En los próximos tres años, los bancos centrales que representan una quinta parte de la población mundial tienen previsto emitir monedas digitales. Muchos de los más avanzados están en los países emergentes, según el BPI (Banco de Pagos Internacionales): en el sector minorista, nueve de los 10 principales; y en el mayorista, cinco de los 10 principales.
Según un informe elaborado por Bank of America, la adopción de las criptomonedas está siendo aún más rápida en los países emergentes que en los desarrollados. Fuera de EE.UU., este grupo de países está mostrando una mayor adaptación de criptomonedas, un mayor volumen de operaciones y también una mayor actividad minera. Entre los países líderes dentro de esta tendencia se encuentran China, Colombia, India, Kazajstán, Kenia, Nigeria, Sudáfrica, Ucrania y Vietnam.
Según explican desde Bank of America, “varios de estos países emergentes también están liderando la adopción de monedas digitales por parte de sus bancos centrales”. Para la entidad, esta tendrá importantes implicaciones para la macroeconomía de los mercados emergentes y para la inversión en activos en sus mercados. Por ahora, los proyectos de moneda digital más avanzados de los bancos centrales se llevan a cabo actualmente en China, Corea, Singapur, Sudáfrica, Tailandia y los Emiratos Árabes Unidos.
Una de las reflexiones que lanza este análisis de Bank of America es que las monedas digitales y las criptodivisas tienen el potencial de resolver muchas de las limitaciones que tienen los servicios financieros en estos mercados, en especial en aquellos más pobres. “Más del 50% de los adultos de los países en desarrollo no tienen una cuenta bancaria. Las monedas digitales podrían reducir sustancialmente los costes de transacción y permitir más actividades económicas. Esto supondría un gran impulso para el crecimiento económico. La dolarización, es decir, el uso de monedas extranjeras, es un problema importante para la estabilidad macroeconómica y financiera en muchos mercados emergentes, y podría empeorar si la digitalización facilita el acceso a las monedas extranjeras”, sostiene el documento en sus conclusiones.
En este sentido, la causa fundamental de la dolarización es la elevada inflación local, “que también podría empeorar si las monedas digitales resultan inflacionistas”, advierte la entidad. Otro de los riesgos que tiene esta tendencia es que las monedas digitales podrían desintermediar a los bancos que todavía disfrutan de altos márgenes en los mercados emergentes. “Una menor rentabilidad podría ser problemática para la estabilidad financiera, ya que los bancos de los mercados emergentes necesitan mayores reservas de capital contra la volatilidad macroeconómica”, concluye el informe.
Por último, Bank of America analiza cuáles serán las consecuencias para los precios de los activos de los mercados emergentes. En este sentido, su conclusión es clara: “Los activos de los mercados emergentes se inclinan hacia una correlación positiva con las criptomonedas, ya que ambas tienden a estar negativamente correlacionadas con la fortaleza del dólar. Sin embargo, las criptomonedas son aún más volátiles que los activos de los mercados emergentes y, por tanto, es poco probable que los sustituyan. Además, los activos de los mercados emergentes están positivamente correlacionados con la inflación de los marcos alemanes y pueden beneficiarse si las monedas digitales aumentan las expectativas de inflación”.