La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) celebra, entre ayer y hoy, su reunión estival. En esta ocasión, el encuentro está marcado por el aumento de casos de COVID-19, las próximas elecciones presidenciales y la propuesta fiscal que está sobre la mesa, que alcanza un importe de un billón de dólares. Esta suma de factores abre el debate sobre si la Fed anunciará o no nuevas medidas.
En el lado que apoya que la Fed lanzará nuevos estímulos está Gilles Moëc, economista jefe de AXA IM. Defiende que en la reunión de estos días se acordarán más estímulos, sobre todo teniendo en cuenta las elecciones inminentes del país. Sin embargo, advierte que ese estímulo será «menos generoso» que en el pasado.
En opinión de Adam Vettese, analista de eToro, la Fed podría recurrir a algún tipo de medida no convencional, como el control de la curva de rendimiento. «No se espera que la Reserva Federal vaya a recurrir a tasas de interés negativas, pero algunos sospechan que podría recurrir a medidas no convencionales, como el control de la curva de rendimiento o el establecimiento de límites máximos para los rendimientos del Tesoro a corto plazo, a fin de ayudar a mantener el orden del mercado. En cualquier caso, los mercados buscarán que la retórica tranquilizadora continúe y que la política siga siendo acomodaticia”, apunta Vettese.
En cambio Franck Dixmier, director de inversiones global de renta fija de Allianz Global Investors, con los mismos factores en mente señala todo lo contrario. “El deterioro en el ámbito de la sanidad pública en los Estados Unidos aumenta la incertidumbre sobre el crecimiento económico. Es probable que la Fed no tome medidas en su próxima reunión, más bien debería subrayar los riesgos que continúan pesando sobre la economía y reiterar su capacidad de hacer más si es necesario”.
Para Dixmier, la Fed está en “modo vigilancia”, ya que, respaldada por una combinación de políticas reequilibradas, ha pasado de tomar medidas a gestionar una crisis, garantizando condiciones financieras atractivas para los emisores públicos y privados. “En Estados Unidos, como en todos los países desarrollados, la combinación de políticas se ha vuelto mucho más equilibrada, con políticas fiscales que complementan la intervención ilimitada de los bancos centrales. Esta firme resolución por parte de las autoridades políticas y monetarias muestra que están dispuestos a apoyar a la economía a cualquier coste y, por lo tanto, proporciona una doble e indispensable red de seguridad. Sin embargo, la Reserva Federal de Estados Unidos, que puede congratularse por restaurar el buen funcionamiento de los mercados financieros del país, permanecerá alerta”, sostiene Dixmier.
Una visión que también comparte Jack Janasiewicz, portfolio manager de la gestora de fondos de inversión Natixis Investment Managers. “Vemos la política monetaria muy, muy acomodaticia. Ciertamente no esperamos que la Fed haga ningún cambio en la política de tipos de interés que pueda ser considerado restrictivo para el crecimiento. Así que esperamos que los tipos de interés continúen siendo muy acomodaticios durante todo este año, el año que viene y probablemente hasta 2022, basándonos en las indicaciones que han dado”, apunta Janasiewicz.
François Rimeu, estratega senior de La Française AM, define la reunión de hoy como uno no-evento para los mercados financieros. “La Fed confirmará que seguirá expandiendo su balance al ritmo actual y seguirá mostrándose flexible y mantendrán su apoyo a los mercados de crédito. Creemos que no incrementarán sus medidas acomodaticias. La incertidumbre sigue siendo alta, pero la economía se ha recuperado más rápido de lo que apuntaban la mayoría de las previsiones económicas (ventas al por menor, empleo, etc.)”, explica.
Pero Rimeu matiza que la Fed “no implementarán el control de la curva de rendimiento”. Según su valoración, el tema sigue siendo objeto de debate, pero consideran que los miembros de la Fed preferirán esperar a que haya más claridad macroeconómica antes de actuar. “Comunicarán que su análisis estratégico sobre la inflación sigue en curso, pero no proporcionarán más información. La conferencia de Jackson Hole, el próximo 28 de agosto, podría ser un buen lugar para anunciar algunas de las conclusiones”, advierte.
Desde Ebury coinciden en que la Fed mantendrá su política sin cambios y se mostrará cautelosa sobre las perspectivas económicas de Estados Unidos. “Esperamos que Powell mantenga la puerta entreabierta al control de la curva de rendimientos para finales de este año, si las condiciones lo justificaran”, apunta Ebury en su último informe.
¿Dónde están los debates?
Según indica Bank Of América en su último análisis, es probable que durante la reunión del FOMC se debata sobre el conjunto de instrumentos, en concreto de cómo pasar de las políticas de “estabilización” a las de “acomodación”. “Aunque creemos que hay un acuerdo por el cual los próximos pasos deben cumplir el objetivo de mejorar la orientación de cara al futuro, no creemos que los funcionarios de la Reserva Federal se hayan decidido por una estrategia. Powell probablemente discutirá algunas de las opciones, y las actas publicadas dentro de tres semanas proporcionarán más claridad”, recoge el informe.
En este sentido, la entidad espera que durante la rueda de prensa Jerome Powell, presidente de la Fed, proporcione poca información nueva. Según señalan en el documento, “en nuestra opinión, esperamos solo unos pocos cambios en el párrafo de las condiciones actuales para destacar la mejora hasta el momento, pero también que se exprese cautela sobre los recientes signos de desaceleración, según muestran algunos de los indicadores”.
Por su parte, Ebury prevé “interesante” la reacción del mercado de divisas a la reunión de la Fed. “Si continúa la tendencia vivida durante esta crisis de introducir más estímulos, la moneda irá fortaleciéndose y el dólar probablemente se recupere. Por otro lado, la venta del dólar ante las perspectivas de una mayor flexibilización del banco central podría marcar el retorno al comportamiento habitual del mercado”, explica Ebury, quien considera que lo más probable es que “la Reserva Federal no haga nada y se limite a mantenerse a la espera de noticias del Congreso” sobre la ampliación la ampliación del programa de prestaciones adicionales a los ingresos.
Otros, como Janasiewicz, consideran que donde la cosa se puede poner interesante es la parte de la política fiscal. “El impacto del virus continua su camino y seguimos viendo una recuperación lenta y que puede ser calificada de desigual, aunque vaya en la dirección correcta. Lo preocupante es qué pasa con la discusión fiscal que está teniendo lugar en el Congreso de EE.UU. sobre los beneficios para el desempleo. Estas ayudas realmente han ayudado a cubrir la brecha que se había abierto para toda la gente que ha sido despedida. Si el Congreso empieza ahora a reducir esas ayudas o incluso a recortarlas drásticamente, esta clase de impacto empezaría a filtrarse en las expectativas de crecimiento y, de nuevo, cuando tú tienes un paso atrás en la economía, lo que esperas entonces es una intervención acomodaticia masiva por parte de la Reserva Federal. En definitiva, este aspecto fiscal continúa siendo una fuente de preocupación”.