Este periodo preelectoral estadounidense es inusual, con candidatos poco populares, amplias diferencias políticas y una volatilidad en el mercado de renta variable en mínimos históricos.
Sin embargo, Richard Turnill, director mundial de Estrategia de Inversión en BlackRock, estima que esa volatilidad irá aumentando conforme se acerque la fecha clave del próximo 8 de noviembre, cuando se celebran las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
“Si las encuestas sobre el candidato republicano Donald Trump mejoran, seremos testigos de cómo la incertidumbre que rodea sus futuras políticas ejercen presión bajista sobre los activos de riesgo como la renta variable. También podría desencadenar una huida a corto plazo hacia los valores del Tesoro de Estados Unidos”, cree Turnill.
Los datos positivos sobre el mercado laboral estadounidense del pasado viernes hicieron que aumentara la rentabilidad de los bonos de Tesoro e incrementaron la probabilidad de una subida de tipos en diciembre por parte la Reserva Federal.
Tendencia histórica a las ventas
El experto explica que los mercados de renta variable suelen reaccionar más ante los factores macroeconómicos y los beneficios corporativos que a los procesos electorales. No obstante, es común que la volatilidad repunte antes de las elecciones estadounidenses y la firma espera que eso se repita este año.
“Ambos candidatos han hecho campaña a favor del aumento del gasto fiscal en infraestructuras, lo que resultaría en una mayor emisión del Tesoro. Esto podría hacer subir la rentabilidad de los valores del Tesoro y respaldar el dólar. De esta forma, el oro podría convertirse en una mejor cobertura frente a una oleada de ventas en los activos de riesgo a corto plazo”, apunta el experto de BlackRock.
Tradicionalmente, los inversores tienden a retirar dinero de los fondos de renta variable estadounidense un mes antes de las elecciones. BlackRock ha observado este fenómeno en las últimas cuatro elecciones presidenciales, según los datos de EPFR Global. La volatilidad del mercado por lo general desaparece después de las elecciones.
“Veremos cómo se desvanece el sentimiento favorable hacia los activos de los mercados emergentes si aumenta la retórica contra los acuerdos comerciales, pero por ahora nos gusta la deuda emergente debido a diversos brotes verdes en la economía y el apetito de los inversores en la búsqueda de ‘income’ en un mundo hambriento de rendimiento”, concluye el gestor.