Las materias primas vuelven al rádar de los inversores. Según explican los expertos, gran parte de ellas están experimentado un rally y sus rentabilidades superan a la renta variable por primera vez en mucho tiempo. Las gestoras, por su parte, están analizando si estamos ante un nuevo superciclo de mercado caracterizado por el alza de los precios y qué está impulsando su precio.
Mientras que la energía, los metales industriales y la agricultura siguen registrando fuertes ganancias, los metales preciosos se mantienen rezagados. Según apunta el último informe mensual de WisdomTree, los precios de la energía han liderado el comportamiento de las materias primas. “La combinación de una ola de frío en EE.UU. y la sorprendente falta de voluntad de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus países asociados (combinados como OPEP+) para aumentar la producción, han hecho que los precios del petróleo suban”, señala el informe.
La excepción en este rally lo ha marcado el oro. Según explica WisdomTree, el oro se ha visto presionado por el aumento de los rendimientos del Tesoro estadounidense que, en el caso de bono a 10 años, se dispararon cerca del 1,6% en marzo de 2021, desde un mínimo del 0,5% en agosto de 2020. “La fuerte relación inversa del oro con los rendimientos de los bonos del Tesoro no augura nada bueno. Sin embargo, las expectativas de inflación están aumentando rápidamente y esto sí es positivo para el precio del oro. Los precios del oro tienden a reaccionar a la inflación realizada más que a las expectativas de inflación”, señalan desde WisdomTree.
“El aumento de la demanda de materias primas de China, el control de la oferta en el sector petrolero, así como los compromisos gubernamentales para mantener el apoyo económico fiscal, han contribuido a ello”, explica James Luke, gestor de fondos de Schroders. El gestor reconoce que tanto ellos como un número cada vez mayor de inversores ven varias similitudes estructurales entre los principios de la década de 2020 y los principios de la de 2000, la última vez que las materias primas comenzaron un largo y poderoso ascenso a precios récord.
“Ahora, como entonces, hemos visto una importante reducción de la inversión en el suministro de materias primas con el capex en las empresas de petróleo y gas y minería cayendo alrededor del 40% desde 2011. A principios de la década del 2000, China representaba una fuente importante de demanda de materias primas. Hoy, podemos estar a punto de entrar en un período sin precedentes de inversión de capital global coordinada para facilitar la transición energética. El cambio a fuentes de energía limpia y vehículos eléctricos puede provocar una aceleración de la demanda de materias primas”, explica el gestor de Schroders.
En opinión de Luke hay cinco razones que respaldan el nuevo “superciclo” de las materias primas: su actual bajo precio; una mayor inflación; una mayor demanda al calor de la recuperación económica; la falta de inversión; y un dólar más bajo. Sobre este último aspecto explica que la intervención de la Reserva Federal de EE.UU. (Fed) durante la pandemia del COVID-19 para apuntalar las finanzas de empresas y consumidores ha limitado la apreciación del dólar.
“Un dólar más débil es positivo para las materias primas. Aunque la mayoría de las materias primas se producen en los mercados emergentes, su precio suele expresarse en dólares. Cuando el dólar se debilita, el precio de estas materias primas en términos de dólares aumenta”, matiza Luke.
Vientos a favor
Desde WidsomTree apuntan que el precio de las materias primas seguirá en alza en la medida que la recuperación de la economía global tome mayor ritmo. “De cara a lo que queda de 2021, creemos que una recuperación económica continuada, combinada con un gasto en infraestructuras intensivo en materias primas y una transición energética verde, proporcionará un entorno favorable para las materias primas. Los metales industriales se beneficiarán especialmente de estas tendencias. Sin embargo, el posicionamiento de los inversores en estos metales es relativamente elevado. Por lo tanto, no descartamos que se produzcan periódicamente reorganizaciones de las posiciones largas, que podrían hacer bajar los precios temporalmente. Ya hemos visto algo de esto la semana pasada. Sin embargo, en general, los precios de los metales básicos podrían estar preparados para un periodo plurianual alcista”, señala la gestora en su informe mensual.
Misma visión comparten desde Lyxor. Según recuerda en su informe semanal en el que analiza las tendencias en el universo hedge fund, las materias primas se benefician de vientos favorables en el plano macroeconómico. “Una fase temprana del ciclo, con la salida de la recesión inducida por la pandemia, y las políticas reflacionistas a escala mundial ofrecen un enorme respaldo. También asistimos a un repunte de la liquidez mundial, impulsada por los estímulos monetarios, que pasará el relevo a los ahorros de los hogares y las empresas cuando puedan ponerlos en circulación. Parte de la amplia liquidez de mercado, que busca opciones de asignación, acabará destinándose a las materias primas. Además, conforme aumentan los tipos y la inflación, los inversores buscarán la protección que las materias primas ofrecen de manera natural. Habida cuenta de la decreciente demanda de refugios seguros y el empeoramiento de la posición exterior de Estados Unidos, una nueva debilidad del dólar también podría servir de ayuda”, señala el documento de Lyxor.
Además, destaca que también hay “vientos favorables” desde el plano fundamental. En este sentido, el informe argumenta que las materias primas afrontan un déficit de oferta/demanda, fruto de años de restricciones en la oferta desde la crisis financiera y, más recientemente, debido a la guerra comercial y a la pandemia, dadas las limitadas inversiones en capacidad y exploración. Y espera que la demanda se dispare gracias a los programas de vacunación. No cabe duda de que la situación varía de una materia prima a otra.
“Por último, los vientos favorables procedentes de las tendencias seculares también apuntalarán la demanda y los precios. El sector inmobiliario ha comenzado un periodo de bonanza, especialmente en Estados Unidos. La descarbonización y el auge de los vehículos eléctricos espolearán la demanda de metales básicos. Las perspectivas de un creciente gasto en infraestructura serán sumamente beneficiosas para la mayor parte de las materias primas cíclicas y los materiales de construcción”, añade el informe de Lyxor.