La contracción en la actividad comercial se está profundizando en China, sin embargo, se ve algo de luz al final del túnel. Según delineó el banco de inversiones Julius Baer en un comentario de mercado reciente, los pasos que está dando el país para alejarse de su política cero-COVID da señales de alivio para la economía.
La actividad comercial se vio nuevamente impactada en noviembre, indicó la firma, con un crecimiento que se contrajo agudamente y más de lo esperado en el penúltimo mes del año.
Esto, indicaron se dio a medida que las importaciones y exportaciones en el país asiático se han visto impactadas por las disrupciones relacionadas con el COVID-19, una demanda doméstica débil y una desaceleración en la demanda global. “Las exportaciones se debilitaron a lo largo de la mayoría de los principales socios comerciales y productos”, indicó Sophie Altermatt, economist de Julius Baer, en su reporte.
Es más, agregaron, las exportaciones de productos tecnológicos –como teléfonos, computadores y circuitos integrados– mostró la caída más notable. Esto se dio, probablemente, por “una combinación de disrupciones de producción en algunas fábricas, debido a brotes de COVID, además de una demanda externa debilitada”.
Por su parte, el crecimiento de las importaciones cayó aún más fuerte que la de las exportaciones. Para el banco de inversiones europeo, esto probablemente “refleja una demanda doméstica ralentizada y el efecto de una base de comparación alta con el año pasado”.
A futuro, Julius Baer anticipa que el enfriamiento de la economía global impacte aún más las exportaciones chinas en los próximos meses y, por consiguiente, el crecimiento. Sin embargo, los pasos que el país asiático está anunciando para relajar su estricta política de cero COVID dan luces de esperanza.
“El mayor relajamiento de las restricciones por el COVID a nivel nacional, anunciadas este miércoles, podrían dar cierto alivio”, señaló Altermatt.
Las nuevas medidas, explicó la economista, incluyen eliminar el requisito de un test PCR negativo para la mayoría de los lugares públicos, permitir más cuarentenas en los hogares y entregar una definición más enfocada de áreas de alto riesgo.