Al mismo tiempo que la Fed presentó las minutas de su última reunión del FOMC, en las que se evidencia que las condiciones financieras de EE.UU. se han relajado de manera impresionante desde principios de julio, hasta el punto de que ahora han vuelto a estar como en febrero, los mercados financieros han deshecho el endurecimiento de la Fed desde que empezaron a tomarse en serio las subidas a gran escala, según un informe de ING Bank.
Según el banco holandés hay dos razones principales.
Por un lado, en las últimas seis semanas “hemos sido genéricamente arriesgados, con los diferenciales de crédito muy alejados de sus máximos y aún ajustados”
La otra razón que plantea el banco holandés es que “los tipos de mercado han bajado (desde el 3,5% en junio, el rendimiento del Tesoro estadounidense casi llegó al 2,5% antes de retroceder). Dado que la Fed quiere endurecer las condiciones financieras esta combinación no puede continuar”.
Para los expertos de ING es de esperar que las condiciones financieras se vuelvan a endurecer en las próximas semanas y meses. Después de todo, «eso es lo que quiere y necesita la Fed».
De aquí a la reunión del FOMC del 21 de septiembre, y suponiendo que no se produzcan cambios importantes en el pronóstico de relajación pero de inflación subyacente, la Fed esperará que las condiciones financieras se vuelvan a endurecer.
De este modo, podrá ratificar el endurecimiento con una subida. De lo contrario, la autoridad monetaria se quedará con la posición menos cómoda de persuadir a las condiciones financieras más estrictas, ya sea a través de la vía verbal o de la acción política, asegura ING.
“Cuando la Reserva Federal suba el 21 de septiembre (creemos que en 50 puntos básicos), llevará el tipo de interés de los fondos a un nivel prácticamente plano con respecto a la rentabilidad del Tesoro estadounidense a 10 años. A partir de ahí las cosas se ponen interesantes. Con toda probabilidad, la Reserva Federal tiene que hacer más; creemos que llegará al 3,5% o al 3,75% a finales de año”, explican.
Por otro lado, el entorno de los activos de riesgo también tendrá que recalibrarse, según ING.
“La noción de unos diferenciales de crédito más ajustados lleva implícito un descuento por un entorno financiero más tranquilo y una reducción de la recesión y, por extensión, del riesgo de impago”, destacan.
El asunto a revisar, según los expertos es que si la inflación no cae lo suficientemente rápido, “la Fed se sentirá envalentonada para seguir subiendo los tipos incluso cuando la economía se tambalee, lo que aumentará los riesgos de recesión e impago que se avecinan”.
Sin embargo, una mayor flexibilización de las condiciones financieras pone aún más presión sobre la Fed para que actúe como contrapartida, asegura ING.
Por esto, reflexionan que es mejor que el mercado financiero se anticipe a esto, y se mueva en una dirección que vuelva a endurecer las condiciones financieras.
Para leer el informe completo puede acceder al siguiente enlace.