La bolsa de Luxemburgo (LuxSE) ha sido la primera bolsa de valores en el mundo en introducir una plataforma para instrumentos financieros verdes. El bautizado como Luxembourg Green Exchange (LGX) arrancó ayer martes. El acceso está limitado a emisores que cumplan unos estrictos criterios de selección. La plataforma tiene como objetivo el establecer un nuevo punto de referencia para el mercado de valores verdes, ahora mismo en rápida evolución.
«Existe una verdadera voluntad de cambio. El mercado verde tiene un enorme potencial, pero debe ir acompañado por el interés de los inversores. Al establecer normas estrictas para valores verdes, LGX tiene como objetivo crear un entorno donde el mercado pueda prosperar”, declaró Robert Scharfe, CEO de LuxSE. “Con LGX, una plataforma dedicada a emisores e inversores, estamos garantizando la solución para la financiación de proyectos verdes«.
Solo 100% verde
LGX reúne a los emisores que dedican el 100% de la financiación obtenida a inversiones verdes y se convertirá inmediatamente en el hogar de la mayoría de los 114 bonos verdes que aparecen en LuxSE, que suman un valor de más de 45.000 millones.
Es la primera vez que una bolsa de valores requiere estrictos criterios de selección a los valores verdes para adherirse a ella, incluyendo el auto etiquetado como verde o equivalente, que el 100% de los ingresos se destinen a la financiación o refinanciación de proyectos verdes, y un análisis previo y reporte posterior. «Los informes a posteriori están lejos de ser el estándar del mercado. La valiente decisión de introducirlos como requisito de entrada responde a nuestra ambición de poder garantizar que los valores en LGX son realmente verdes. Tal confirmación es lo que buscan los inversores, ya que cada vez esperan que los emisores sean más claros acerca de la utilización de los beneficios”, añade el CEO.
El acceso a LGX está prohibido para títulos de –al menos- las siguientes categorías: producción de energía nuclear; comercio de especies protegidas por la CITES; la experimentación con animales para cosméticos y otros productos no médicos; pruebas médicas en las especies en peligro de extinción; o combustibles fósiles.
Con más de 42.000 millones en nuevas emisiones a nivel mundial, 2015 fue otro año récord para los bonos llamados “verdes”. Según las estimaciones de Climate Bonds Initiative, en 2016 la emisión de bonos verdes llegará a 100.000 millones. El ya floreciente sector de los bonos verdes recibió un impulso adicional después de la conferencia COP21 en París el año pasado, durante la cual 195 países acordaron mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 2 grados centígrados. La Agencia Internacional de la Energía estima que el mundo necesita 1 billón de dólares al año hasta 2050 para financiar la transición a bajas emisiones. El mercado de las finanzas verdes está creciendo rápidamente, y sin embargo, representa una fracción casi invisible de la financiación total del mercado de capitales.