El mundo está pendiente de la evolución de las vacunas, la cual definirá la recuperación económica. Según ha explicado Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, en un evento organizado por Arcano Partners, si en verano se alcanza, tal y como espera, un porcentaje muy elevado de vacunados, habrá un relajamiento de las medidas, por lo que el sector servicios podrá acercarse al de manufacturas y se producirá un incremento importante de la actividad.
Sin embargo, la incertidumbre sigue siendo grande. El experto destaca factores positivos como el crecimiento del comercio internacional, la recuperación en China y EE.UU., la ausencia de crisis en los mercados emergentes y del estrés y tensión en los mercados de capitales durante estos últimos meses. Pero de Guindos localiza ciertos aspectos negativos a los que también debemos prestar atención, como, por ejemplo, variantes del virus, la evolución de la situación en la India o la asistencia de divergencias en el comportamiento económico.
“Me gustaría resaltar la aparición de cuellos de botellas en la cadena de valor del mundo, así como la inflación, que ha tenido un repunte importante”, alerta. Según prevé, la inflación en la zona euro podría ubicarse a finales de año por encima del 2%, pero debido a factores técnicos y temporales. “Esperamos que la reversión de estos efectos temporales lleve a una moderación de la inflación. Pero el debate va a estar ahí, tenemos factores que la moderan, pero también que la aceleran”, advierte.
Los efectos de las políticas económicas
Respecto a las políticas económicas, Luis de Guindos considera que, hasta el momento, han permitido evitar que a la crisis sanitaria y económica se uniera una de deuda y una financiera, lo que hubiera sido “extremadamente” negativo. En este sentido, señala que uno de los mayores riesgos para la estabilidad financiera es que se produzca una oleada de insolvencias empresariales, la cual dependerá de las medidas de apoyo fiscal y monetario.
La primera línea de defensa ante la crisis es la política fiscal, la cual tendrá un legado que se materializará, según explica de Guindos, en mayor déficit público e incremento del ratio de deuda/PIB. “La cuestión es que ese incremento del déficit y la deuda se centre en los gastos imprescindibles para atender la pandemia, ya que cuando pase tendremos un legado no deseable. Con prudencia y cuidado se tendrán que establecer planes de actuación fiscal para reconducir esa situación”, señala. Según explica, esta crisis dejará cicatrices a largo plazo e insiste en que debemos aprovechar el Plan de Recuperación. “Los recursos son elevados y hay que provecharlos. Estas variables serán básicas para dejar la crisis atrás a pesar de las cicatrices”.
Respecto a la política monetaria, de Guindos ha insistido en que la retirada de estímulos debe hacerse progresivamente y con prudencia. “Si nos aceleramos afectaremos negativamente a la recuperación. Si nos alargamos demasiado se puede producir una zombificación de la economía de la zona euro”.
Los retos del sector financiero
Lo que sacó a España de la crisis anterior fueron dos factores: la reforma del sector bancario y la enorme ganancia de competitividad, con superávit en la balanza de pagos. Y esas son también dos variables fundamentales, según explica el vicepresidente del BCE, para salir de esta crisis, a pesar de que el perfil sea diferente. “Tenemos que conseguir que el crecimiento medio vuelva a estar entorno al 2% y las dos variables básicas son el sector exterior y que no haya una situación de crisis bancaria”, señala.
Respecto al sector financiero y su papel en esta crisis, de Guindos lo define como un sector solvente, pero con retos a futuro muy importantes. “El nivel de capital medio del sistema bancario español es inferior a la media europea y tiene un reto desde el punto de vista de la rentabilidad. Existe un exceso de capacidad y tiene estructuras de costes excesivas. Es importante que su reestructuración se lleve a cabo de forma decisiva, gradual y prudente porque si no la baja rentabilidad se puede trasladar a una erosión de la base de capital que acabe generando dudas sobre la solvencia del sistema”, advierte.
“La posición de partida no tiene nada que ver con la anterior, pero hay retos muy importantes y no nos podemos dormir en los laureles, hay que actuar y continuar con el proceso de restructuración”, insiste.