Los inversores que emplean estrategias pasivas en sus inversiones sostenibles y éticas se están perdiendo un montón de oportunidades que los productos de inversión basados en reglas pasan por alto, afirma Ryan Smith, responsable de análisis ESG en Kames Capital.
Pese a la creciente popularidad de los fondos que replican índices éticos o de sostenibilidad, Smith cree que estos productos conllevan ciertos riesgos, vinculados a la forma en la que asignan el capital, que pueden suponer una amenaza para la rentabilidad a largo plazo.
Según el experto, muchos de estos fondos pasivos están sobreponderados en grandes capitalizadas porque estas empresas tienden a publicar más información sobre sus prácticas de sostenibilidad. Sin embargo, el nivel de transparencia de una empresa no siempre implica que su negocio sea más ético o más sostenible.
«Centrarse principalmente en las empresas que mejor documentan sus prácticas en materia medioambiental, social y de buen gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés) puede hacer que las inversiones se concentren en ciertos sectores, mientras se dejan pasar otras buenas oportunidades», explica.
«Estas estrategias pasivas suelen invertir la mayoría de sus activos en empresas de gran capitalización pero, por nuestra experiencia en la gestión de fondos éticos y sostenibles, sabemos que ambos enfoques muestran un sesgo hacia las pequeñas y medianas empresas».
Además de esta predilección por las empresas más grandes, Smith señala que estos productos suelen mostrar un sesgo geográfico que puede sobreexponer a los inversores a empresas más maduras, mientras se infraponderan los sectores más innovadores en temas de sostenibilidad.
«En general, los índices incluyen muchas empresas europeas y muy pocas de mercados emergentes, pese a que muchos de los mayores retos en sostenibilidad se dan en Asia. Por ese motivo, si se evita esta región se está dejando pasar la oportunidad de invertir en negocios que ofrecen soluciones a esos problemas».
El experto añade que los estudios más recientes en inversión responsable respaldan la idea de que, para generar alfa, resulta más efectivo centrarse en empresas que estén mejorando en materia de ESG en vez de invertir en los líderes establecidos. «Por eso, el Kames Global Sustainable Equity Fund invierte en empresas sostenibles, independientemente de su tamaño, de su nivel de desarrollo o de su ubicación geográfica», concluye.