Los inversores siguen interesados en mantener la exposición al riesgo en sus carteras pese a estar inmersos en una pandemia mundial, según concluye el Estudio Global del Inversor de Schroders. Los resultados de la encuesta, que se realizó a más de 23.000 personas de 33 lugares del mundo, muestran que muchas personas se sienten obligadas a asumir mayores riesgos para compensar la incertidumbre del coronavirus y las preocupaciones que está causando el aumento de la inflación.
Analizando los datos de la encuesta, se observa que esta “obligación de tomar mayor riesgo” es más alta en el caso de los inversores más jóvenes. En general, así lo siente el 37% de los encuestados, pero cuando miramos la franja de edad de entre los 18 a 37 años, este porcentaje aumenta hasta el 44%. En cambio, si nos limitamos a la respuesta que dan los mayores de 71 años, tan solo un 22% reconoce tener un mayor apetito por el riesgo.
Curiosamente, las generamos más mayores no solo no se muestran dispuestas a asumir riesgos, sino que esperan unos retornos menores en comparación con las expectativas que tienen los inversores más jóvenes: el 56% de los encuestados de entre 18 a 37 años esperan unas rentabilidades en torno al 10%, mientras que solo un 38% de los mayores de 71 años aspiran a ese 10%.
“Si se les presenta un escenario en el que los tipos de interés son nulos o negativos, el 57% de los inversores de entre 18 y 37 años afirmó que realizaría inversiones de mayor riesgo en busca de rentabilidad, mientras que sólo el 17% sería más propenso a gastar y menos a ahorrar. Esto es así a pesar de que el 68% de este grupo de edad declara que el rendimiento de sus inversiones tiene un impacto en su salud mental. Esta relación se invierte cuando se trata del grupo de más de 71 años, ya que el 40% de ellos es más propenso a gastar que a ahorrar en este escenario”, afirman desde Schroders.
Profundizando en este escenario, más de la mitad de los encuestados (53%) afirmó que realizaría inversiones de mayor riesgo en busca de rentabilidad, mientras que un tercio (33%) buscaría invertir en criptodivisas.
Sesgo geográfico
Desde el punto de vista geográfico, los resultados de la encuesta muestran que el 59% de los inversores de Asia son los más propensos a realizar inversiones de mayor riesgo en condiciones de tipos de interés bajos, por delante de los de América (53%) y Europa (49%). “Para conseguir estos mayores rendimientos, muchos invierten ahora en activos que antes percibían como demasiado arriesgados”, matizan desde la gestora.
En concreto, los sectores nuevos y emergentes forman parte de los tres principales tipos de inversiones que la gente ha realizado por primera vez en el último año. Según indican las conclusiones del estudio, los valores relacionados con los vehículos eléctricos ocupan el primer lugar (24%), los fondos de biotecnología o farmacéuticos el segundo (23%), mientras que los valores de Internet y tecnología, así como las criptomonedas, ocupan conjuntamente la tercera posición con un 22%.
La gestora indica que los inversores más abiertos a invertir en activos de alto riesgo también tienen un mayor interés en los valores de internet y tecnológicos, por delante de los fondos inmobiliarios.
A la luz de los datos de la encuesta, Lesley-Ann Morgan, directora de Estrategias Multiactivo de Schroders, señala que muchas personas sienten que ahora tienen que asumir más riesgo en busca de rentabilidad, dada la pandemia actual. “Las difíciles condiciones económicas que hemos observado durante el pasado año probablemente han influido en ello. En un entorno de bajos tipos de interés, no es de extrañar que las opciones de inversión más arriesgadas sean más atractivas, especialmente para los inversores más jóvenes. Los inversores también se han visto estimulados a buscar una gama más amplia de clases de activos. En general, estos resultados demuestran que la proporción de inversores abiertos a asumir un mayor riesgo ha aumentado, pero dado que el 63% de las personas declaran que el rendimiento de sus inversiones también tiene un impacto en su salud mental, deberían asegurarse de que el riesgo se aborda con criterio”, concluye Morgan.