Macquarie Asset Management ha publicado sus previsiones para 2024, en las que da a conocer sus perspectivas sobre los temas que configurarán el panorama de la inversión y la rentabilidad de las principales clases de activos durante el próximo año. Macquarie Asset Management expone sus expectativas de que el crecimiento mundial se verá más afectado en el próximo año, a medida que los elevados tipos de interés y el endurecimiento de las condiciones crediticias vayan ralentizando cada vez más la actividad económica.
El año 2023 ha sido testigo de mejoras para los inversores en comparación con el anterior: la renta variable estadounidense (índice S&P 500®) ha obtenido una rentabilidad del 11,5% en lo que va de año, mientras que la de la renta fija (bonos del Tesoro a 10 años) ha sido del -5,4%. En comparación, ambas clases de activos rindieron un -15,0% en 2022. A pesar de la mejora de los rendimientos este año, en opinión de Macquarie Asset Management, los inversores siguen teniendo que sortear obstáculos cíclicos.
Estados Unidos mostró su resistencia ante el endurecimiento más rápido y acusado de la política monetaria en 40 años, pero los principales indicadores adelantados, como la curva de rentabilidad, los agregados monetarios y las condiciones crediticias, sugieren que el riesgo de ralentización del crecimiento, o incluso de recesión, sigue ahí. Por su parte, las economías de la zona euro y del Reino Unido están ya al borde de la recesión al intensificarse los factores adversos derivados de una política monetaria más restrictiva, al tiempo que se desvanecen los vientos en contra derivados de la subida de los precios de la energía. En cuanto a China, Macquarie Asset Management prevé que, si bien parece probable una cierta recuperación de la demanda interna en 2024, las restricciones políticas hacen que la recuperación pueda no ser sólida, y se espera un crecimiento del PIB del orden del 3%-5%.
Ben Way, jefe de Grupo de Macquarie Asset Management, señaló: «Según nuestra experiencia, la volatilidad y la incertidumbre, aunque no son necesariamente bienvenidas, pueden generar oportunidades. Aunque reconocemos los retos que plantea el entorno actual, adoptamos una visión matizada en todos los mercados y clases de activos y seguimos siendo optimistas en cuanto a nuestra capacidad para encontrar oportunidades a corto plazo para los inversores».
Mercados mundiales de renta variable: en busca del valor en un contexto de volatilidad
Macquarie Asset Management espera que la renta variable cotizada afronte vientos de cara derivados de un contexto económico más volátil y del hecho de que la renta fija se haya convertido de nuevo en una alternativa interesante. Aunque las valoraciones de las acciones estadounidenses de gran capitalización parecen exageradas, la empresa ve oportunidades en las acciones estadounidenses de pequeña capitalización y en los activos inmobiliarios cotizados.
Al margen de Estados Unidos, la renta variable europea puede resultar cada vez más atractiva para los inversores por motivos de valoración.
Mercados mundiales de deuda y crédito: la paciencia puede verse recompensada en 2024
Ahora que la inflación está replegándose, el crecimiento del PIB se ralentiza, los bancos centrales han optado por interrumpir las subidas de tipos y apenas se prevén recortes de los tipos de interés en los próximos 12 meses, Macquarie Asset Management considera que los bonos ofrecen un buen valor. Sin embargo, los diferenciales de crédito no se sitúan en niveles acordes con las condiciones de una recesión, por lo que el equipo prefiere los bonos situados en el extremo de bajo riesgo del espectro.
En Estados Unidos, Macquarie Asset Management estima que los bonos municipales y las titulizaciones hipotecarias del sector público también ofrecen una buena propuesta de rentabilidad ajustada al riesgo.
Activos reales: retos cíclicos y factores positivos a largo plazo
En cuanto a los activos reales, las características defensivas de las infraestructuras, su capacidad de protección frente a los repuntes de la inflación y sus rentabilidades relativamente elevadas son rasgos que los inversores probablemente encontrarán atractivos en el contexto macroeconómico que la firma prevé que prevalezca en 2024.
También tiene una elevada exposición a tendencias de crecimiento a largo plazo, como la transición energética y la digitalización. Tras dos años complicados, se espera que el restablecimiento de los precios del sector inmobiliario genere oportunidades, en particular en los sectores de vivienda de alquiler y logística, que se ven favorecidos por una mayor demanda y una menor oferta nueva. El sector de oficinas sigue enfrentando el obstáculo del teletrabajo, pero podrían surgir oportunidades de reconversión y reposicionamiento en 2024 a medida que los precios se ajusten por debajo de los costes de sustitución.