Los grandes inversores institucionales globales han puesto sus ojos en los activos alternativos, principalmente se muestran cada vez más interesados en infraestructuras, real estate y capital riesgo. Esta es una de las principales conclusiones que arroja la quinta encuesta elaborada por BlackRock, “Global Institutional Rebalancing Survey”, a este tipo de inversores.
Según explica, Manuel Gutiérrez-Mellado, miembro del equipo de ventas retail e institucional de BlackRock para Iberia, “los inversores institucionales están moviendo sus posiciones más tradicionales en renta fija y renta variable hacia otro tipo de activos que puedan aportarles mejores retornos, ingresos en forma de cupón y/o una mayor diversificación para su cartera y en algunos casos protegerse contra la subida de tipos o la inflación”. Y los activos alternativos han sido la respuesta que han encontrado los grandes inversores institucionales.
El informe, elaborado gracias a las respuestas de 224 entidades globales que representan una muestra de 7,4 billones de dólares en activos bajo gestión, señala que los inversores institucionales consideran que se enfrentan actualmente a un entorno de bajos rendimientos y valoraciones relativamente altas para los activos de riesgo, por lo que han reaccionado protegiendo sus carteras, diversificando hacia otro tipo de activos y apostando por la gestión activa.
“Los inversores se encuentran ante la disyuntiva de asumir menos retorno o asumir un poco más de riesgo, siempre ajustado a su perfil. Y la respuesta ha sido elegir activos alternativos, en concreto inversiones más ilíquidas, porque pueden potenciar su retorno, aportar diversificación y retornos, y proteger su cartera. Además, este tipo de inversiones se ajustan a su perfil de inversores a largo plazo”, explica Gutiérrez-Mellado.
Por ejemplo, según los datos que arroja el informe, tres quintas partes de los inversores institucionales a nivel mundial (el 60%) espera aumentar sus asignaciones en infraestructuras y renovables. Otro de los activos que más atractivo tiene es el real estate y, al menos, el 42% de los encuestados señala que ha aumentado su asignación a esta clase de activos. Respecto al capital riesgo, el 43% afirma que buscará también aumentar sus posiciones.
En opinión de Gutiérrez-Mellado, el mayor desarrollo y evolución del mercado de activos alternativos ha permitido “ampliar el abanico de los objetivos que se marcan los inversores institucionales con este tipo de activos”. Es decir, desde BlackRock defienden que lo que tiene sentido a la hora de construir la cartera es identificar qué quieres conseguir al incluir este tipo de activos alternativos en la cartera.
“La gran evolución del mercado de activos alternativos permite al inversor institucional ser más específico con lo que quiere conseguir y sobre ello, identificar el cómo. Una consecuencia de esto es que los inversores institucionales se han vuelto más selectivos a la hora de elegir en qué manos dejará sus inversiones”, insiste Gutiérrez-Mellado.
Mover la liquidez
Tradicionalmente, los inversores institucionales han destinado entre el 10% y el 20% de su inversión a activos alternativos. Ahora, según los datos recopilados por BlackRock, están movilizando parte de su liquidez. Según explica este responsable de BlackRock, lo que significa esto es que los inversores institucionales están dispuestos a asumir algo más de riesgo, pero no de forma excesiva.
“Están seguros de que el crecimiento global sostenido continuará, pero no son ajenos al impacto de la inflación o las subidas de tipos en sus carteras; por lo que buscan diversificación, protección y estrategias alternativas que les aporte algo más de retorno. Esto les obliga a ser más rigurosos, selectivos y exigentes”, destaca Gutiérrez-Mellado.
Oportunidades en alternativos
Los inversores no son lo únicos que se muestran “rigurosos, selectivos y exigentes”; BlackRock también. “Puede que el universo de activos alternativos se haya desarrollado y ampliado, pero ahora mismo la oferta de proyectos atractivos es baja. Desde BlackRock creemos que hay parte de este tipo de activos que están muy mirados y algo caro, por eso buscamos en los mercados menos seguidos y quizás algo mas desconocidos, para que su valoración no juegue un papel tan determinante”, matiza.
Los tres activos alternativos a los que se están moviendo los inversores institucionales son el capital riesgo, el real estate y los activos de infraestructuras. Para Gutiérrez-Mellado todos presentan importantes oportunidades de inversión tanto para los inversores institucionales de países emergentes o de desarrollados.
“En el caso de las infraestructuras, creo que la ofertará crecerá según las intenciones manifestadas por gobiernos como el norteamericano, el japonés o el británico. También, dentro de las infraestructuras, destaca la energía renovable; también potenciada por la tendencia de las inversiones sostenibles”, señala.
Respecto al capital riesgo –que representa el 50% del capital invertido en activos alternativos–, a la gestora le gusta los proyectos de consolidación o escisión de las empresas; además de sectores dónde se están produciendo procesos disruptivos como el de salud, las telecomunicaciones y la tecnología, y las finanzas.
Otras las oportunidades que la gestora considera que existe es el crédito privado. “Este es un espacio en el que, tras la crisis, los bancos se retiraron y ahora hay bastante demanda de financiación. En particular nos gustan las pequeñas y medianas empresas y, aunque tenga un perfil de riesgo mayor, el crédito oportunista”, matiza Gutiérrez-Mellado
Por último, en el caso del real estate, pese a ser uno de los activos más tradicionales para los inversores institucionales, éstos se han vuelto más selectivos ante el entorno actual de valoraciones.
Aunque hay oportunidades, Gutiérrez-Mellado reconoce que no siempre es fácil identificarlas. “¿Cómo se buscan? Pues ampliando las zonas geográficas, el tipo de estrategia, cómo se estructuran estos activos dentro de la cartera y siendo más selectivos a la hora de saber qué es lo que quiere conseguir el inversor”, concluye.