Los dividendos de las empresas se han recuperado en gran medida de los estragos de la pandemia, y es probable que los pagos de las compañías europeas vuelvan a los niveles anteriores a la pandemia a mediados de 2022 [1]. Sin embargo, la mayor recuperación de los dividendos se ha producido en los sectores más difíciles desde el punto de vista medioambiental. Las empresas mineras, por ejemplo, han anunciado repartos extraordinarios gracias a la subida de los precios de las materias primas, y las petroleras y compañías de gas han podido aumentar los dividendos a medida que los precios de la energía se han recuperado.
En este contexto, los inversores deben encontrar un camino para garantizar que su estrategia de ingresos de renta variable no sea incompatible con una creciente atención a los criterios ESG, manteniendo al mismo tiempo una diversidad sectorial suficiente para una gestión prudente de la cartera. Para NN Investment Partners (NN IP), hay tres formas clave de garantizar la sostenibilidad de los dividendos a largo plazo:
Comprometerse en lugar de excluir
El enfoque preferido de NN IP es comprometerse con las empresas para lograr el cambio, en lugar de excluirlas. Nicolas Simar, gestor senior de la cartera de European High Dividend, afirma: «Sólo llegamos a donde queremos estar si ayudamos a las empresas a realizar la transición. Aplicar una exclusión general en subsectores específicos no ayuda necesariamente, sobre todo si esos activos se venden luego a inversores con una menor sensibilidad a los factores ESG. Es mucho mejor actuar como accionistas responsables y comprometerse con las empresas para ayudarlas a avanzar en la dirección correcta. Como inversores, también tenemos que construir una valoración realista de cómo el camino hacia el cero neto impacta en sus flujos de caja y el efecto potencial en los dividendos».
Ajustar las métricas financieras a criterios específicos de ESG
Mark Belsey, analista de inversiones senior del equipo de renta variable europea, señala que desde la gestora observan los riesgos y las oportunidades ESG de cada empresa y los incorporan a su análisis de valoración. “Hay elementos que pueden cuantificarse fácilmente. Para ello, podemos ajustar nuestras previsiones financieras y nuestras estimaciones de flujos de caja descontados. Para los factores más difíciles de cuantificar, integramos el análisis cualitativo en nuestro caso de inversión. Entonces podemos aplicar descuentos o primas a los costes de capital, o múltiplos de valoración, en relación con su grupo de referencia».
Esta evaluación también puede llevarse a cabo junto con los esfuerzos de engagement. Si un compromiso funciona, puede eliminarse el descuento aplicado a una empresa con malos resultados. Si no lo hace, el descuento seguirá aplicándose.
Cuantificar el coste de lograr el cero neto
«Nuestros analistas tienen en cuenta los gastos operativos y de capital necesarios para que las empresas alcancen el objetivo de cero emisiones netas”, explica Robert Davis, gestor senior de carteras del equipo de renta variable europea. “Una vez que hemos incorporado esto a las previsiones, podemos tener una proyección de los flujos de caja para esa empresa bastante diferente a la del consenso del mercado. Esto es importante para el reparto de dividendos: una empresa que necesita invertir cientos de millones en un proyecto de neutralidad de carbono puede ver mermados sus flujos de caja».
Sin embargo, a largo plazo, esta inversión puede mejorar la posición financiera de la empresa. Puede haber un retorno atractivo de su inversión porque ya no tiene que pagar por los bonos de carbono, o pueden cobrar una prima por su producto porque se produce de forma sostenible, añade.
Conclusión
Para el inversor en dividendos, Europa continental cuenta con una amplia selección de empresas generadoras de ingresos en múltiples sectores. Tiene una concentración notablemente menor en sectores cíclicos que, por ejemplo, el mercado británico. Sin embargo, todavía puede ser difícil encontrar empresas con ingresos elevados y crecientes que obtengan una buena puntuación en criterios ESG.
Con el proceso adecuado, estos objetivos son compatibles: si se eligen los nombres indicados en cada sector, es posible construir una cartera con mejores resultados pero que también logre una intensidad de emisiones de carbono inferior a la del índice de referencia.
[1] Reuters