La Reserva Federal comenzó hoy su reunión de dos días sobre política monetaria en la que se espera una nueva subida de tipos, situados ahora mismo entre el 1,5% y el 1,75%. Además de llevar a cabo este alza, es probable que el Comité de Operaciones del Mercado Abierto (FOMC) ajuste sus directrices a futuro esta semana.
En concreto, puede que no haga referencia a que los tipos se mantienen por debajo de su nivel a largo plazo. También es posible que modifiquen la orientación de su política: de “acomodaticia” a la más tibia “moderadamente acomodaticia”.
“La combinación de estos cambios pondría de manifiesto que, tras tres años y siete subidas de tipos, estos se encuentran actualmente mucho más cerca del nivel neutral. Se trata de una señal relevante y podría presagiar un cambio en el enfoque del FOMC. Cualquier subida que exceda el nivel neutral ya no podrá justificarse como parte del proceso de normalización” afirma John Bellows, gestor de Western Asset, filial de Legg Mason.
Por el contrario, añade cualquier subida futura deberá llevarse a cabo en respuesta a los datos. “Una vez alcanzado el nivel neutral, la Fed tendrá que ser más cauta si cabe en relación con su postura prevista respecto de la política monetaria”.
¿Tono severo?
La subida de tipos no será el acontecimiento principal de la reunión de esta semana, pues está más que descontada por el mercado. Para Bellows, el mensaje más importante por parte de la Fed tendrá que ver con sus planes una vez que los tipos alcancen el nivel neutral.
“Los precios del mercado reflejan la expectativa de que la Fed supere el nivel neutral y, posteriormente, mantenga una política monetaria restrictiva durante varios años. En cambio, nosotros no creemos que la Fed se sienta necesariamente obligada a superar el nivel neutral, debido a la ausencia de cambios significativos en las perspectivas de inflación”, explica el gestor.
Y es que si la Fed mostrase prudencia a la hora de acercarse al nivel neutral y sobrepasarlo, este hecho resultaría sorprendente para muchos inversores e indicaría que posiblemente la Fed no esgrima un tono tan severo como se temía.