Los empresarios latinos alimentan el motor económico de Estados Unidos de muchas maneras. Han sido responsables de aproximadamente el 50% del crecimiento neto de nuevas pequeñas empresas durante la última década (2007-2017). Según los últimos datos de la Stanford Latino Entrepreneurship Initiative (SLEI), las empresas de propiedad latina son negocios de alta calidad y muy dignos de inversión. Estos negocios están creciendo en ingresos anuales más rápido que los mercados de propiedad blanca (WOBs por sus siglas en inglés), en un 10% en comparación con 7%, respectivamente, y tienen 11 puntos porcentuales más de probabilidad de tener una puntuación de crédito empresarial saludable por encima de 680.
Las empresas de latinos no solo están aportando a la economía norteamericana, sino que también están creando miles de puestos de trabajos y entregando nuevas oportunidades a familias estadounidenses. Durante 2014 y 2016, el empleo en las LOB creció dos veces más rápido que los trabajos en empresas no latinas y se espera que al año 2026 el 13% de estas compañías tendrán 100 o más trabajadores.
La consultora internacional Bain & Company realizó una investigación para medir y analizar el trato que tiene las empresas de propiedad latina (LOB) en Estados Unidos y cómo muchas veces son ignoradas por los inversores, a pesar de tener mucho potencial.
¿Qué falta para alcanzar todo el potencial?
A pesar de su rápido crecimiento, éstas empresas no están recibiendo su parte justa de capital de la comunidad inversora. Sin la posibilidad de buscar capital para el crecimiento o deuda a precios asequibles de los bancos, las LOB siguen teniendo una financiación significativamente inferior a la de las otras compañías, lo que limita su capacidad de ampliación. Tanto así que, si la población actual de empresas latinas estuviera financiada equitativamente con las no latinas, hoy podrían generar 1,4 billones de dólares en ingresos adicionales y 3,3 billones de dólares en ingresos adicionales para 2030, según la investigación de Bain, y corroborada por el SLEI.
La raíz del problema no es el potencial de inversión de las LOB, sino que los centros de inversión no quieren apostar por ellas. De hecho, según el estudio, menos del 1% de los fondos de los principales inversores de capital riesgo y de capital privado van a parar a manos de empresas de propiedad latina. Además, los datos sugieren que las LOB necesitan inscribir el doble de inversores que las otras compañías para obtener el mismo nivel de financiación, y que las LOB de empleadores maduros tienen entre 30 y 50 puntos porcentuales menos de probabilidades que las necesidades de financiación sean totalmente cubiertas por inversores ángeles.
Este flujo interrumpido de capital da lugar a una persistente infrafinanciación de las empresas de propiedad latina, que puede verse más cuando se acercan a la marca de un millón de dólares de ingresos. En esta fase, estas compañías parecen empezar a tener dificultades con la rentabilidad y el flujo de caja, lo que dificulta su ampliación. En esta ventana crítica, el crecimiento de las LOB se desacelera mientras que el crecimiento de las otra empresas se acelera, cerrando la brecha en el incremento anual a sólo un punto porcentual.
Soluciones a la poca inversión
Existen soluciones claras para los retos de financiación a los que se enfrentan las LOB, y ha llegado el momento de que tanto los inversores de capital como los de deuda tomen medidas. Dado que alrededor del 70% de los fondos gestionados activamente están en manos de los 25 principales actores, estas empresas serán fundamentales para la solución. Estos representantes pueden invertir directamente en las LOB a través de sus propios fondos, o pueden ayudar a cultivar fondos que se dirijan específicamente a ellas. Tanto los bancos como las instituciones financieras de desarrollo comunitario pueden ofrecer servicios integrales, como formación, consultoría y apoyo informático para ayudar a los bancos locales a aprender más rápidamente y facilitar la evaluación y la asociación para el préstamo.
Sin embargo, ningún enfoque único para resolver este problema funcionará. Las empresas no son todas iguales, depende del tamaño, las necesidades, el comportamiento y los niveles de conciencia. Es por eso que se necesita del aporte de todas las organizaciones e instituciones para lograr que las compañías de latinos en Estados Unidos puedan aprovechar su potencial y seguir contribuyendo a la economía norteamericana.