Después de una pandemia mundial y de la invasión Rusia de Ucrania, hablar de Brexit parece extremadamente lejano. Sin embargo, este proceso aún sigue coleando para la Unión Europea, así como sus consecuencias para en términos de comercio y crecimiento económico para el Reino Unido. Uno de sus últimos pasos se ha dado esta misma semana con la firma del acuerdo de Windsor, que afecta aborda algunas de las deficiencias del Protocolo sobre Irlanda del Norte.
Según explica David Alexander Meier, economista de Julius Baer, este acuerdo es más un éxito político para el Primer Ministro Sunak y la Unión Europea que un cambio radical para la economía y la libra esterlina. Aunque reconoce que cualquier mejora es beneficiosa, ya que reduce la incertidumbre para las empresas y el riesgo de una guerra comercial entre el Reino Unido y la UE, es probable que el impacto en la economía sea limitado.
“Los líderes del Reino Unido y la Unión Europea dieron a conocer un nuevo acuerdo post-Brexit sobre Irlanda del Norte que aborda algunas de las deficiencias del Protocolo sobre Irlanda del Norte. Al reducir los controles fronterizos en el Mar de Irlanda a las mercancías destinadas a la exportación desde Irlanda del Norte a la Unión Europea (UE), se aliviarán las fricciones comerciales y podrían reactivarse las inversiones empresariales. Como el acuerdo sólo tendrá un impacto marginal en el crecimiento, la reacción del mercado ha sido moderada. Por ello, el acuerdo es más un éxito político para el Primer Ministro Sunak y la Unión Europea que un cambio radical para la economía y la libra esterlina”, explica Meier.
En concreto, este pasado lunes, el primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, y la comisionada de la Unión Europea, Ursula von der Leyen, anunciaron su acuerdo sobre la revisión del convenio post-Brexit para Irlanda del Norte que sustituye al impopular protocolo del del ex primer ministro Johnson de 2019.
Según señala el experto de Julius Baer, este protocolo había establecido acuerdos comerciales post-Brexit para Irlanda del Norte con el fin de respetar el Acuerdo de Viernes Santo, donde la paz debía garantizarse mediante la prevención de una frontera terrestre dura con la República de Irlanda. Para lograrlo, el protocolo había mantenido a Irlanda del Norte bajo la libre circulación de mercancías de la UE y las normas de la unión aduanera, eliminando la necesidad de una frontera dura en la isla, pero creando una frontera aduanera en el Mar de Irlanda entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido. Entre sus problemáticas estaba el papel del Tribunal de Justicia de la Unión Europea como único árbitro de las disputas que surjan en el marco del acuerdo.
“La parte principal del nuevo acuerdo, denominado Acuerdo de Windsor, ofrece una reducción de las fricciones comerciales entre Irlanda del Norte y Gran Bretaña mediante la creación de un denominado ‘carril verde’ sin controles para las mercancías destinadas a Irlanda del Norte y un ‘carril rojo’ con controles solo para las mercancías destinadas a la exportación desde Irlanda del Norte a la UE, junto con disposiciones administrativas para facilitar el nuevo sistema”, comenta Meier para comprender bien qué supone en la práctica este acuerdo.
Aunque el experto considera que el impacto de este acuerdo será limitado a nivel económico, sí reconoce que la inversión empresarial podría mejorar al reducirse la incertidumbre, y ve probable que aumente la eficiencia del comercio al reducirse las fricciones. Sin embargo, advierte: “También es probable que el impacto en el PIB del Reino Unido siga siendo marginal, ya que la parte del PIB de Irlanda del Norte es sólo 2.2%. Seguimos esperando una contracción del PIB de -0.4% en 2023, ya que los contratiempos derivados de los altos precios siguen pesando sobre el consumo. En consecuencia, la reacción del mercado fue más bien moderada, con un sentimiento que empujó a la libra esterlina marginalmente al alza, de 0,89 a 0,88 euro/libra”.
Meier sigue considerando más relevantes otros factores fundamentales para la economía británica, como que el Banco de Inglaterra ponga fin al endurecimiento de la política monetaria antes que sus homólogos, la desventaja del crecimiento y una inflación aún más alta, y esperamos que la libra siga bastante débil en los próximos meses.
“En última instancia, el acuerdo es un éxito político potencial para Sunak más que un cambio económico radical. Pero con el acuerdo, Sunak también se arriesga a un enfrentamiento directo con sus críticos dentro del dividido Partido Conservador y del Partido Unionista Democrático, que previamente había rechazado cualquier nuevo acuerdo como posible acercamiento a la República de Irlanda. No obstante, a estas alturas es casi seguro que el acuerdo será aprobado por el Parlamento, con un amplio apoyo de los partidos de oposición”, concluye el experto de Julius Baer.