El cambio climático es estructural y es un riesgo cada vez más presente desde el punto de vista de la evolución de los partícipes en el sistema financiero europeo por dos razones: puede afectar primero a través de los desastres naturales –algo que afecta al sector asegurador- y, en segundo lugar y de forma más estable en el tiempo, la transición de una economía de alta emisión de carbón a otra más sostenible supone que la banca, con exposición vía préstamos al sector energético, puede verse perjudicada. Así lo indicó Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, en las jornadas sobre economía sostenible organizadas por la APIE y la UIMP esta semana en Santander. “Si la transición no es suave, y es abrupta, podría producir una situación de impacto en los activos del sector financiero y bancario”.
Además, se mostró favorable a que riesgo del cambio climático se incluya dentro del próximo test de estrés, porque es un riesgo que puede ser sistémico.
La baja rentabilidad de la banca
Pero el principal riesgo para el sistema financiero europeo en estos momentos, dijo, es la escasa rentabilidad de la banca europea: “La rentabilidad del capital de media está en torno al 6% pero los inversores demandan rentabilidades más allá (del 8%-10%), lo que implica un descuento con respecto al valor en libros de los bancos del 50%, cuando en EE.UU. ocurre lo contrario. Y esto tiene implicaciones: en primer lugar, acudir a los mercados para levantar capital no es sencillo con estas valoraciones, porque implica diluciones muy importantes para los accionistas; y generar capital de forma orgánica se hace complejo”, afirmó.
Y esto ocurre en un entorno en el que los bancos europeos han mejorado su solvencia y liquidez, aunque no su rentabilidad: “Las razones de esta baja rentabilidad son estructurales, de coste; los costes de la banca europea de media suponen el 66% de los ingresos mientras en EE.UU. están solo ligeramente por encima del 50%”. Según De Guindos, aunque se ha hecho valoración de los non performing loans, siguen en niveles elevados (del 8% al 4%, nivel por encima de la media) y existe un claro exceso de capacidad en la banca del Viejo Continente.
“Los bajos tipos de interés no es una causa de la baja rentabilidad de la banca europea porque esta última de alguna forma no se ha visto afectada por ello; los bajos tipos han generado recuperación económica, lo que ha permitido una reducción de préstamos dudosos y un incremento de la demanda de crédito que está detrás de la reducción de tasas de niveles de provisión (que mejora los márgenes bancarios)”, añadió.
Entonces, ¿qué hacer para mejorar la rentabilidad del sector? El vicepresidente del BCE dio algunas recetas: fusiones, reducción de costes o digitalización. “Las fusiones pueden ayudar a eliminar el exceso de capacidad en la banca europea. Además, la banca europea tiene que actuar desde el punto de vista de los costes”, dijo. También la digitalización, aunque requiere de inversiones, puede producir buenos resultados. Sobre la competencia de fintech o bigtech, indicó la importancia de que la banca mejore su eficiencia y rentabilidad para competir en ese entorno.
Lo que sea necesario
Luis de Guindos habló de una desaceleración de la economía mundial, que se refleja en la deceleración del comercio mundial (con tasas de crecimiento similares a los de la crisis hace una década) y en la caída muy generalizada e importante de rentabilidades en los mercados de renta fija (algo que anticipa una perspectiva de crecimiento muy moderada y una reducida inflación y modificación de la política monetaria). “El mercado de acciones sin embargo no ha descontado tanto esto, debido a que la caída de los tipos de los mercados y el cambio de signo de la política monetaria ha tenido un efecto contrapuesto a la desaceleración económica”, destacó el vicepresidente del BCE.
Sobre el crecimiento en Europa, su previsión para este año es del 1,2%, para irse recuperando en próximos años hacia entornos del 1,5%, también con una evolución de la inflación moderada del 1,2%, y con la inflación subyacente por debajo del 1%: “Esperamos que continúe desacelerándose pero que la subyacente vaya subiendo por la evolución salarial en Europa y porque el BCE ha proporcionado un nivel muy amplio de liquidez”, dijo.
En el último consejo de gobierno se tomaron dos decisiones: se puso precio a la ronda de inyección de liquidez a largo plazo (TLTRO, la número tres) y se volvió a retrasar el horizonte temporal hasta el cual no va a subir tipos (forward guidance): “Estaba a finales de este año y ahora se ha retrasado hasta mediados de 2020, mandando el mensaje de que el BCE está dispuesto y abierto a reaccionar en función de cómo se vayan produciendo noticias económicas”.
Además destacó la indicación clara del Consejo de Gobierno de que en el supuesto de deterioro adicional de perspectivas económicas, “estaríamos dispuestos a reaccionar con medidas adicionales.. y no se excluye ninguna, porque lo que vemos, más importante que la proyección económica, es que los riesgos para la economía europea están sesgados a la baja”, dijo, y habló del Brexit y las tensiones comerciales.