Por segundo año consecutivo, 2024 fue un ejercicio muy bueno para los mercados globales de crédito desarrollados. Según explica Amundi en su último informe, el exceso de rentabilidad del año en su conjunto muestra el mayor rendimiento de los segmentos de high beta (alta beta, segmentos de mercado más arriesgados que ofrecen un mayor potencial de retorno) y de los mercados en euros. De cara a este año, Amundi considera que los próximos nueve meses seguirán siendo favorables para los mercados de crédito.
A la hora de fijar el outlook en renta fija para lo que queda de año, Sonal Desai, CIO de renta fija de Franklin Templeton, recuerda que el problema fundamental en este momento es que la “incertidumbre es notablemente alta”. En su opinión, para la Fed, al igual que para las empresas privadas, la pregunta clave es cómo manejar la situación. “En este contexto, la Fed se ve obligada a esperar más tiempo, ya que aún no sabe si los riesgos asociados a un recorte de tasas estarán inclinados hacia un crecimiento significativamente menor o una inflación marcadamente más alta. Mientras tanto, cuanto más tiempo esperen las empresas en un entorno de amenazas arancelarias volátiles y sin avances concretos en desregulación e impuestos, más deberán preocuparse por un escenario de crecimiento más lento y se verán tentadas a retroceder en sus inversiones y contrataciones”, afirma Desai.
Pese a este contexto de incertidumbre, Rick Rieder, CIO de BlackRock para renta fija global, ha insistido en el último año que estamos ante “la edad de oro” de la renta fija, pese a que no ha sido un comienzo de año sencillo para los inversores. “Para aquellos que experimentaron un rendimiento del -1,7% en el Bloomberg Global Aggregate Bond Index en 2024 y sufrieron una caída del -7% frente a lo que habría ofrecido un rendimiento típico en efectivo, ciertamente no debe sentirse así. La confusión aquí se debe, al menos en parte, al cambio del papel que desempeñan los bonos en las carteras hoy en día en comparación con el papel que han desempeñado tradicionalmente, y aunque muchos segmentos de los mercados de bonos han tenido un buen comportamiento durante el año pasado, los sectores más sensibles a los tipos de interés decididamente no lo han tenido”, explica.
Para Rieder, esta “edad de oro” significa gestionar activamente carteras de renta fija en muchos sectores, regiones y divisas, con la capacidad de proporcionar altos niveles de ingresos, utilizando segmentos de buena calidad del mercado de renta fija de una forma que no ha sido posible durante años. “De cara al futuro, la enorme divergencia política, económica y fiscal a escala mundial se traducirá en resultados diferentes para las distintas regiones, sectores y empresas en 2025. En este contexto, creemos que un enfoque activo puede aprovechar las posibles oportunidades de compra derivadas de la mayor volatilidad de los mercados, y una selección juiciosa de créditos será, como siempre, clave para obtener rentabilidades sólidas”, afirma.
Motivos para estar favorables en crédito
Detrás de la afirmación, Amundi escribe varios argumentos. En primer lugar, es que considera que el panorama global es positivo y está respaldado por una combinación de actividad económica resiliente, una inflación con tendencia hacia el objetivo y una política monetaria menos restrictiva tanto en Estados Unidos como en la zona euro. “Nuestras principales preocupaciones tienen que ver con los posibles riesgos al alza de la inflación de EE.UU., en particular con los aranceles, y los riesgos a la baja sobre el crecimiento de la zona euro”, afirman.
En segundo lugar, señala que los fundamentos empresariales siguen siendo sólidos, ya que las compañías han aprovechado el periodo pospandémico de tipos de interés ultrabajos y la recuperación económica para mejorar sus perfiles crediticios. “Las empresas han realizado grandes progresos en la ampliación de los vencimientos, aliviando la presión de liquidez a corto plazo sobre muchos prestatarios de baja calificación. La resistencia de la actividad económica significa que la calidad crediticia debería seguir siendo sólida, especialmente en high yield. Esperamos tasas de default en torno al 3% en EE.UU., cerca de su media a largo plazo. El mercado está muy abierto, incluso para los títulos de baja calificación, que pueden acceder fácilmente al mercado para refinanciarse. En Estados Unidos, unos tipos más altos durante más tiempo podrían suponer un reto para los segmentos de calidad crediticia más débil, como los CCC. En la Eurozona, el riesgo se orienta más hacia una ralentización de la actividad económica más pronunciada de lo previsto. Por último, la financiación mediante deuda privada también respalda a las empresas de sectores como el sanitario”, explica.
En tercer lugar, apunta que las condiciones técnicas siguen siendo favorables. Es decir, sostiene que unos tipos de interés estructuralmente más altos deberían respaldar la demanda de crédito empresarial por parte de inversores a la búsqueda de yields antes de que los bancos centrales bajen más los tipos.
“Los recortes de los tipos oficiales podrían contribuir a respaldar los flujos de bonos desde los mercados monetarios hacia productos de tipos de interés con una duración más larga para consolidar mayores ingresos. La oferta neta sigue siendo limitada, ya que la emisión se destina en gran medida a la refinanciación. Por último, la dinámica boyante de las CLO1 también está alimentando indirectamente la demanda de bonos High Yield, contribuyendo al apoyo general de la demanda en este segmento del mercado”, destaca su informe.
Por último, reconoce que los diferenciales están ajustados, pero la búsqueda de yields sigue siendo el objetivo de la mayoría de los inversores. “Creemos que la compresión de los diferenciales puede haber llegado a su fin en este ciclo. Tras dos años consecutivos buenos, los diferenciales de crédito tanto en los bonos con investment grade como en los high yield son indiscutiblemente estrechos, pero los rendimientos siguen siendo atractivos en comparación con las tendencias a largo plazo. Por eso, creemos que los bonos corporativos deberían seguir siendo un lugar atractivo para obtener ingresos en 2025”, concluye el informe de Amundi.