En el último trimestre de 2023, Saxo Bank instó a los inversores a adoptar una posición larga en bonos, ya que los estrategas del banco defendían que la economía mundial no podría hacer frente a rendimientos reales históricamente altos, ya que la productividad y el crecimiento demográfico simplemente no son lo suficientemente elevados. En opinión de la entidad, con un desfase históricamente largo respecto a la política monetaria, los elevados rendimientos de los bonos en 2023 están empezando por fin a hacer mella y se prevé que los bancos centrales recorten los tipos de interés oficiales en 2024, lo que cambiará la dinámica subyacente.
“El futuro, antes brillante, parece ahora más sombrío que nunca. Los conflictos geopolíticos aumentan sin solución. A pesar del deseo generalizado de cambio político, evidente en el auge de los partidos de extrema izquierda y extrema derecha, los resultados siguen siendo decepcionantemente similares. Esto se debe a que la mayoría de las agendas políticas no ofrecen más que versiones repetidas y diluidas de propuestas de cambio pasadas”, señala Steen Jakobsen, director de Inversiones de Saxo Bank.
En su opinión, los conflictos geopolíticos están aumentando; la productividad en la industria, la cultura y la política prácticamente ha desaparecido; y estamos inmersos en “tonterías sin sentido en un mundo que necesita desesperadamente soluciones para agua potable, protección contra inundaciones, cambio climático, desigualdad, defensa, ciberseguridad, educación e infraestructura», añade.
De cara a este año, las múltiples citas electorales podrían tener un impacto más allá de lo que a simple vista parece. “Se desconoce si durará uno o dos años, pero los gobiernos inyectarán gasto fiscal al sistema y la carga de la deuda volverá a ser un problema. Las elecciones políticas estarán impulsadas por el miedo y la retórica antisistema, y lo más probable es que el resultado económico sea un crecimiento lento y una inflación básica relativamente alta”, advierte Jakobsen. Desde su punto de vista, el primer y segundo trimestre plantean los mayores riesgos para las perspectivas económicas, mientras que el tercer y cuarto trimestre conllevan un mayor riesgo político.
Propuestas par el primer trimestre
Según la entidad, la principal preocupación en 2024 es la posibilidad de una recesión, los economistas dan una probabilidad del 50% a una recesión en Estados Unidos, y esta falta de claridad sobre el panorama supone un desafío para los inversores, según Peter Garnry, jefe de estrategia de renta variable. Con todo, históricamente, los mercados de valores han sido mayoritariamente positivos en los meses cercanos al primer recorte de tipos de la Fed, por lo que, por ahora, “la valoración actual del mercado de las bajadas de tipos no es alarmante”, apunta.
En Saxo Bank esperan que los inversores sigan favoreciendo a India, México, Brasil y Vietnam -los mercados emergentes que ganaron el juego de la fragmentación- sobre China. “Es notable observar que las acciones chinas han tenido un desempeño inferior en otros mercados emergentes clave en casi un 44% en términos de dólares desde principios de 2018”, explica Garnry.
La firma sobrepondera el sector de las materias primas, ya que el superciclo aún está en curso y está impulsado por una fuerte urbanización global, inversiones en transformación verde y oferta limitada. También es probable que las acciones de ciberseguridad y defensa sigan beneficiándose de las tensiones geopolíticas actuales en el mundo, señala este experto.
Al mismo tiempo, la “idea clave” en 2024 del equipo de renta variable de Saxo Bank es infraponderar las megacapitalizaciones estadounidenses. “El rendimiento superior de los llamados 7 Magníficos, de en torno al 100% en 2023 frente al 23,8% del S&P 500, no puede continuar a menos que este pequeño grupo de empresas tecnológicas estadounidenses se haga cargo de toda la economía y siga superando las fuertes expectativas de crecimiento en 2024. Los rendimientos de la Bolsa estadounidense están cada vez más impulsados por un conjunto limitado de factores de riesgo, y el sentimiento sobre las acciones tecnológicas es uno de ellos”, enfatiza Garnry.
En contraste, tiene una visión positiva sobre la renta variable de Reino Unido y Europa, que presenta un descuento de casi el 30% respecto a la estadounidense. “Como no suscribimos que los beneficios estadounidenses sean mucho mejores que los europeos a largo plazo, creemos que los rendimientos esperados serán mayores en la renta variable británica y europea. Si cambia el sentimiento o se ralentiza la actividad económica, estos dos mercados de renta variable también ofrecen una mayor exposición a sectores defensivos”, justifica.
Respecto a la renta fija, desde Saxo Bank consideran que el debilitamiento del crecimiento, la ralentización de la inflación y un entorno político incierto crearán el ambiente perfecto para que los bonos superen a otros activos.
“Los inversores en renta fija tienen la oportunidad de asegurarse uno de los rendimientos más altos en más de 10 años, por lo que es difícil que los valores de renta fija registren rendimientos negativos, incluso si los rendimientos vuelven a subir ligeramente. El deterioro de la actividad económica y los tipos elevados suponen una amenaza para los ingresos y los márgenes de las empresas. Así pues, favorecemos la calidad y esperamos que el diferencial de los bonos corporativos de menor calificación se amplíe sensiblemente”, argumentan.
Materias primas
Por otra parte, la entidad sostiene que el oro y la plata se beneficiarán del descenso de los rendimientos reales y de los costes de financiación. Tras un comportamiento sorprendentemente sólido en 2023, en Saxo Bank prevén nuevas subidas de precios en 2024, impulsadas por los fondos de cobertura que persiguen el impulso, bancos centrales que siguen comprando lingotes a un ritmo récord y una demanda renovada de inversores en ETFs. Según su previsión, el oro podría alcanzar un nuevo máximo histórico en 2.300 dólares, apoyado potencialmente por un dólar más débil. La plata podría encontrar apoyo adicional en el esperado repunte del cobre y desafiar el máximo de 2021 en 30 dólares.
En el platino, “la combinación de una demanda en gran medida inelástica y los riesgos de que se reduzca la oferta antieconómica tienen el potencial de exacerbar los déficits y endurecer las condiciones del mercado… y podría impulsar una reducción de 250 dólares en su descuento hacia la media de cinco años en torno a los 750 dólares la onza”, apunta Ole Hansen, jefe de estrategia de materias primas de Saxo Bank.
El sector de los metales industriales también se beneficiará de la perspectiva de unos costes de financiación más bajos que impulsen un periodo de re abastecimiento de la industria desde China al resto del mundo. El cobre sigue siendo el metal industrial favorito de Saxo Bank, porque hay expectativas de una demanda robusta y el riesgo creciente de que se produzcan interrupciones del suministro y reducciones de la producción.
Por ahora, dado el amplio espectro de desafíos a los que se enfrentarán las empresas mineras en los próximos años -aumento de los costes, reducción de la ley del mineral y creciente intervención de los gobierno-, en Saxo Bank prefieren la exposición directa a los metales subyacentes, principalmente a través de ETFs.