“Más rentabilidad, diversificación y aprovechamiento de la gestión activa”: estas son las tres razones que destaca Santiago Matossian, Sales Director en AXA Investment Managers, para invertir en un fondo temático. La inversión temática ha sido el tema central del último VIS de Funds Society y ABC, un enfoque que permite a los inversores posicionarse en aquellas tendencias que darán forma a nuestra vida, economía y empresas a largo plazo.
Concretamente, los fondos temáticos son aquellos que invierten en megatendencias de futuro, un término que no se debe asociar con lo que podría llegar a ser una moda. “Crecerán por encima de la media, creemos que las temáticas van a ofrecer retornos por encima del 10%”, defiende Matossian.
Para Leonardo Fernández, director del Canal Intermediario de Schroders, hay dos máximas que las megatendencias tienen que cumplir: durabilidad en el tiempo y tener un amplio universo de inversión. Todo ello acompañado de una gestión activa. “Da mucha flexibilidad y otorga más oportunidades”, señala. Asimismo, el experto insiste en que las megatendencias facilitan la diversificación, pero advierte de que, para ello, es importante analizar las diferencias entre las temáticas. “De los nueve productos que tenemos, el máximo porcentaje que tienen en común entre una estrategia y otra no llega al 15%”, señala.
Concretamente, en la entidad ponen el foco en tres temáticas: cambio climático, transición energética y disrupción tecnológica. En este sentido, para el experto de Schroders, cuanto más entiendan los clientes en qué se invierte y más compartan esa necesidad de cambio, mayor impacto tendrán y más tranquilos estarán con esa inversión a largo plazo. Una visión que comparte Raúl Fernández, director de Distribución de Amundi Iberia: “Son temáticas más fáciles de contar y nos vemos empatizados con muchas de ellas”.
El “boom” de la inversión temática y su papel en las carteras
Los últimos dos años hemos asistido a un mayor apetito por los fondos temáticos. “Si vemos flujos a nivel global, el año pasado la renta variable global sufrió salidas por encima de 50.000 millones de euros, pero si hacemos un zoom de fondos temáticos, estos vieron entradas por más de 150.000 millones”, argumentan desde Amundi.
Hay varias razones que lo explican, pero para el experto la principal es que a través de esta inversión se puede acceder a tendencias de crecimiento superiores a las que da la inversión tradicional. Además, haciéndolo de una manera más desconectada al ruido del ciclo económico. “Cuando accedes a fondos temáticos accedes a esa prima de crecimiento, pero también introduces algún tipo de cobertura porque reemplazas a aquellas empresas que invierten en modelos más obsoletos”, explica.
A lo que hay que sumar la posibilidad de invertir con criterios socialmente responsables y de impacto. “Con la inversión temática no solo accedemos al alfa financiera sino también al alfa social, lo que enriquece tu cartera. El resultado es que la inversión temática ha pasado de ser algo nicho a ir cogiendo más peso y ser un componente más estructural en las carteras”, insiste.
Por otro lado, Leonardo Fernández recuerda la importancia de tener puestas las luces de largo alcance y diversificar. “A pesar de que a corto plazo podemos ver vaivenes superiores a los mercados tradicionales, tratamos de identificar las temáticas que van a persistir durante los próximos 10, 20 y 30 años y los inversores tienen que depositar su confianza”, explica. “No todas tienen que hacerlo bien a la vez y lo importante a la hora de construir una cartera de temáticos es que los fondos no jueguen a lo mismo. Si combinamos bien las estrategias, a largo plazo obtendremos rentabilidades superiores”, añade.
Otro aspecto que hay que tener en cuenta a la hora de invertir en temáticas es la pureza de las compañías. Es decir, qué porcentaje de las ventas de la compañía están relacionada con la temática que hemos elegido. “En AXA IM las purezas suelen ser de alrededor de un 70%”, señala Matossian. Según explica, el universo de inversión tiene que ser lo suficientemente amplio para que podamos diversificar, por ejemplo, el fondo de robótica de AXA está dividido en cuatro subtemas: robótica industrial, relacionada con el transporte, healthcare y facilitadores de tecnología.
Asimismo, insiste en que al hablar de tecnología no necesariamente hablamos de grandes compañías. “En el fondo de robótica de AXA IM el retorno viene generado por compañías de medio y pequeño tamaño”, ejemplifica.
Los exoesqueletos pediátricos, una megatendencia
Tras la experiencia del COVID-19 está claro que el medioambiente y la tecnología serán temáticas clave, pero esta crisis sanitaria ha puesto el foco también en la medicina. La biomedicina y la robótica e inteligencia artificial orientada a la medicina, gana relevancia ante un proceso de envejecimiento de la población y ante el riesgo, ya constatado, de futuras pandemias. Un ejemplo de empresa de este sector es Marsi-Bionics, que ha desarrollado un exosqueleto pediátrico.
Un exoesqueleto es un armazón que arropa a una persona que no puede caminar, forma parte de la rehabilitación y terapia de enfermedades neurológicas. La novedad que ha impulsado Elena García Armada, investigadora científica del CSIC y fundadora de Marsi-Bionics, es una versión del exoesqueleto pediátrico. “Tiene un impacto tremendo en su salud y calidad de vida. Somos seres bípedos y nuestro cuerpo está hecho para estar sobre los dos pies”, explica.
Sin embargo, a pesar del gran avance que supone, es difícil encontrar financiación para esta clase de proyectos, donde salud y tecnología se juntan. “En nuestro país hay grandes barreras entre la investigación pública y la empresa y hacen que trasferir los resultados de la investigación al mercado sea complicado”, señala García.
Por ello, la experta anima a tratar de entender que, a veces, el corto plazo no es lo más rentable. “En este tipo de empresas, con periodos de inversión bastante largos, no es una cuestión de velocidad, el retorno que se puede recibir es mucho más elevado. Apostar por impacto social es apostar por construir futuro”.
En este sentido, Raul Fernández admite que la inversión temática te permite ir un paso más allá: “Es una ESG 2.0, no solo podemos invertir con criterios ESG sino con criterios de impacto social”.
La asistencia al encuentro ha sido válida por 1 hora de recertificación de los títulos EIA, EIP, EFA y EFP. Los titulados tendrán que realizar un test colgado en la página de EFPA España. Podrán encontrar el test en este enlace, activo desde el comienzo del encuentro hasta el viernes a las 22 horas.