Los gestores han empezado el año con un mayor optimismo sobre el crecimiento mundial en 2014, especialmente en EE.UU. pero también de forma creciente en Europa, según la última encuesta de BofA Merrill Lynch, en la que participaron 234 profesionales con activos bajo gestión de 653.000 millones de dólares. Así, la proporción de inversores que cree que la economía se fortalecerá este año ha pasado de un 71% neto en diciembre a un 75% neto en enero, dando continuación a la tendencia cada vez más optimista que empezó a finales de 2012.
Ese optimismo sobre el crecimiento global se traduce en mayores expectativas de beneficios empresariales, con un 48% neto del panel que confía en una mejora de los mismos, desde el 41% de hace un mes. Por regiones, el 29% elige EE.UU. y Japón como aquellas con perspectivas más positivas, si bien Europa también ha mejorado y el 8% espera una mejora en los beneficios corporativos, el doble que en diciembre.
En este contexto de mayor confianza, la preferencia de los inversores hacia las acciones globales sigue fuerte: el 55% sobrepondera el activo, continuando con la tendencia alcista que empezó a mediados de 2012, cuando solo un 4% lo hacía. La confianza en renta variable se mantiene a pesar de que el 7% del panel cree que los mercados están sobrevalorados, la mayor lectura al respecto desde el año 2000. Sobre todo, se habla de altos precios en EE.UU., donde el 72% lo percibe así. Sin embargo, sobre Europa, el 22% cree que las acciones están infravaloradas, desde el 15% de diciembre.
Con respecto al activo más sobreponderado, los gestores eligen bolsa europea con un 34%, la segunda mayor lectura en la historia de la encuesta. «Los gestores están tomando posiciones para una recuperación fuerte de los beneficios en Europa, por lo que la presente temporada de resultados es clave para mantener esta postura. Cualquier decepción en los beneficios probablemente será castigada por los inversores», explica John Bilton, estratega de inversiones europeas de BofA Merrill Lynch.
Apetito por el riesgo cercano a máximos
Este interés por la renta variable se refleja en un mayor apetito por el riesgo: el 4% del panel dice que está tomando mayor riesgo de lo normal en su cartera, una lectura cerca de sus máximos. Así, el apetito por el riesgo se refleja en la asignación de activos: el 42% sobrepondera las acciones y un 32% infrapondera sectores defensivos como el consumo básico, la menor cifra en una década. Pero las carteras están sobreponderadas en acciones tecnológicas, industriales y bancos, los sectores más cíclicos.
Además, los inversores prefieren políticas más agresivas en las empresas: dejan de preferir una política de distribución de dividendos para optar por una mayor inversión. Creen que las compañías deberían utilizar sus beneficios para hacer crecer sus negocios: el 67% dice que están infra invertidas, una lectura récord en la historia de la encuesta. Al preguntar sobre qué deberían hacer las compañías con la liquidez, la respuesta del 58% es favorable a la inversión (capex) y solo el 11% habla de preservación de capital.
Pesimismo en emergentes
La visión positiva contrasta con el pesimismo en emergentes. El 61% de los gestores espera un fuerte deterioro de los beneficios en las acciones de los mercados emergentes globales, frente al 32% de diciembre. Los inversores creen que el mayor riesgo para el panorama global es un aterrizaje brusco de China (el 37%), mientras el 14% habla de una crisis bancaria o soberana en la Eurozona.