Los activos que suelen exhibir una alta sensibilidad ante cambios en la política monetaria de los mercados desarrollados y, por ende, al entorno de liquidez global, son los activos de mercados emergentes.
Tras la intensa afluencia de fondos registrada durante meses, los flujos de capital dirigidos hacia activos de los mercados emergentes se han moderado en las últimas semanas. Los fondos de deuda en divisas fuertes de los mercados emergentes encajaron sus primeras salidas desde enero.
NN Investment Partners explica este modesto deterioro por el alza de los rendimientos de los bonos de los mercados desarrollados, que reduce ligeramente el diferencial de tipos de interés con los bonos de los emergentes (afectando por tanto al carry).
“Siendo aún satisfactorios los datos específicos de los emergentes, y bastante sólidos los de crecimiento del comercio mundial y también de la economía china, es probable que los rendimientos de los bonos de los mercados desarrollados expliquen el grueso de la dirección y magnitud de los flujos de cartera relacionados con los mercados emergentes en el corto plazo”, explican los analistas de la gestora en su último informe de mercado.
Y es que, en los últimos años, en los que los bancos centrales de los mercados desarrollados han maniobrado con mucha prudencia, la operativa de carry trade de los mercados emergentes cobró aún mayor popularidad. El entusiasmo de los inversores ante el benigno entorno de liquidez global que experimentan los emergentes, unido a la estabilización del crecimiento en China, propició que su deuda llegara a rondar el 20% del total de los activos desde principios de 2016.
“La aglomeración de inversores en la operativa de carry trade sobre activos de deuda de los mercados emergentes y el aumento de los rendimientos en los bonos de de la deuda de los países desarrollados invitan a la prudencia”, dice NN IP.
En esta situación, los inversores podrían verse tentados a materializar plusvalías y permanecer en liquidez hasta que los rendimientos de los bonos de los mercados desarrollados se estabilizasen de nuevo. Esta es la razón principal por la que los expertos de la gestora decidieron reducir su exposición a la deuda pública en divisa fuerte de los mercados emergentes.
“En el entorno actual, simplemente nos sentimos menos cómodos con unos diferenciales que rondan los 300 puntos básicos, y que probablemente reflejen un nivel de valoración razonable desde su propia perspectiva histórica. Sin embargo, ha aumentado el riesgo de un estrangulamiento de posiciones en el corto plazo, y la categoría de deuda soberana en divisa fuerte probablemente sea la más sensible al aumento de los rendimientos de los bonos de los mercados desarrollados”, explica en su análisis la gestora.
NN IP sí recalca que vista como un todo y comparada con categorías de activos de renta fija privada, mantiene un sesgo positivo en la deuda de los mercados emergentes. “Mantenemos la sobreponderación media en los bonos de EM denominados en moneda local”, dice.
Panorama macroeconómico de firmeza
La principal razón para esta posición sobreponderada en términos agregados, explica, es la firmeza del panorama macroeconómico en los emergentes. Para la firma, la dinámica de crecimiento económico sigue mejorando, impulsada por la demanda externa, y cada vez más también por la demanda interna.
“La mayoría de los principales indicadores económicos mejoran con claridad. Nuestro propio indicador de impulso económico para los emergentes lleva en territorio positivo desde hace ya casi un año, y en las últimas cinco semanas ha vuelto a acelerarse. Un factor clave sigue siendo la mejoría en los flujos de capital, que continúa fomentando condiciones financieras más relajadas en todo el mundo emergente”, concluye.