El efecto de las políticas monetarias de los bancos centrales sobre los mercados mantiene inquietos a los inversores. ¿Qué ocurrirá cuando se retiren los estímulos?, ¿y, si no se hace al ritmo correcto? Es más, ¿qué ocurrirá si el BCE y la Fed llevan políticas divergentes?
En opinión de Brendan Mulhern, estratega global en Newton, parte de BNY Mellon, los mercados siguen embelesados con unos bancos centrales que fantasean con la idea de retirar los estímulos monetarios. En este sentido, “las actas de la reunión del BCE de junio han añadido más presión a las tires de los bonos globales”, apunta.
Sin embargo, teniendo en cuenta que, de momento, el BCE no ha hecho ninguna declaración inequívocamente hawkish, parece que a los mercados les ha bastado con la sugerencia de que la autoridad monetaria pueda moderar su postura acomodaticia para revaluar las perspectivas de la renta fija. “El problema al que se enfrentan ahora, tanto los bancos centrales como los participantes del mercado, es que los primeros se han convertido en el principal inversor de sus respectivos mercados de bonos. ¿Cómo pueden deshacer sus posiciones sin que se desplome el mercado?”, se plantea Mulhern.
De hecho, según su análisis, los llamativos movimientos que han experimentado los tipos de interés del bund alemán se explican por el hecho de que el BCE ha estado presionando a la baja las tires de los bonos mundiales desde que la Fed puso fin a su programa de expansión cuantitativa (QE) y ahora nos enfrentamos a un entorno en el que los tipos de interés de los bonos volverán a subir.
Era post-QE
“Mientras la Fed comparte públicamente sus cavilaciones sobre cómo y cuándo reducir su enorme balance, los mercados empiezan a aceptar este entorno post-QE o de contracción cuantitativa; si bien desengancharse del dinero barato no será tarea fácil, como se desprende de los recientes movimientos del mercado. Aunque el QE se centró en la compra de bonos gubernamentales, ha provocado una inflación generalizada del precio de los activos, por lo que resulta ingenuo pensar que la reducción del balance no afectará a otras clases de activo”, señala.
Además, Mulhern destaca que este frenesí hawkish llega en un momento en el que la inflación continúa debilitándose y sigue por debajo de los objetivos de los bancos centrales. “Pese a que las autoridades monetarias insisten en que se trata de una debilidad transitoria, sorprende la persistencia de algo que, en teoría, es transitorio. Así las cosas, son los tipos de interés reales los que lideran el movimiento al alza frente a la contención de las tasas de inflación implícitas”, afirma.
En este sentido, en los últimos tres años, las subidas de los tipos de interés reales siempre han encontrado un techo. Aunque considera que aún no lo han alcanzado, si lo hacen “será interesante observar si los mercados y las economías vuelven a mostrar las tensiones que registraron la última vez”. En cuanto a los mercados de renta variable, Mulhern apunta que parece que siguen el ejemplo de los mercados de bonos, ya que la apuesta por el value frente a la calidad, reflejando lo que está ocurriendo en renta fija. “Es probable que la rotación sectorial que se ha producido en las últimas dos semanas continúe mientras las tires de los bonos sigan aumentando”, adelanta.
Estados Unidos y Japón
A corto plazo, entre los temas que el mercado vigila, destaca Estados Unidos y sus datos de empleo no agrícola, ya que una sorpresa positiva podría empujar más al alza las tires de los bonos. “Cabe destacar que, en el entorno del G10, las sorpresas económicas han sido mayoritariamente negativas a lo largo de 2017, ya que la reflación de la economía mundial que se anticipaba a principios de año finalmente no se ha producido”, recuerda Mulhern.
Sin embargo destaca que, ahora que el mercado ha reajustado sus expectativas hasta niveles considerablemente más bajos, los participantes del mercado pueden encontrar cierto consuelo en el hecho de que, aunque la reflación global sigue siendo un objetivo muy lejano, a corto plazo las cosas no están tan mal.
Japón es el otro elemento a tener en cuenta hoy día en el mercado. Según explica este experto, las tires de los JGB han repuntado en las dos últimas semanas en línea con el resto de las tires mundiales, pero las subidas han sido mucho más limitadas. Aun así, la rentabilidad del JGB a 10 años ha alcanzado el 0,103%, superando el nivel considerado como el límite superior del rango objetivo del Banco de Japón (BoJ).
“El BoJ ha mostrado su determinación por mantener bajo control su mercado de bonos y, por primera vez desde febrero, se ha ofrecido a comprar instrumentos de renta fija de forma ilimitada para frenar ese repunte, lo que convierte al BoJ en el último gran banco central comprometido con el QE. La medida parece haber funcionado porque las tires han vuelto a caer, lo que sugiere que el QE aún podría tener recorrido, si los bancos centrales quisieran seguir con ese juego”, señala.