Con más de 17 billones de euros de deuda ofreciendo rentabilidad negativa, la renta fija no parecía en 2018 el mejor activo en el que estar para ganar dinero. Sin embargo, los inversores conservadores han vuelto a experimentar una nueva edad doradad en 2019 con el regreso, sin haberse ido, de las políticas expansivas de los bancos centrales. A medida que la rentabilidad ha caído, los precios han subido y esto ha hecho ganar dinero a los inversores en deuda. En opinión de Luke Hickmore, director de inversiones en renta fija de Aberdeen Standard Investments, esta situación se extenderá al menos tres años años o, al menos, hasta que el BCE detenga su actual política monetaria basada en los tipos de interés ultrabajos. «Este es el mercado que tendremos al menos hasta 2023. El incremento de los tipos de interés en Europa suena raro en este momento, así que estas compras constantes del BCE impulsarán más los diferenciales en Europa, afirma durante una entrevista con Futuro a Fondo.
En su opinión, cuando se produzca una desaceleración de la economía, el crédito será un buen activo para invertir a pesar de que los rendimientos son terribles. «Pero eso es a menos que quieras comprar un bono para mantenerlo hasta su vencimiento, algo que solo hacen los fondos de pensiones o las aseguradoras». Sin embargo, la estrategia de obtener rentabilidad en renta fija a través del precio tiene fecha de caducidad y Hickmore la anticipa para el segundo trimestre del año próximo. «Si el BCE continua comprando, la rentabilidad podría ser bastante plana para el resto del próximo año. Así que los inversores pueden obtenerla ahora y irse tranquilamente el resto del año».
A los inversores, en su opinión, les interesa en este momento comprar crédito bancario. «Si analizas los ciclos económicos ves que después de un período industrial viene uno financiero. Actualmente, el financiero ha sido el último de manera que lo natural es que el próximo no sea financiero. Los bancos además, tienen ahora más capital que antes de la crisis financiera mientras la industria se sigue endeudando. Creo que el sector industrial puede ser el epicentro de la próxima recesión», explica Hickmore.
En este sentido, este experto cree que la economía europea está muy cerca de una recesión mientras la economía estadounidense se va a desacelerar para crecer por debajo del 1% en 2020. Y esto a pesar, destaca Hickmore, de lo que suceda con Donald Trump. «Pase lo que pase con Donald Trump, va a ser realmente difícil impulsar más la economía de EE.UU. porque un nuevo estímulo fiscal ya no es posible», sostiene.
Preferencia por los bancos españoles
Dentro del crédito bancario, los bancos españoles empezaron a desprender atractivo para Aberdeen Standard Investments el año pasado. Hickmore explica que su evolución ha sido notable desde la crisis financiera global y, además, se ha producido en silencio. «La morosidad se ha reducido drásticamente y su capital se ha reforzado, Actualmente invertimos en Bankia, BBVA y Santander que son grandes bancos». Esta preferencia por el sector financiero español no se ha visto afectada ni siquiera por la exposición de algunas entidades a Grecia o Turquía ni tampoco por la incertidumbre política en el país. «De hecho la exposición a Turquía fue una de las razones por las que invertimos en BBVA el año pasado. Todo el mundo empezó a preocuparse por esto, pero realmente su exposición a este país es pequeña en comparación con su negocio local».
El problema está, añade este experto, en el tejado del sector asegurador obligado a invertir en renta fija de larga duración para poder cumplir con sus objetivos de rentabilidad. «La duración ha aumentado mucho porque los rendimientos disminuyen y este es un efecto matemático para salir de esa trampa del rendimiento negativo. Todo lo que pueden hacer es ir más y más lejos en la curva de tipos de interés. De hecho, hemos visto ya emisiones a 30 años en Europa y las podríamos ver a mucho más tiempo. Es ahí donde va a estar la demanda, pero eso supone mucha volatilidad, por lo que predecir sus ganancias va a ser más difícil e igualar las expectativas de retorno de sus clientes va a ser más complicado», afirma Hickmore.