Los activos argentinos han caído estrepitosamente tras el sorprendente resultado de las elecciones primarias del país. El equipo de renta variable latinoamericana de Schroders, liderado por Pablo Riveroll, y el de posiciones relativas en renta fija emergente, cuyo responsable es James Barrineau, comparten su visión sobre lo que puede acontecer a continuación.
La victoria por sorpresa de Alberto Fernández en las elecciones primarias de Argentina el pasado domingo ha desatado las preocupaciones sobre un resurgimiento de un gobierno de corte populista en las elecciones presidenciales de octubre.
En contra de lo esperado, el presidente en ejercicio con unas políticas más favorables a los mercados, Mauricio Macri, recibió un 32,1% de los votos en comparación con el 47,7% obtenido por Fernández.
¿Cómo han respondido los mercados al resultado de las elecciones?
La caída del índice S&P Merval de Argentina en un 46% el pasado lunes fue la segunda mayor caída en un solo día experimentada por los mercados bursátiles mundiales en los últimos 70 años (en base a 94 índices de bolsas seguidos por Bloomberg). El índice MSCI de Argentina cayó en un 40%.
El país había sido recientemente añadido al índice MSCI Emerging Markets en mayo de este año, aunque por el momento es una parte pequeña. El índice de mercados emergentes cayó en un 0,7% el lunes, mientras que el índice MSCI World cayó en un 0,8% (todos estos rendimientos bursátiles están expresados en términos de dólares).
Por su parte, el peso argentino perdió hasta un 30% de su valor frente al dólar estadounidense en un momento. Argentina es particularmente vulnerable a las fluctuaciones en el tipo de cambio, dado que el 80% de la deuda del país está emitida en moneda extranjera.
Los mercados están ahora valorando una probabilidad del 78% la posibilidad de que Argentina no cumpla con sus obligaciones en deuda.
La perspectiva del gestor de renta variable:
En la opinión de Pablo Riveroll, responsable de renta variable latinoamericana en Schroders, se habían visto algunos brotes verdes en la economía argentina, incluyendo una disminución de la inflación desde unos niveles muy altos, un crecimiento en el superávit de la balanza comercial, algo de estabilidad en la moneda y unos pocos indicadores de crecimiento doméstico que se mostraban positivos. “Está claro, a raíz de los resultados del pasado domingo, que estas mejoras en la economía argentina no se han sentido en la población y que el voto es una reacción a las recientes adversidades económicas”, comenta.
Argentina ha buscado la senda de la normalización económica persiguiendo una política monetaria y fiscal restrictiva, junto con un generoso programa por parte del FMI. El FMI acordó aportar fondos para las necesidades de financiación externa del país a cambio de una ortodoxia macroeconómica. La economía necesita otros 12 o 18 meses de continuidad política para que se comiencen a ver los beneficios de estas medidas.
Sin embargo, si Alberto Fernández es elegido, como ahora se espera, la continuación de las políticas ortodoxas está en riesgo. Mientras que el plan económico de Fernández no está claro, su popularidad se debe principalmente a su compañera de campaña, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Kirchner ha sido muy crítica con el acuerdo alcanzado con el FMI, la eliminación de los controles de capital y aumento de las tarifas energéticas, además de tener varias acusaciones de corrupción contra ella. Alberto Fernández también ha realizado comentarios radicales durante la campaña, incluyendo el restablecimiento de los controles de capital y la reactivación del crecimiento a través de un ajuste acomodaticio en las políticas fiscal y monetaria. Si llegará a moderar o no estas opiniones en los próximos meses es una cuestión abierta.
“La caída en la divisa, los mercados de renta variable y de deuda probablemente impactarán la confianza y devolverá la inflación, haciendo que el momentum económico para el mes de octubre sea peor que el actual y, por lo tanto, haciendo posible que Fernández mantenga una amplia ventaja. Dada la gran cantidad de deuda denominada en dólares estadounidense y las significativas necesidades financieras en 2020 y 2021 del país, una depreciación de la divisa incrementará el ratio de deuda por PIB, poniendo una mayor presión en la cuenta fiscal. Es probable que, por lo tanto, los riesgos de solvencia y liquidez se incrementen si Fernández gana la elección de octubre”, explica.
“Llevará bastante tiempo entender cuáles van a ser sus verdaderas políticas, por lo que en los próximos 12 meses esperaríamos que se diera una elevada incertidumbre, un deterioro en el crecimiento dada la falta de confianza y una reversión en la reciente disminución de la inflación. Dado el incremento de la volatilidad, esperamos que los inversores incluyan una prima de riesgo más elevada y una revisión significativa a la baja en los beneficios. La perspectiva para Argentina, tanto en el corto plazo como en el medio plazo, se ha deteriorado considerablemente tras las primarias del domingo, y por lo tanto el mercado de renta variable no es un destino atractivo como inversión”, añade.
La perspectiva del gestor de renta fija:
En la opinión de James Barrineau, responsable de posiciones relativas en renta fija emergente en Schroders, el resultado de las elecciones primarias fue completamente inesperado; cada una de las encuestas preelectorales mostraba una distancia del 2% al 5% entre los dos candidatos.
“Los fundamentales de la economía han estado mejorando por varios meses, con la estabilidad de la divisa atrayendo mejoras en forma de una menor inflación, unos salarios más elevados y un crecimiento que ha tocado fondo. Todo esto sugería que a los participantes del mercado que el momentum debía permanecer con el candidato favorable a los mercados, el presidente Macri”, comparte.
“El mercado ha reaccionado cotizando los bonos, al menos de forma temporal, con una alta probabilidad de impago y con una probabilidad nula de que Macri gane las elecciones generales en octubre. La divisa se ha debilitado sustancialmente”, explica.
Según el experto, los inversores de deuda deberían buscar dos señales en el corto plazo. La primera, una respuesta por parte de Fernández. Mientras que ha permanecido cayado la mayor parte de la contienda a las primarias, alguna imprudencia ha dicho en materia económica. Sin embargo, ahora, como un candidato favorito y presumible ganador, tiene incentivos para tratar de calmar a los mercados para no caer en una renovada atmósfera de crisis desde el primer día.
En segundo lugar, una demostración de la capacidad del banco central para limitar la volatilidad de la moneda. Una depreciación sustancial del 20% o más podría después de todo provocar una ronda de inflación mayor y una espiral de depreciación adicional y volver a unas métricas de deuda insostenibles en el medio plazo.
“El banco central ha tenido un éxito considerable en este año cuando ha adoptado un enfoque de intervención flexible y asumimos que así continuará. Si se logra, una volatilidad monetaria más baja seguramente será percibida como positiva por los dólares emitidos en dólares”, concluye.
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