¿Está perdiendo China parte de su atractivo ante el aumento de los riesgos? Durante los dos últimos meses, los inversores mundiales han estado vendiendo fondos de renta variable dedicados a China a causa de las preocupaciones que han generado las nuevas regulaciones del gobierno chino sobre la economía y el aumento de la variante Delta del coronavirus.
A esto se suma el caso Evergrande, que ha generado cierta volatilidad en el mercado y aumentado la preocupación de los inversores dado que ha puesto de relevancia uno de los principales riesgos del país: el impacto de los cambios regulatorios.
En opinión de Axel Botte, estratega global de Ostrum Asset Management, filial de Natixis IM, “la potencial bancarrota del desarrollador inmobiliario Evergrande genera preguntas acerca del riesgo crediticio en China en medio de una drástica desaceleración en la actividad”. Lo cual le hace plantearse si China será el “cisne negro” de 2022.
«El mercado ya ha descontado un mal escenario, con una caída de Evergrande de más del 80% a lo largo del año. Sin embargo, también parece haber un consenso aparente de que se trata de un acontecimiento idiosincrásico con un riesgo limitado de contagio, ya que el gobierno chino parece tener muchas herramientas disponibles para evitar el riesgo de contagio, que puede afectar tanto al crecimiento como a la confianza de los consumidores, entre otros. En el improbable caso de que se produzca una desaceleración prolongada del crecimiento de la economía china, esto podría tener consecuencias para el comercio de productos básicos con otros mercados emergentes, aunque por ahora consideramos que el riesgo es limitado”, añade Pierre-Henri Cloarec, gestor de fondos en Nordea.
Según reconoce Devan Kaloo, Global Head of Equities de Aberdeen Standard Investments, el comportamiento de China ha sido peor que el de los mercados emergentes y mundiales. “La avalancha de medidas reguladoras procedentes del gobierno ha creado incertidumbre y ha puesto en tela de juicio los modelos de negocio de éxito. El gobierno chino está tratando de abordar la desigualdad y lograr la prosperidad común. Está abordando las prácticas anticompetitivas, promoviendo los intereses de los trabajadores y restableciendo la influencia del Estado en los servicios públicos. Las medidas reguladoras que han salido a la luz en los últimos seis meses han creado mucha incertidumbre para los inversores en lo que respecta a las empresas de comercio electrónico, las de educación, las de sanidad e incluso el sector inmobiliario”, explica.
Para Robin Parbrook, responsable de renta variable asiática (excl. Japón) de Schroders, las correcciones que ha sufrido el mercado chino tienen que ver con motivos regulatorios. “En los discursos del presidente Xi de los últimos tres o cuatro años se ha hablado mucho de prosperidad común, equiparación, movilidad social, riesgos de financiación y política de doble circulación. Con esto nos referimos a ser más autosuficientes en industrias estratégicas clave. Pero la sorpresa ha sido la rapidez con la que han pasado a regular muchos sectores clave en China. Obviamente, se trata en particular del sector de internet, que es el que recibe la atención de la mayoría de los inversores estadounidenses porque muchos de los valores cotizan en bolsa. Pero también se aplica a los sectores de los seguros, la sanidad y el sector inmobiliario. Y todo ello supone un gran cambio estructural en el mercado”, explica.
Comprendiendo el mercado
En opinión de Kallo, China sigue suponiendo riesgos, pero no más que hace 5-10 años. En este sentido, afirma: “Está buscando exhibir su músculo diplomático y ser más asertiva. Pero el riesgo se ha descontado en los precios y hay mucho valor en algunos sectores. Actualmente, el MSCI China A onshore tiene un descuento del 50% sobre el precio en libros y del 35% sobre el precio en beneficios frente al S&P500. Este descuento indica que gran parte del riesgo está en los precios”.
El responsable de renta variable de Aberdeen Standard Investments considera que, sin dejar de observar y gestionar los riesgos, existen oportunidades para incorporar algunas compañías nacionales a las carteras. “Para la mayoría de los inversores extranjeros, el gran interés es el sector del comercio electrónico. No nos atreveríamos a incorporarlas ahora mismo, pero estas empresas tienen un gran valor y esperamos que lo hagan bien a largo plazo, ya que todavía tienen un papel que desempeñar en el desarrollo de China. En la actualidad, el crecimiento se está ralentizando de nuevo y el ciclo económico se está volviendo a reducir para las grandes empresas. Creemos que China empezará a flexibilizarse de nuevo y veremos la recuperación económica. Mientras tanto, otras economías pueden volver a ralentizarse, mientras que en China podríamos ver un cambio de dirección, pasando de la ralentización a la aceleración”.
En opinión de Jaime Raga, responsable de relación con clientes de UBS AM Iberia, la liquidez está impulsando gran parte de lo que ocurre en los mercados de renta variable de China, algo que no es nuevo. “Esta financiación alimentó una burbuja en los mercados de renta variable chinos en 2015, y ahora nos encontramos en una situación similar, con los valores growth siendo empujados a máximos extremos. De hecho, el diferencial entre valores growth y value en estos mercados está en niveles que no se veían desde la burbuja de las puntocom en 1999 y principios de 2000. Aunque hemos visto una pequeña corrección en el segundo trimestre de 2021, queda mucho camino por recorrer antes de alcanzar valoraciones normalizadas”, explica.
Cómo invertir en China
En este contexto, Raga considera que los riesgos que presenta China -las fricciones con EE.UU., el entorno normativo cada vez más estricto, la sobrevaloración de algunos sectores y la pandemia- se ven superados por las oportunidades. Por lo que afirma: “El mercado bursátil chino es ya el segundo del mundo y está alcanzando rápidamente al estadounidense. Al igual que un inversor global no querría estar fuera de EE.UU., creemos que lo mismo es válido para el mercado de acciones chinas. Estamos empezando a ver a estos primeros líderes mundiales en China. ¿Quién querría perderse esta apasionante etapa de desarrollo de China? China gasta más en I+D que cualquier otro país del mundo y es el que más patentes registra. La creciente fuerza innovadora de China parece que pronto rivalizará con la de Estados Unidos y creemos que esto ofrecerá muchas oportunidades de inversión atractivas”.
Para Parbrook, los inversores pueden optar por comprar empresas occidentales con gran exposición a China, como Louis Vuitton, Nike o Adidas. “También pueden tener exposición a China a través de las acciones de la Región Administrativa Especial de Hong Kong que cotizan en la Bolsa de Hong Kong, o a través de las acciones A de las Bolsas de Shenzhen o Shanghai.O bien, pueden invertir en empresas multinacionales con negocios en China, como Schindler o KONE, por ejemplo”, añade.
Desde Generali Insurance AM se mantienen, a corto plazo, cautos sobre el MSCI China ante la persistente incertidumbre regulatoria y la debilidad de las perspectivas de crecimiento tras la pandemia, pero vemos un potencial alcista a medio plazo. “Sin embargo, nos inclinamos por las acciones A debido a las valoraciones más atractivas y a la menor presión regulatoria debido a la composición del sector. Los sectores preferidos son servicios de telecomunicaciones/profesionales, materiales, servicios públicos, servicios de consumo y energía”, reconocen.