En sus comentarios de este mes sobre las perspectivas de la renta fija, Andrea Iannelli, director de inversiones en renta fija de Fidelity International, habla sobre la postura expansiva de los bancos centrales, que han vuelto a poner sobre la mesa los recortes de los tipos de interés y la relajación cuantitativa.
En junio, la economía estadounidense celebró su periodo de expansión más largo en los anales. Sin embargo, los mercados de renta fija pública parecen no estar de acuerdo con el optimismo mostrado por los activos de riesgo; así, los rendimientos de estos bonos marcaron mínimos de varios años y las expectativas de inflación mantienen su tendencia a la baja.
La postura expansiva que la mayoría de bancos centrales ha adoptado este año a rebufo de la guerra comercial y el deterioro de los
datos del sector manufacturero explica esta desconexión y la recuperación generalizada de todos los mercados con la reactivación de la búsqueda de rendimientos por parte de los inversores.
Preferencia por los bonos del Tesoro de EE.UU.
El equipo de renta fija de Fidelity International mantiene un posicionamiento largo en duración, así como la preferencia por los bonos del Tesoro de EE.UU. Aunque la visión de Fidelity International difería del consenso a comienzos de año, ahora, con los rendimientos a diez años por debajo del 2%, difícilmente puede hacerlo.
«Podrían repetirse los movimientos de mediados de 2015, cuando los rendimientos de la deuda pública rebotaron con fuerza en un periodo muy corto, por lo que estamos muy atentos al posicionamiento del mercado en busca de alguna señal de cambio brusco. La política y la inflación son dos factores que vigilamos especialmente. La reunión del G20 trajo consigo una solución temporal al conflicto comercial. Sin embargo, en nuestra opinión sigue siendo improbable que se alcance un acuerdo amplio que elimine todas las barreras arancelarias, dado el escaso margen para las concesiones en ambas partes y que las diferencias estructurales y problemas que existen entre EE.UU. y China y siguen sin resolverse», explican en la gestora.
Los Bunds seguirán firmes
En cuanto a Europa, las compras de activos (QE) y los recortes de tipos vuelven a estar sobre la mesa. El equipo de renta fija de Fidelity International redujo en parte su exposición a duraciones cortas durante el trimestre, sobre todo en países core y semi-core, y actualmente solo mantiene una ligera infraponderación.
En los mercados core, los Bunds alemanes probablemente se mantengan firmes gracias al discurso expansivo del BCE y la tendencia al aplanamiento probablemente continúe. Existe el riesgo de que el BCE dé marcha atrás a su postura expansiva y que el mercado empuje al alza los rendimientos de los Bunds conforme las cotizaciones vayan borrando las expectativas de una QE inminente. Aunque este escenario sería similar al que vimos en 2015, existen algunas diferencias que lo hacen improbable en estos momentos.
En primer lugar, si el BCE posterga la QE los principales afectados serían los activos de riesgo y, a su vez, las expectativas de inflación, ya que la demanda de seguridad y, a su vez, el descenso de la inflación implícita sería favorable para los Bunds. En segundo lugar, si se tiene en cuenta el paralelismo con 2015, el movimiento al alza de los rendimientos se debió al repunte de la inflación, que el mercado interpretó como una señal de que el programa de QE estaba por fin dando fruto.
Comparado con 2015, el panorama de la inflación es aún más complicado y las expectativas sobre la misma siguen hundidas. Además, la nueva ronda de QE, de aplicarse, se movería probablemente en torno a los 30.000 millones de euros al mes, un porcentaje pequeño del volumen desplegado en el punto álgido de la expansión del balance y con pocas probabilidades de influir en las perspectivas de inflación.
La deuda pública de la periferia se benefició de la búsqueda de rendimientos en junio. Destaca en este sentido la fortaleza de los BTP italianos desde que surgieron informaciones en torno a la QE del BCE, movimiento al que le podría quedar recorrido. En Fideility International siguen siendo escépticos sobre si Italia ha dejado atrás las dificultades por varias razones: en primer lugar, la QE podría no llegar todo lo rápido que el mercado espera, especialmente si los datos macro no se deterioran a partir de ahora y se rebaja la tensión en la disputa comercial entre EE.UU. y China; en segundo lugar, si la QE termina reactivándose, podría envalentonar al gobierno italiano en sus negociaciones con la Comisión Europea este otoño; por último, esa QE 2.0 únicamente sería viable políticamente si lleva aparejadas nuevas cláusulas que impidan grandes emisiones que financien los déficits públicos.
Para compensar su infraponderación en BTP en un entorno de tolerancia al riesgo, el equipo de renta fija de Fidelity International ha reforzado la exposición a otros títulos de deuda pública de países de la periferia y semi-core que ofrecen un buen nivel de carry y les exponen a una mejora del panorama político durante los próximos meses.
Los Gilts siguen siendo caros
En el Reino Unido, por último, el Banco de Inglaterra se unió al coro de bancos centrales expansivos y reconoció que los tipos podrían recortarse si el cuadro macro no mejora. La deuda pública británica sigue estando cara desde una óptica relativa, pero Fidelity mantiene una postura neutral, dado que no manejan una visión clara y todos los mercados de deuda pública emiten señales de fortaleza.