Standard & Poor’s rebajó la semana pasada la calificación crediticia de Brasil desde BBB- hasta BB+, después de meses de especulaciones acerca de si el país perdería o no su estatus de investment grade.
Tras las recientes turbulencias políticas, los datos económicos y los contratiempos en el programa de ajuste fiscal puesto en marcha por el ministro de Finanzas Joaquim Levy, el mercado ya daba por descontada la decisión de S&P. Sin embargo, el momento en el que se ha realizado la rebaja y la decisión de colocar la calificación en perspectiva negativa sí parece haber pillado por sorpresa a más de uno, creen los expertos de Investec.
Las otras dos principales agencias de rating, Moody’s and Fitch, continúan atribuyendo al país una calificación de investment grade (Baa3 estable y BBB con perspectivas negativas, respectivamente). Pero se esperan nuevas rebajas por parte de ambas, aunque a un ritmo diferente. Es probable que el próximo en hacerlo, estima la firma, sea Fitch y su anuncio podría ir dirigido a rebajar en un escalón la calificación crediticia de Brasil a BBB-.
Mientras tanto, explican los portfolio managers de Investec, Matthew Claeson y Tomas Venezian, la rebaja llevada a cabo por S&P tiene implicaciones para el universo brasileño de deuda corporativa, y en especial para la deuda cuasi-soberana (como la emitida por Petrobras y Banco do Brasil) y la emitida por los grandes bancos (como Itaú Unibanco y Bradesco), cuyo referente es la calificación soberana del país.
Petrobras fue degradado de BBB- a BB con perspectiva negativa el 10 septiembre, con lo que la calificación otorgada por S&P a la petrolera está más o menos en línea con el rating Ba2 (estable) que Moody’s le dio el pasado mes de junio. Después de las dos rebajas, Petrobras será excluido de varios índices relevantes a finales de septiembre, incluyendo el índice de Barclays Global Aggregate (donde llegó a tener una ponderación del 0,17%) y el índice US Aggregate (en el que tenía un 0,09% de ponderación). Petrobras entrará en el Barclays Global High Yield, pero no será elegible para el índice US High Yield, ya que generalmente no incluye bonos de los mercados emergentes.
La salida de Petrobras (y de algunos otros emisores de bonos como Banco do Brasil e Itaú Unibanco) del Barclays Global Aggregate y otros índices investment grade provocará algunas ventas de los fondos de cruce, vaticinan ambos gestores. Es probable que compañías como el grupo de medios Globopar Comunicações e Participações (Globopar), el conglomerado aeroespacial Embraer, la empresa de celulosa y papel Fibria y el grupos de alimentación Brasil Foods (entre otros) permanezcan en el universo de investment grade de cara al futuro más inmediato. Otros, como la petroquímica Braskem, la productora de papel Klabin y el conglomerado de ingeniería y construcción Odebrecht Engenharia e Construção se han colocado en credit watch negativo y podrían caer por debajo de la calificación de investment grade de de S&P en los próximos 90 días.
Los diferenciales de la deuda corporativa de Brasil se han amplíado sustancialmente con respecto a las empresas de los mercados emergentes y al universo high yield de Estados Unidos.
“Sin embargo, creemos que muchos inversores de investment grade con aversión al riesgo ya han estado cambiando en sus carteras Petrobras y el resto de compañías brasileñas en el último año. Es muy difícil estimar la cantidad de ventas forzadas habrá aún en el más grande ‘ángel caído’ de la historia de bonos corporativos, pero sospechamos que la reducción del riesgo en los últimos meses ha sido significativo. Los índices de los mercado emergentes también se verán menos afectados por la rebaja de Brasil”, explican Claeson y Venezian.
Los precios de las acciones podrían seguir siendo volátiles debido a las continuas presiones políticas y económicas en Brasil, pero los gestores de Investec creen que el mercado ofrece la oportunidad de comprar mucha deuda corporativa a valoraciones atractivas. «En general, las condiciones del mercado en Brasil pueden empeorar antes de mejorar, dados los factores técnicos y la compleja situación política brasileña. Creemos que tenemos la cartera colocada en las compañías adecuadas sobre una base ajustada al riesgo que conseguirán atravesar el periodo de volatilidad y beneficiarse de una posterior recuperación», concluyen.