La última edición del BlackRock Global Rebalancing Survey, enfocada a cliente institucionales, muestra que este tipo de inversor ha aumentado su asignación a los mercados privados en detrimento de los mercados públicos con el objetivo de mitigar el riesgo. En opinión de Manuel Gutiérrez- Mellado, responsable de desarrollo de negocio para Iberia, esta encuesta revela mucho más de lo que a primera vista parece.
“2018 ha servido para poner de manifiesto que, a pesar de que los fundamentales han sido sólidos, el mercado ha estado más enfocado en otro tipo de preocupaciones como el tema de las tensiones comerciales o una posible recesión a corto plazo, por ejemplo. Esto nos ha llevado a un cuarto trimestre en 2018 complicado simplemente movido por un mayor sentimiento de preocupación por parte del inversor”, apunta Gutiérrez-Mellado a la hora de explicar el contraste que hay entre las perspectivas de las casas de inversión, que descartan una recesión en 2019, y la preocupación del inversor respecto a este tema.
Este sentimiento ha quedado reflejado en la última encuesta global publicada por la firma, la Global Rebalancing Survey: el 56% de los encuestados considera que la posibilidad de que el ciclo se esté revirtiendo constituye uno de los riesgos macroeconómicos más importantes que afectan a sus planes de reajuste y asignación de activos. “Después del peor diciembre desde 1930, tuvimos el mejor enero en 30 años”, afirma.
El escenario que maneja BlackRock es de un menor crecimiento global, pero no espera una recesión a corto plazo. Según explica Gutiérrez-Mellado, esperan que Estados Unidos y China estén mejor que sus comparables. “Estados Unidos se está estabilizando en unos niveles de crecimiento superiores que otras economías desarrolladas y en China, el Gobierno está introduciendo estímulos para frenar esa ralentización del crecimiento económico”, añade.
Con este escenario y sentimiento, el responsable de inversiones alternativas de BlackRock para Latinoamérica e Iberia ve lógico los datos que arroja la encuesta: búsqueda de posiciones más líquidas e ideas alternativas de inversión, con menos exposición a renta variable, y activos más seguros de cara al entorno económico. “Lo que más preocupa a los inversores es que el ciclo económico se dé la vuelta y por lo tanto, vemos riesgo en que este miedo se vuelva a poner en precio en el mercado. Con este enfoque y teniendo en cuenta que si miramos la evolución histórica el inversor se ha visto recompensado en casi todos los activos por asumir riesgo, una visión constructiva de cómo debo posicionar la cartera en este entorno de mercado sería buscar las oportunidades del final de ciclo”, apunta como elemento fundamental a la hora de cambiar el chip del inversor.
Construcción de la cartera
A nivel agregado, la encuesta muestra que los inversores institucionales quieren reducir peso en renta variable de forma significativa, mientras que ninguno lo quiere incrementar. A cambio se centran en abrazar tres tipos de activos: capital riesgo, real estate y real assets
“El inversor institucional está buscando reducir su exposición a renta variable cotizada en favor de inversiones alternativas que aporten una mayor rentabilidad y diversificación a su cartera. Principalmente por tres motivos: diversificación, una fuente distinta de retornos y una relación riesgo/retorno que aporte otros beneficios a tu cartera. Dada la naturaleza de inversor a largo plazo que tienen los inversores institucionales, vemos que están más por la labor de aumentar su rentabilidad con activos alternativos que con las inversiones tradicionales”, explica Gutiérrez- Mellado.
Mientras que en renta variable esta tendencia es global, Gutiérrez- Mellado apunta que el sentimiento del inversor institucional respecto a al renta fija varía sustancialmente según las áreas geográficas. “Vemos que el inversor americano quiere incrementar la renta fija en su cartera, ya que los tipos y los activos se están pagando a otro nivel. Sin embargo, el inversor europeo lo quiere reducir de forma drástica. Lo que sí se ve es que el inversor está intentando buscar un retorno de sus inversiones en la parte de renta fija, por eso se está fijando en renta fija emergente, activos colateralizados, posiciones de corto plazo y crédito privado”, aclara.
Gutiérrez- Mellado reconoce que todo esto significa que los inversores institucionales están asumiendo más riesgo, su única forma de evitar que sus carteras pierdan rentabilidad. “Uno de los temas que nosotros estamos proponiendo a la hora de construir carteras más resilientes y que puedan aguantar mejor la volatilidad, es introducir activos con duraciones largas como contrapeso a otras posiciones con un perfil de riesgo más alto. Creemos que es importante construir la cartera poniendo esos contrapesos”, afirma.
La firma considera que esta propuesta encaja muy bien con lo que, según arroja la encuesta, los inversores institucionales están demandando. “Vemos un interés clarísimo por construir carteras más sólidas, más diversificadas mejor descorrelacionadas, y que incluyan un mayor número de activos que entre ellos puedan conjugarse bien, para que la cartera esté bien balanceada y navegue bien en la volatilidad que va haber durante los próximos años”, concluye Gutiérrez- Mellado.
Mientras que en renta variable esta tendencia es global, Gutiérrez- Mellado apunta que el sentimiento del inversor institucional respecto a al renta fija varía sustancialmente según las áreas geográficas. “Vemos que el inversor americano quiere incrementar la renta fija en su cartera, ya que los tipos y los activos se están pagando a otro nivel. Sin embargo, el inversor europeo lo quiere reducir de forma drástica. Lo que sí se ve es que el inversor está intentando buscar un retorno de sus inversiones en la parte de renta fija, por eso se está fijando en renta fija emergente, activos colateralizados, posiciones de corto plazo y crédito privado”, aclara.
Gutiérrez- Mellado reconoce que todo esto significa que los inversores institucionales están asumiendo más riesgo, su única forma de evitar que sus carteras pierdan rentabilidad. “Uno de los temas que nosotros estamos proponiendo a la hora de construir carteras más resilientes y que puedan aguantar mejor la volatilidad, es introducir activos con duraciones largas como contrapeso a otras posiciones con un perfil de riesgo más alto. Creemos que es importante construir la cartera poniendo esos contrapesos”, afirma.
La firma considera que esta propuesta encaja muy bien con lo que, según arroja la encuesta, los inversores institucionales están demandando. “Vemos un interés clarísimo por construir carteras más sólidas, más diversificadas y descorrelacionen mejor, y que incluyan un mayor número de activos que entre ellos puedan conjugarse bien, para que la cartera esté bien balanceada y navegue bien en la volatilidad que va haber durante los próximos años”, concluye Gutiérrez- Mellado