una falta de convicción en lo que intentará su sucesor. Independientemente de quién dirija el gobierno, la inflación persistente sigue siendo un problema a medio y largo plazo para el Reino Unido».
En este sentido, Scott Service, gestor de cartera y codirector de renta fija global, Loomis Sayles (Natixis IM), considera que mientras el partido conservador busca un nuevo líder, los mercados están claramente al mando ahora. «Aunque se ha recuperado cierta estabilidad tras el cambio de rumbo de la política fiscal, no es fácil llegar a un acuerdo sobre la mejor forma de actuar en el futuro para controlar la inflación sin aplastar la economía. El mercado prevé actualmente un aumento significativo de los tipos de interés durante el próximo año, ya que los costes de la energía siguen siendo elevados y los mercados de trabajo siguen siendo bastante ajustados. Sin embargo, hoy mismo el vicegobernador del Banco de Inglaterra ha declarado que no cree que los tipos deban subir tanto como esperan los inversores, ya que la ralentización de la demanda debería ayudar en el frente de la inflación. Ya veremos; esperemos que el Banco de Inglaterra no se encuentre entre la espada y la pared», advierte Service.
El impacto en la libra
El comportamiento de la libra es lo primero que se han lanzado a analizar los expertos. Según relata Susannah Streeter, analista senior de inversiones y mercados de Hargreaves Lansdown, con una implosión política aparentemente inminente, y con la expectativa de que los minutos de Liz Truss en el poder estaban contados, la libra esterlina se revalorizó, acercándose de nuevo a 1,13 dólares. Cuando la ministra hizo su declaración de dimisión, la libra mantuvo en gran medida las ganancias. «La libra esterlina es muy sensible a la incertidumbre de la política económica y, aunque el barco Britannia seguirá en gran medida sin timón, con un sucesor aún por elegir, en lo que respecta a los inversores, el futuro es ligeramente más brillante sin ella al mando», valora la experta.
Por el momento, «la libra esterlina ha subido tanto frente al dólar como frente al euro, mientras que los Gilts de referencia a 10 y 30 años han visto caer sus rendimientos (los precios han subido), y han superado a otros bonos del Estado en el día. Sin embargo, siguen existiendo importantes retos para Reino Unido, entre ellos la forma en que el Banco de Inglaterra responda a este periodo de caos al tiempo que intenta reducir la inflación, que el mes pasado alcanzó su máximo en 40 años», destaca Azad Zangana, economista y estratega senior para Europa de Schroders.
Para William Marsters, trader senior de Ventas en el Reino Unido de Saxo, el juego de serpientes y escaleras» de la libra esterlina está lejos de terminar: «La libra se ha disparado tras el discurso de dimisión de la primera ministra, ya que el mercado puede confiar temporalmente en que no habrá más políticas económicas extravagantes como las de Truss. La dimisión de Liz Truss pone fin a unas semanas catastróficas en las que la economía ha sido golpeada por el «plan de crecimiento» de la ex primera ministra».
Sin embargo, Marsters considera que es poco probable ver que la libra muestre signos de recuperación a largo plazo. «Es probable que la economía siga sufriendo a manos de la creciente inflación, que ha llevado a que los costes cotidianos afecten a los hogares y a las empresas de todo el Reino Unido, lo que se reitera con el anuncio de ayer de un IPC obstinadamente alto», añade el experto.
Una clara advertencia
«El Reino Unido es potencialmente una señal de advertencia para los países altamente endeudados de la zona euro dispuestos a confiar demasiado en la palanca fiscal. La ahora exprimera ministra Truss lanzó un estímulo fiscal, que nunca es una gran idea en medio de una crisis de inflación», reflexiona Vincent Chaigneau, responsable del equipo de análisis de Generali Investments.
«Primero sus políticas ardieron, luego su breve carrera como primera ministra. La gran apuesta política de Liz Truss ha fracasado espectacularmente, pero no antes de causar un daño significativo a la economía del Reino Unido», lamenta Streeter, quien también considera que pasará mucho tiempo antes de que la prima de riesgo vinculada a los activos británicos se desvanezca.
Por su parte, James Athey, investment director de abrdn, recuerda que, mientras tanto, el Banco de Inglaterra sigue adelante y comienza la venta de activos a partir del 1 de noviembre. «Sigue creyendo que se justifica cierta cautela con respecto a nuevas subidas de tipos. De hecho, creen firmemente que la próxima recesión resolverá su problema de inflación. Es muy posible que tengan razón, pero yo sigo creyendo que es una estrategia demasiado dependiente de la esperanza y que juega a la ligera con su credibilidad, una divisa que se ha ganado a pulso y que se pierde fácilmente», afirma.
Según su interpretación, da la sensación de que el mercado de tipos sigue valorando demasiadas subidas, muy poca incertidumbre y una prima de inflación, por lo que cree que la curva debería empinarse. «Pero los mercados parecen seguir creyendo que pueden coaccionar al Banco hacia una postura más agresiva de subidas de tipos y, por lo tanto, la parte delantera sigue siendo débil y eso mantiene la curva bajo presión de aplanamiento», argumenta.
Siguientes pasos
Con un contexto económico complicado, Reino Unido debe darse prisa en elegir un sucesor ya que como explica Sam North, analista de mercados de eToro, la crisis en la que estamos ahora justifica una acción rápida del Partido Conservador para elegir un nuevo líder. «Cuánto más se demore la carrera, más agitación podría haber para los mercados», advierte.
«No es frecuente que las maquinaciones políticas tengan un impacto tan directo en las finanzas personales. Incluso durante el Brexit los efectos netos fueron un fuego lento en términos económicos. Pero la crisis en la que estamos ahora justifica una acción rápida del Partido Conservador para elegir un nuevo líder», insiste. Para North, cuanto más se demore la carrera, más agitación podría haber para los mercados. «Los gilts británicos y la libra esterlina han reaccionado ligeramente a su dimisión, pero todavía no hemos visto un gran movimiento. Esto podría empezar a cambiar si la contienda se alarga».
Según Zangana, los siguientes pasos están claros: «El Partido Conservador celebrará ahora un proceso, empezando por los miembros del partido parlamentario que votarán y eliminarán a los posibles candidatos, hasta que queden dos. El proceso se acelerará y terminará a finales de la próxima semana (28 de octubre de 2022). Si la contienda arroja dos candidatos claramente opuestos, se celebrará una votación entre los miembros del partido, que probablemente durará otras 4-5 semanas».
«El mandato de Truss será recordado por la Trussonomics, el nefasto experimento de vastos recortes fiscales sin financiación que se disfrazó de reforma por el lado de la oferta. A pesar de las importantes implicaciones políticas de los acontecimientos de ayer, no estamos convencidos de que vayan a tener un impacto económico material a corto plazo. El curso actual de la política fiscal parece que va a continuar, ya que el canciller Jeremy Hunt se ha descartado a sí mismo y se espera que el presupuesto tenga lugar el 31 de octubre, por lo que esperamos que el gobierno del Reino Unido se mantenga en el camino más probado de la ortodoxia fiscal. A medio plazo, aún deben resolverse cuestiones más amplias relacionadas con experimentos anteriores que desestimaron las realidades económicas, a saber, abordar el protocolo de Irlanda del Norte y llevar a cabo el Brexit. Pero por ahora, los rendimientos de los gilts a 10 y 30 años han bajado por la evolución de los acontecimientos del día», añade Modupe Adegbembo, G7 economist en AXA Investment Managers.
Por ahora, el ex canciller Rishi Sunak es el favorito de los mercados de apuestas para suceder a Truss (47% de probabilidades), aunque la anterior candidata a primera ministra, Penny Mordaunt, se considera su principal rival (27%). Curiosamente, el ex primer ministro Boris Johnson es el tercer favorito (15% de probabilidades), aunque, dada la forma en que fue destituido a principios de año, parece poco probable que gane. Además, los simpatizantes del partido esperan un rápido cambio de liderazgo, ya que el actual canciller Jeremy Hunt tiene que presentar los nuevos presupuestos el 31 de octubre, que esta vez incluirán previsiones económicas y fiscales de la independiente Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR por sus siglas en inglés).
«El nuevo primer ministro tendrá la ingente tarea de liderar un partido tory dividido y encontrar una respuesta a cómo conducir a Gran Bretaña hacia un futuro brillante e independiente tras el Brexit. Con el ex PM Boris Johnson volando de vuelta del Caribe para enfrentarse a los que lo intentaron hace tres meses, los mercados podrían entrar pronto en aguas agitadas de nuevo», concluye Susan Joho, economista en Julius Baer.