Apenas un mes después de que Boris Johnson, primer ministro del Reino Unido, presentara su gran plan económico, las tensiones y divisiones internas de su partido le han llevado finalmente a dimitir esta mañana. Según los analistas políticos, el escándalo del Partygate, la crisis sobre el coste de vida, las relaciones comerciales tras el Brexit y la cascada de dimisiones durante las últimas 24 horas han hecho insostenible su continuidad en el cargo. Aunque permanecerá en el puesto hasta otoño, ya ha comenzado la batalla para ver quién liderará el Partido Conservador.
En términos de política interna, su dimisión significa la oportunidad del Partido Conservador de alejarse del estilo populista. “Una vuelta a la política conservadora tradicional probablemente traerá consigo cierta austeridad en los próximos años, pero también una vuelta a las políticas favorables a las empresas. Sin embargo, otro político populista podría dar lugar a una continuación del mismo enfoque para la economía”, apunta Azad Zangana, economista y estratega europeo senior para Europa de Schroders.
En opinión de Susannah Streeter, analista senior de inversiones y mercados en Hargreaves Lansdown, sea quien sea el nuevo primer ministro, le espera una “cacofonía de problemas” sobre la mesa. “La relación comercial con la UE sigue siendo difícil, dado el proyecto de ley para modificar el protocolo de Irlanda del Norte, además, los recortes fiscales propuestos pueden ser populares entre el electorado, pero corren el riesgo de complicar aún más la tarea del Banco de Inglaterra de intentar reducir la demanda y la inflación subiendo los tipos”, afirma.
Si nos centramos en cómo el mercado ha recibido la noticia, cabe destacar que el FTSE 100 y el FTSE 250, por ahora, han subido. Por su parte, la libra esterlina también se ha fortalecido. “Hemos visto a la libra esterlina subir un 0,5% tras la noticia de que Boris Johnson ha decidido dimitir como primer ministro. Aunque se debe principalmente a la fortaleza del dólar, otro factor menos importante que ha empujado a la libra a la baja en las últimas semanas ha sido la incertidumbre política, por lo que creo que podemos esperar ver un cierto alivio en el precio de la divisa británica a medida que se anuncien más detalles sobre el plan de Johnson para dimitir. Los mercados financieros prefieren la seguridad, y esta situación no es diferente. También vemos que el FTSE 250 alcanza los máximos de la sesión, aunque es una mañana fuerte para la renta variable europea en general y es difícil atribuir gran parte del movimiento a los titulares políticos”, explica Mike Owens, operador de ventas globales de Saxo Markets.
Según Laura Foll, gestora de carteras de renta variable británica de Janus Henderson Investors, el nivel de la libra esterlina también repercute de forma diferente en las distintas áreas del mercado de valores del Reino Unido: las empresas con importantes beneficios en el extranjero verán un beneficio de conversión positivo, mientras que algunas empresas nacionales que dependen de la compra en dólares verán una mayor presión al alza de los costes.
“Aparte del efecto sobre la libra esterlina, la incertidumbre política se produce en un momento en el que la confianza en la renta variable británica ya es escasa, lo que puede verse reflejado en las valoraciones de las empresas británicas, que en muchos casos son más bajas que las de sus homólogas extranjeras, así como en los recientes y débiles datos de flujos netos para la renta variable británica”, señala Foll.
En su opinión, los acontecimientos de esta semana, si bien es poco probable que signifiquen que esta sobrecarga de la renta variable británica se resuelva a muy corto plazo, podrían significar que, una vez que se establezca un nuevo líder, el riesgo político adicional percibido asociado a la renta variable británica desaparezca en cierta medida. “Por lo tanto, pone fin a la incertidumbre política que ha formado parte de la sobrecarga de la renta variable británica”, añade.
En el caso de la renta fija, los rendimientos de los bonos también subieron: los rendimientos a 2 años subieron 6 puntos porcentuales, hasta el 1,81%, y los rendimientos a 10 años subieron 2 puntos porcentuales, hasta el 2,13%, pero ambos habían subido antes de la decisión de Johnson de permanecer en el cargo.
Problemas reales: inflación
Esta dimisión llega en un momento en el que el país se enfrenta a una crisis sin precedentes. “La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria, un organismo gubernamental británico, dijo el miércoles, que la deuda va camino de alcanzar casi el 320% del PIB en 50 años -frente al 96% actual- si los sucesivos gobiernos no endurecen la política fiscal”, indica John Plassard, especialista en Inversión del Banco Mirabaud.
En opinión de Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma de inversión en multiactivos eToro, “los inversores han dejado pasar la dimisión del primer ministro británico en un desaire a su importancia para los mercados”. Según su valoración, los mercados pueden dar la bienvenida al paso hacia una menor incertidumbre política, sin elecciones generales hasta enero de 2025, y con posibles recortes de impuestos mientras tanto para apoyar la debilitada economía.
“Este es otro recordatorio de que los mercados no son economías. A pesar de la creciente inflación en el Reino Unido, la caída del crecimiento económico y la incertidumbre política, el FTSE100 es el mercado bursátil mundial con menor rendimiento este año. Sólo ha bajado un 4%, frente a las caídas del 20% del S&P 500 estadounidense y del DAX alemán, beneficiándose de su combinación de valores baratos de materias primas y defensivos de alto dividendo”, añade Laidler.
Según los expertos, lo que realmente preocupa a los inversores e impacta a los mercados es la inflación, como ocurre en el resto de países. En concreto, la inflación en el país alcanzó el 9,1% en mayo, marcando un nuevo máximo en los últimos 40 años. “La inflación se ha generalizado, lo que pone de manifiesto un mayor deterioro de la crisis del coste de la vida en el país. En los próximos trimestres, la dinámica estanflacionaria se acentuará para la economía británica. Es probable que la inflación se mantenga en torno a los niveles actuales durante el resto del año, como reflejo de las presiones externas y, en menor medida, de las internas sobre los precios que aún se están gestando”, asegura Silvia Dall’Angelo, economista senior de Federated Hermes Limited.
La experta recuerda que la incertidumbre política suele ser un lastre para los resultados económicos por sí sola: pesa sobre el sentimiento y suele frenar las decisiones de inversión de las empresas. “Sin embargo, es un problema de segundo orden comparado con los desafíos económicos extremos a los que ya se enfrenta el país. La economía del Reino Unido no recuperó por completo sus pérdidas relacionadas con el Covid hasta principios de 2022, justo cuando se produjo una nueva crisis de estanflación por la guerra de Ucrania. La persistente y creciente inflación impulsada por los costes ha erosionado los ingresos reales, lo que probablemente provocará una fuerte desaceleración del consumo en el segundo semestre de este año. La confianza de los consumidores, que se encuentra en un mínimo histórico, y las incipientes grietas en la confianza empresarial sugieren que los riesgos de recesión han aumentado en los próximos trimestres”, concluye Dall’Angelo.
Según apunta Modupe Adegbembo, economista especializada en países del G-7 en AXA IM, . «las perspectivas inmediatas dependerán probablemente de si Johnson consigue permanecer en el cargo durante los próximos dos meses, en cuyo caso los mercados se arriesgan a un periodo de volatilidad adicional de cara al verano. Sin embargo, si Johnson fuera sustituido, la perspectiva de maniobras políticas internas disminuiría, algo que debería reducir cualquier volatilidad esperada”.