Según los últimos datos del INE, la inflación ha alcanzado el 5,5% anual en octubre, llegando así a máximos desde septiembre de 1992. Lo que significa que el clásico enemigo del ahorrador ha vuelto más fuerte con la intención de erosionar el dinero que guardamos en la hucha. La inflación ya está aquí y no nos lo dice solo un número, sino que, como ciudadanos, ya la percibimos, por ejemplo, a la hora de llenar el depósito del coche.
Nuestros ahorros también sufren su efecto y, según advierten desde Cobas AM, más de un billón de euros de ahorro del inversor español está sufriendo el incremento de precios. Según apuntan, el 40% de los ahorros, aproximadamente 940.000 millones de euros, se ven afectados al estar invertidos en depósitos, libretas y cuentas de ahorro.
Desencadenantes de la inflación
La inflació no ha subido por una sola razón. Gonzalo García Valero, responsable de asesoramiento de Caser Asesores Financieros, localiza tres desencadenantes. Por un lado, atribuye la subida a los efectos del confinamiento. “Concluimos el confinamiento con tasas de ahorro en máximos, tanto en Europa como en Estados Unidos. Estuvimos un año entero sin apenas gastar dinero en bienes duraderos (coches, electrodomésticos…), y ahora que la actividad ha vuelto casi a la normalidad, estamos viendo cómo el consumo se recupera a pasos agigantados”, explica
Por otro lado, tenemos también el incremento en el precio de las materias primas, con subidas en el gas del 100% en Europa y de un 500% en Estados Unidos. “Esto no solo repercute en los hogares. Las empresas y la industria necesitan energía para desarrollar su actividad. Los costes de producción han crecido y eso lo estamos viendo reflejado en los precios y, por tanto, voilà, la inflación aparece”, añade. Por último, señala a la crisis de suministro, que también somete presión a los precios.
Según explica Victor Alvargonzález, director de Estaretegia de Nextep Finance, la gente ha salido de sus casas con mucho nivel de ahorro previo como consecuencia del confinamiento, lo que ha disparado el consumo, algo para lo que ni la infraestructura económica ni la oferta de bienes y servicios estaba preparada. “Lógicamente al final esa demanda y esa oferta se equilibran, porque en una economía de mercado cuando hay una demanda se acaba generando la oferta para satisfacerla, pero el punto de equilibrio se establece en un precio más caro”, explica.
La pregunta del millón: ¿es una subida transitoria?
Para el experto de Caser Asesores Financieros si la inflación es transitoria o no depende de muchos factores. Entre otros, considera que hay que fijarse en que, si la inflación también se refleja en los salarios, ésta puede ser más sostenida. Si, por el contrario, la inflación no se refleja en los salarios, el experto piensa que será más transitoria, porque “los consumidores no podrán soportar durante mucho tiempo la escalada de precios, y la demanda acabará resintiéndose”, argumenta.
Por su parte, el experto de Nextep considera que los niveles actuales son transitorios y se irán reduciendo. Pero advierte de que “lo que no va a ser transitorio es que tengamos un nivel de inflación superior al que teníamos antes de la pandemia. La inflación de los próximos años será más elevada de lo que lo fue en años anteriores”.
Al experto, además, le llama la atención que el BCE considere que la inflación volverá a donde estaba antes de la pandemia, pese a que el mismo BCE ha inyectado una cantidad de dinero nunca vista (equivalente a un 80% del PIB de la Eurozona) y los gobiernos están poniendo en marcha planes de estímulo económico que tampoco se habían visto nunca ni en el mundo ni en la Unión Europea. “Con ese nivel de oferta monetaria y de planes de estímulo resulta llamativo que el BCE piense que la inflación volverá a donde estaba”, valora.
La inflación, una llamada de atención para pasar de ahorrador a inversor
La inflación es el mayor enemigo de nuestros ahorros, ya que actúa de manera silenciosa mermando nuestro poder adquisitivo. Para evitar este efecto negativo podemos recurrir a la inversión, un paso que a muchos ahorradores les cuesta dar. “Lo mínimo que deberíamos exigir a nuestra inversión es que nos cubra la inflación, ya que, de lo contrario, estamos perdiendo poder adquisitivo”, advierte Victoria Torre, directora de Oferta Digital de Productos de Inversión de Singular Bank.
“Llevamos con una represión financiera importante, desde hace años, y con los bancos centrales comprando activos para mantener la liquidez en el mercado, tenemos unos activos que cotizan con unas valoraciones muy exigentes, y esto obliga al inversor conservador a tomar una serie de riesgos que no encajan con la voluntad de su perfil inversor. Evidentemente, la inflación es más leña en el fuego y tendencia a que los ahorradores se conviertan en inversores cobra más importancia en este contexto”, señala.
Además, según explica García Valero, el panorama actual para la renta fija es «demoledor». “Los bancos centrales están (aunque muy poco a poco) en modo retirada y la subida de tipos vendrá en unos meses en Estados Unidos (en Europa ni se la espera), con lo que el entorno no es el mejor para el inversor con bonos en cartera. Aquí la gestión de la liquidez es importante. Las oportunidades en renta fija vendrán y hay que estar preparados. Otra opción interesante son los activos reales y las inversiones ilíquidas, aunque esto no es apto para el común de los inversores”, señala el experto de Caser Asesores Financieros.
El experto de Nextep también advierte del reto de invertir en renta fija. “Para los ahorradores que tienen su dinero en cuentas corrientes, depósitos y fondos de renta fija es sin duda un problema”, alerta. Según recomienda, lo primero que tienen que hacer es revisar la composición de su cartera de fondos para evitar los fondos de renta fija de medio y largo plazo. “Pero la mejor defensa es un ataque: tienen que plantearse pasar de ser ahorradores a ser inversores conservadores. Las expectativas para la renta fija en un entorno de mayor inflación son muy malas, pero, por el contrario, la renta variable funciona mucho mejor, sobre todo determinados sectores. Añadir un poco de renta variable a su cartera no les arruinará y mejorará la rentabilidad tan baja que darán los productos de renta fija o los depósitos”, explica.
Asimismo, invita a los ahorradores a contemplar al mercado inmobiliario como una buena alternativa en un entorno de mayor crecimiento y mayor inflación, sobre todo gracias a la enorme cantidad de dinero que sigue inyectando el Banco Central Europeo, que una parte va y seguirá yendo al «ladrillo», “aunque hay que ser conscientes de que la inversión inmobiliaria es mucho menos líquida que la inversión financiera”, matiza.
Sin embargo, el experto va un paso más allá y nos recuerda que la inflación no es el único que se enfrentan los ahorradores. “Se une el problema de las pensiones, motivo igual o más importante que la inflación para intentar obtener una rentabilidad mejor que la que dan los depósitos, cuentas corrientes y ahora los fondos de renta fija, que son un peligro en un entorno de mayor inflación”.