Fin de semana electoral en Francia, donde se ha celebrado la primera vuelta de las elecciones presidenciales. El resultado de ayer da la razón a las principales estimaciones que las gestoras habían compartido: Emmanuel Macron, como favorito, acabará enfrentándose de nuevo a la candidata de la extrema derecha Marine Le Pen, en la segunda vuelta del 24 de abril, una repetición de la ronda final de 2017.
“Las diferencias entre los candidatos son muy notables en muchos ámbitos, pero uno de los más significativos es por lo que respecta a las posturas respecto a las energías renovables. Mientras que Macron ha esbozado planes para realizar importantes inversiones en energía solar y eólica, Le Pen ha prometido derribar las turbinas eólicas del país”, señala Hywel Franklin, máximo responsable de Renta Variable Europea de Mirabaud Asset Management.
Hasta el momento, Macron ha disfrutado de una cómoda ventaja en los sondeos de primera, pero los resultados muestran que la carrera será muy dura: los resultados preliminares, el actual presidente Emmanuel Macron obtuvo un 27,6% de los votos, seguido por Marine Le Pen con un 23,4%. «Dado que ni Macron ni Le Pen han obtenido más de la mitad de los votos, los dos candidatos se enfrentarán en una segunda vuelta el 24 de abril. Aunque Macron obtuvo un gran resultado en la primera vuelta, los inversores ya se están centrando en los sondeos de la segunda vuelta, que muestran una diferencia más estrecha: Macron un 53% y Le Pen un 47%», resume Mathieu Racheter, jefe de Análisis de Estrategias de renta variable de Julius Baer.
Para Pietro Baffico, European Economist de abrdn, aunque el apoyo a los candidatos populistas vuelve a ser fuerte, las elecciones de 2022 se celebran en un contexto económico y político muy diferente al de 2017. “Si bien Francia ha experimentado una de las recuperaciones más fuertes tras la pandemia, la elevada inflación está erosionando el poder adquisitivo de los trabajadores, lo que hace que esta cuestión se haya situado en el centro de la campaña, junto con la estrategia climática del país”, destaca el experto.
¿Cómo lo ven los mercados? «Las bolsas europeas y francesas absorben las noticias sin cambios importantes mientras que la prima de riesgo de la deuda francesa, que lleva subiendo desde principios de año también influenciada por el cambio de política monetaria del BCE, hoy arranca el día con caídas de 5 puntos básicos situándose en los 45 puntos básicos», indican los analistas de Banca March.
En opinión de Baffico, la reelección de Macron sería bien recibida por los mercados financieros. “Implicaría una continuidad política, algunos avances más en la agenda de reformas, posiblemente una mayor integración en la UE, y un intento renovado de abordar la reforma de las pensiones. Macron es partidario de una mayor inversión en tecnologías ecológicas y nucleares, pero se mostrará cauteloso a la hora de subir los impuestos sobre el combustible o el carbono por miedo a reavivar el movimiento de los Gilets Jaunes (chalecos amarillos). La reforma de las pensiones será el tema más difícil de abordar y también puede reavivar las tensiones sociales que azotaron los primeros años de su presidencia”, explica.
Franklin reconoce que, aunque los mercados han mostrado periodos de fuerte volatilidad a lo largo de los cinco años de mandato de Macron, “su presidencia ha sido en gran medida positiva para las acciones, y el mercado de renta variable francés ha superado a la mayoría de sus homólogos europeos durante este periodo”.
En opinión de Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma de inversión en multiactivos de eToro, los mercados están nerviosos y vuelven a poner en precio las probabilidades un resultado electoral ajustado. “La bolsa ha superado a sus homólogos europeos desde la sorpresa electoral de Macron en 2017. Una victoria de Macron, que sigue contando con un consenso abrumador, podría traducirse en un enfrentamiento al aumento de los costes de los consumidores, la principal preocupación de los votantes, con más restricciones en los precios de la energía y la introducción de cheques en la alimentación. Los valores de defensa han obtenido el apoyo de todos los principales candidatos. Su victoria podría ayudar al euro”, añade Laidler.
Y para Racheter, de cara a la segunda vuelta, la renta variable francesa podría seguir siendo volátil. «Dicho esto, nuestro caso base sigue siendo que Macron será reelegido, ya que debería ser capaz de reunir más apoyo de los otros candidatos que no pasarán a la siguiente ronda. Además, los riesgos para los activos franceses si Le Pen gana también han disminuido en comparación con 2017, ya que ya no aboga por un Frexit y la probabilidad de que su partido obtenga una mayoría en las elecciones parlamentarias de junio es escasa, lo que probablemente se traduciría en un poder limitado», afirma.
Los riesgos y retos del horizonte
Para François Cabau y Hugo Le Damany, economistas especializados en la Eurozona del equipo de Macro Research de AXA IM, las elecciones plantean uno de los principales riesgos a la baja: el riesgo para la gobernanza. “Si el resultado de estas elecciones es la incapacidad de aprobar reformas significativas y un aumento asociado de las tensiones sociales que perturben aún más la oferta, esto puede tener un impacto negativo en la actividad», afirman. El segundo riesgo, según los economistas, es «un mayor descenso del poder adquisitivo, ya que es poco probable que se mantengan medidas compensatorias significativas a medio plazo».
En opinión de François Rimeu, estratega senior de La Française AM, excluyendo la probable reacción instantánea de los mercados financieros, las implicaciones a más largo plazo son más difíciles de evaluar. “Marine Le Pen ya no quiere que Francia abandone la eurozona, por lo que el riesgo de ruptura de esta parece ser bajo. No obstante, haría más incierto el desarrollo económico dentro de la eurozona. Habrá que volver a discutir las políticas de inmigración, se cuestionarán las políticas fiscales, cambiarán las relaciones diplomáticas, etc. A primera vista, no parece ser positivo para el crecimiento potencial europeo en el futuro. Hemos ajustado nuestras carteras en vista de las elecciones reduciendo nuestra exposición a la deuda pública francesa, aumentando nuestra exposición a Alemania y vendiendo euros frente a dólares”, comenta por su parte Rimeu.
Según el análisis que hacen las gestoras, si Macron es reelegido se enfrentará a una serie de cuestiones pendientes de su primer mandato como nuevas reformas de su infraestructura social y económica. “El primero de los retos que tiene por delante es la reforma de las pensiones. Abandonada tras el COVID-19 en 2021, el presidente Macron ha aplazado los intentos de aumentar la edad de jubilación y acabar con los privilegios que permiten a algunos empleados dejar de trabajar antes que otros”, señala Stéphane Monier, Chief Investment Officer de Lombard Odier.
El experto considera que otro de los puntos de atención seguirá siendo la necesidad de continuar con las reformas en la educación, tras dos años de alteración de los horarios y de escolarización en casa. “La experiencia de la pandemia también ha agudizado el debate sobre la creciente dependencia de Francia de las importaciones de alimentos. El Sénat, la cámara alta del parlamento ha pedido un mayor apoyo a la agricultura para mejorar la seguridad alimentaria. La guerra en Ucrania ha intensificado el debate sobre la necesidad de cultivar más alimentos en un país que sigue siendo el mayor productor agrícola de la UE”, concluye Monier.
En último lugar, Thomas Gillet y Thibault Vasse, analistas de Scope Ratings, recuerdan que el próximo presidente de Francia heredará una deuda pública récord tras décadas de déficit presupuestario, pero también un marco fiscal reforzado recientemente, aunque no comparado con aquellos con un control más rigurosos como puede ser Alemania y los países nórdicos.
«El factor de peso estructural del gasto público en Francia (AA/Estable) -la relación entre el gasto ajustado al ciclo y el PIB potencial- ha disminuido sólo uno de cada tres años desde el año 2000, en comparación con una media de una de cada dos en el resto de la Unión Europea», afirma Thomas Gillet, analista de Scope Ratings.