El 56% de los inversores asumieron como su principal preocupación la tensión geopolítica mundial, los conflictos militares y los cambios estructurales en la economía mundial, sin embargo, un tercio prevé un cambio hacia las inversiones de mayor riesgo, concluye una nueva encuesta de PGIM, la división de gestión de activos globales de Prudential Financial.
El Informe de PGIM sobre Riesgo Global 2024: Resilient Investing Amid Geopolitical Uncertainty se propone descubrir cómo los riesgos geopolíticos están cambiando la forma en que los inversores institucionales están construyendo sus carteras, encuestando a 400 inversores institucionales de ocho países, que representan 9 billones de dólares en activos bajo gestión.
Los resultados reflejan el creciente sentimiento de que, aunque la volatilidad de la geopolítica tiene en vilo a los mercados mundiales, los inversores están menos preocupados por otros riesgos como la inflación y la recesión.
Oportunidades en un entorno geopolítico tenso
Entre los posibles focos de tensión geopolítica, los inversores afirman estar vigilando el estrecho de Taiwán y el mar de China Meridional, y casi la mitad (48%) de los inversores lo identifican como el riesgo con más probabilidades de afectar a los mercados mundiales en los próximos 24 meses, dada su vinculación con los precios de los activos. Un 27% afirmó que el conflicto militar en Medio Oriente es el mayor riesgo.
Sin embargo, a pesar de la mayor sensación de riesgo geopolítico, los inversores afirman estar dispuestos a asumir riesgos en sus carteras, señal de que las instituciones adoptan una visión a largo plazo y consideran la volatilidad como una oportunidad. Un tercio de los inversores institucionales que participaron en la encuesta afirmaron que prevén tener una estrategia de cartera agresiva, es decir, asumir más riesgo para finales de 2025, frente a aproximadamente una cuarta parte que actualmente son agresivos en su tolerancia al riesgo.
Elecciones
Más de la mitad de los inversores de todo el mundo (56%) afirma que el resultado de las elecciones de este año es un factor que influye en sus decisiones de cartera.
Mientras el 29% ha mantenido más efectivo en respuesta a la incertidumbre geopolítica, esta «huida hacia la seguridad» fue más pronunciada en EE.UU., donde el 41% de los inversores afirmó haber recurrido al efectivo para gestionar el riesgo. La mayoría de los inversores de todo el mundo (55%) afirmaron que tienen previsto aumentar sus asignaciones de efectivo de cara a las elecciones.
Alrededor de tres cuartas partes de los inversores institucionales también afirmaron que sus carteras están moderadamente o bien preparadas para cualquier repercusión derivada de unas elecciones importantes en 2024, lo que refleja la confianza en que los resultados políticos en EE.UU. y en otros lugares no serán una sorpresa. Al menos dos tercios dijeron lo mismo cuando se les encuestó sobre las repercusiones en la inversión de las subvenciones y disputas comerciales, los niveles de deuda mundial, las políticas reguladoras y las interrupciones en la cadena de suministro.
Casi la mitad de los encuestados (48%) considera que actualmente existen demasiados riesgos geopolíticos como para mitigar eficazmente su impacto potencial en las carteras. ¿Qué pueden hacer los inversores cuando las consecuencias de los acontecimientos geopolíticos son menos seguras?
El informe detalla varios enfoques que los inversores están utilizando para gestionar el riesgo geopolítico e identificar oportunidades de inversión -como centros de datos y energías alternativas- que están surgiendo como resultado de los cambios geopolíticos.
Un enfoque global de la diversificación y la liquidez puede mitigar el riesgo ayudando a los inversores a evitar convertirse en vendedores forzosos durante acontecimientos inesperados. Los modelos cuantitativos permiten a los inversores anticiparse a los cambios de tendencia. Algunas soluciones, como los ETF amortiguados, pueden ayudar a mitigar el riesgo a la baja, manteniendo al mismo tiempo cierta exposición al alza. Otras recomendaciones son aumentar las asignaciones a activos reales, someter las carteras a pruebas de estrés con análisis de escenarios y utilizar estrategias activas.