En 2017, el mercado de materias primas proyectó una imagen más positiva y de recuperación que lo que realmente fueron sus rendimientos. Esta es la conclusión que señala Carsten Menke, analista de commodities de Julius Baer. En su opinión, el mercado está asentando las consecuencias de un nuevo orden mundial que ha generado miniciclos muy fuertes y positivos, dentro de un contexto macro mucho más suave.
El banco prevé que para este año que los miniciclos que hemos visto y que han elevado el precio del petróleo se reviertan. “Los precios del petróleo deberían bajar, ya que el mercado está evaluando el nuevo orden mundial del petróleo. El sólido crecimiento mundial está sobradamente reflejado en los precios actuales de los metales, pero se deberían abrir oportunidades para la compra de oro a bajo precio”, afirma Menke.
Si bien los precios subieron de media, aun así, los inversores tuvieron problemas para ganar dinero. Se enfrentaron a importantes adversidades, como resultado de la amplitud de los inventarios generales. Según Menke, “creemos que el último aumento en los precios de las materias primas se debió principalmente a los miniciclos específicos del mercado, el sentimiento cada vez más alcista y las preocupaciones geopolíticas. Estosfactores deberían revertirse a lo largo del próximo año, mientras que el tope en los precios relacionado con el aceite de pizarra y la progresiva transición económica de China deberían atenuar el impacto del ciclo macro”.
Petróleo, un nuevo orden mundial
Respecto a la evolución del petróleo, el sólido contexto económico debería respaldar la demanda de petróleo, pero el crecimiento debería ralentizarse, reflejando el ciclo comercial avanzado. Mientras tanto, la geopolítica y el acuerdo de suministro de las naciones petroleras no pueden deshacer el orden del mercado petrolero posterior al superciclo. “La recuperación del petróleo parece temporal, y los precios deberían mantenerse en un rango de alrededor de 50 dólares por barril”, argumenta Menke.
En opinión de Julius Baer, el crecimiento mundial está sobradamente reflejado en los precios actuales de los metales y los temores de falta de oferta son exagerados. “A medida que China continúa la transición de una economía impulsada por la inversión a otra basada en el consumo, debería reducirse el crecimiento de la demanda de metales. Aunque vemos más bien una baja que un alza para los precios, también reconocemos el riesgo de una sobreanimación impulsada por el sentimiento positivo”, advierte Menke.
Por último, en los mercados de oro, la entidad prevé que se dé una “fase transitoria”. Es decir, en estos mercados deberían desaparecer las desventajas del ciclo tarifario a corto plazo, abriendo oportunidades de compras a bajo precio a medio y largo plazo. “Las dudas sobre las perspectivas de crecimiento podrían reactivar la demanda de refugio seguro una vez que las rentabilidades del dólar estadounidense y de los bonos de Estados Unidos comiencen a renovarse”, concluye este analista de Julius Baer.