Ha vuelto a ocurrir. Todavía anoche la mayoría de las encuestas pronosticaban una ajustada victoria de Clinton, y el mantenimiento del status quo en Estados Unidos, pero la realidad ha vuelto a sorprender y la victoria de Donald Trump, que será el presidente número 45, ha puesto patas arriba los mercados. Todo un deja vu del Brexit y una clara prueba de que los cisnes negros existen. Sin embargo, conforme pasan las horas los inversores templan los nervios y los temores iniciales van disipándose.
La jornada comenzaba con un desplome en la renta variable asiática: la bolsa de Tokio cerraba con el Nikkei cayendo un 5,36%, arrastrada sobre todo por las empresas japonesas más orientadas a la exportación debido al rally del yen frente al dólar, que sumó casi un 3%. China resistía y limitaba sus caídas por debajo del 1%, mientras en Europa los futuros vaticinaban caídas del entorno del 5% que finalmente están suavizándose (el EuroStoxx se dejaba a media mañana en torno al 1,5%, al igual que la bolsa alemana, mientras el Ibex perdía en torno al 2%), ajustándose así a los futuros estadounidenses: aunque primero anticipaban descensos del Dow Jones y del S&P 500 de entorno al 4%, más tarde se han situado en el 2%. En cuanto a divisas, lo más llamativo es el desplome histórico del peso mexicano frente al dólar, que ha llegado a estar por encima del 15%. Mientras, los inversores se refugian en el oro (que se dispara por encima de 1.300 dólares la onza), la deuda alemana (la rentabilidad del Bund se desinfla por debajo del 0,2%) y también el yen.
A pesar de la fuerte reacción inicial, parece que poco a poco los mercados van asimilando la noticia y suavizando sus pérdidas conforme avanzan las horas, mientras analistas y gestores estudian las consecuencias de una victoria inesperada: pese a que vaticinan volatilidad futura, llaman a la calma y tratan de analizar las oportunidades que abre este nuevo escenario político. Por ejemplo, hablan en clave positiva de un posible paso atrás de la Fed en las subidas de tipos, un impulso económico gracias a un gasto masivo en infraestructuras y el efecto positivo de las previsibles bajadas de impuestos. En clave negativa, los expertos hablan de un daño al crecimiento en EE.UU. y de todo el mundo, un fuerte impacto negativo en los mercados emergentes y un efecto político dominó que favorecerá a los populismos en las próximas elecciones en Europa (y debilitará a la zona euro) como mayores riesgos.
“La mayoría de los inversores habían descontado que Clinton iba a ganar y por ello los mercados están ahora recalibrándose. Estamos viendo una natural “huida hacia la calidad” con activos como el yen japonés y el oro apreciándose. Al mismo tiempo, se están produciendo ventas en los activos más vinculados con algunas de las políticas más proteccionistas y anti-globalización de Trump, con el peso mexicano a la cabeza de dichos activos”, explica Richard Dunbar, responsable de Estrategia senior en Aberdeen AM, que tilda muchas de estas ventas de “irracionales”, por lo que llama a la calma: “Ahora es el momento de mantener la calma. Estados Unidos sigue siendo el país donde han nacido prácticamente todas las innovaciones tecnológicas disruptivas que hemos conocido en los últimos cincuenta años, donde el estado de derecho es sacrosanto, y además cuenta con unas tendencias demográficas relativamente favorables e importantes reservas de capital. Ninguna de estas cosas ha cambiado de la noche a la mañana”, señala.
“La victoria de Trump ha pillado a los mercados por sorpresa. Esperamos que la volatilidad continúe debido a la creciente incertidumbre política”, señala Stefan Kreuzkamp, CIO de Deutsche Asset Management,que destaca la falta de inexperiencia del nuevo presidente y la imposibilidad de predecir sus movimientos como razones para la cautela. “Incluso aunque siguiera solo la mitad de sus promesas electorales causaría inestabilidad”, dice, si bien matiza que los inversores no deberían perder los nervios: “No olvidemos que constantemente Trump ha sorprendido al público con su campaña y puede ocurrir que tras las elecciones pudiera sorprender también a los mercados positivamente”, añade.
Un paso atrás de la Fed y recortes de impuestos: efectos positivos
Desde Fidelity, hablan de una ralentización de los riesgos financieros, sobre todo ante la posible paralización de subidas de tipos por parte de la Fed, pero de un empuje de los riesgos políticos desconocidos “sin precedentes”, sobre todo si Trump sigue adelante con sus eslóganes más proteccionistas, lo que provocará que los inversores, en especial los extranjeros, den un paso atrás y esperen: “Nos adentramos en un mundo con un riesgo político sin precedentes que pone en tela de juicio los pilares del orden posterior a la Segunda Guerra Mundial. No sorprende, por tanto, que los inversores estén buscando refugio. La sensación inmediata de perplejidad ante el giro hacia la derecha de la política estadounidense tendrá que dar paso a una evaluación más sobria de los riesgos”, comenta Dominic Rossi, director mundial de inversiones en renta variable en la gestora.
Pero, como consecuencia de la victoria, la Fed podría dar un paso atrás y además, el escenario en EE.UU. podría desbloquearse con el control republicano de ambas cámaras: “El impacto inmediato se sentirá en la Fed: la probabilidad de subida de los tipos de interés en diciembre, seguida de dos subidas más en 2017, ha caído con fuerza. El dólar, que venía manteniendo una tendencia alcista en previsión de esta evolución, ha girado a la baja. Estos dos factores eran amenazas para el mercado alcista y ahora se han alejado. La política monetaria seguirá siendo expansiva” explica (algo en lo que coincide M&G Investments: la probabilidad implícita de una subida de tipos ha pasado de más del 80% al 50%, dicen). También en clave positiva indica que el control republicano de las dos Cámaras “ofrece una oportunidad para romper el bloqueo político de los últimos años en las áreas de política interna. Habrá voluntad para desactivar muchas de las iniciativas de Obama, principalmente la Obamacare, pero nada de eso va a convencer a los inversores a corto plazo”.
Ian Heslop, responsable de Renta Variable Global y gestor de Old Mutual North America Equity Fund, también coincide en que la volatilidad en los mercados repuntará con la victoria de Trump pero señala tanto aspectos negativos como positivos que podrían derivarse de sus políticas. “Mirando a algunas de las políticas de Trump, como su proteccionismo, su deseo de liberarse de acuerdos de comercio internacional existentes y de deportar a los inmigrantes ilegales, éstas tienen el potencial de contribuir a una volatilidad de mercado de largo plazo. Sin embargo otras, como sus planes de recortar los impuestos, incluyendo la reducción del ratio en los negocios del 35% al 15%, sus planes para impulsar la repatriación de beneficios corporativos ganados fuera y de embarcarse en un plan masivo de gasto en infraestructuras podrían estimular la economía de EE.UU., impulsando las acciones. Hay mucha incertidumbre, porque sus promesas electorales han estado cargadas de retórica y se han quedado cortas en los detalles políticos”, explica.
“Siendo críticos, no todas las medidas son negativas para los mercados de renta variable, en especial los recortes de impuestos”, coincide Christophe Bernard, director de Estrategia en Vontobel AM. El experto cree que “hay que ser extremadamente cautos cuando se hacen predicciones, pues la incertidumbre permanecerá hasta que la Administración Trump revele su programa político, ya que podría diferir de las intenciones declaradas del candidato”. En la gestora mantienen una postura neutral hacia los mercados de renta variable, tras aumentar las posiciones en efectivo durante el verano, aunque reconocen las presiones que puede haber en los activos emergentes. “Nuestra exposición a los activos de los mercados emergentes es probable que tenga que hacer frente a la presión, mientras que nuestra posición de oro debería compensarnos un poco. Tenemos una postura neutral frente al dólar estadounidense y tenemos una exposición significativa a títulos del Tesoro cubiertos contra la inflación. Lógicamente, dependiendo del momento, podríamos reducir la exposición a los activos de mercados emergentes, aunque aconsejamos no pecar de ser demasiados activos en la gestión de cartera, ya que suele ser perjudicial para el rendimiento”.
Pero sufrimiento en emergentes… y en sus divisas
El sufrimiento emergente parece claro a partir de ahora. En SYZ AM consideran también que la deuda emergente, sobre todo la latinoamericana, sufrirá, “erosionando la mayoría de los beneficios que se han obtenido este año”. Desde Degroof Petercam hablan también de mayor incertidumbre sobre las perspectivas de crecimiento futuro de los mercados emergentes y han reducido la exposición al peso mexicano del 8,5% actual a hasta un 4,5%-5%.
En general, la elevada volatilidad en los mercados globales puede mantenerse durante los próximos días y probablemente brindará oportunidades interesantes si las valoraciones de los activos alcanzan niveles exagerados bajos en algún momento, explican los gestores. Fabrizio Quirighetti, CIO de SYZ Asset Management, estima un riesgo de caídas del 5%-7% para la renta variable global en los próximos dos o tres días. “Los activos estadounidenses deberían cotizar ahora con un precio significativamente más bajo pero, como de costumbre, gracias a su naturaleza defensiva, pueden comportarse mejor en términos relativos”.
También cree, al igual que Fidelity, que la subida de tipos por la Fed es ahora menos segura y por eso espera que los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense, así como otros rendimientos de los bonos soberanos de elevada calidad, retrocedan al menos 20 puntos básicos. En divisas, cree que el entorno debería beneficiar al yen, el franco suizo y quizá incluso al euro, aunque en menor medida y las perspectivas son “devastadoras” para el peso mexicano y el dólar canadiense. “El rublo y algunas divisas asiáticas, como la rupia indonesia, deberían demostrar mayor resistencia dentro de los mercados emergentes”, añade.
En la misma línea, Paul Markham, gestor de carteras de renta variable global en Newton, parte de BNY Mellon, vaticina que la victoria de Trump provocará una caída de las tires de los bonos del Tesoro estadounidense, ventas generalizadas entre los activos de riesgo y la apreciación de ciertas divisas, como el yen o el franco suizo. “También es probable que las bolsas registren fuertes correcciones y esperamos un significativo repunte de la volatilidad”. Con todo, a más largo plazo habla de un posible escenario reflacionario en el país, motivado por el gasto en un sector inflacionista como las infraestructuras y, como consecuencia, prevé un aumento de las tires en la deuda estadounidense en los próximos de seis a doce meses.
Mark Burgess, director de renta variable del fondo angloamericano de Columbia Threadneedle Investments, explica que, en el país, “a largo plazo, los claros ganadores serán los sectores de las infraestructuras y financieros favorecidos por la relajación de la normativa Dodd-Frank, mientras que el sector de defensa probablemente prosperará». Eso sí, señala que el proteccionismo comercial “tal vez constituye el mayor temor en el ámbito económico, ya que podría traducirse en una situación de «estanflación» y en un riesgo real para los mercados emergentes». Según Schroders, “probablemente veamos unos niveles considerables de volatilidad, ya que el entorno de tipos bajos de los últimos años, que ha dado apoyo a las valoraciones bursátiles y ha impulsado a los valores “similares a los bonos”, va a alterarse profundamente”, dice. En un plano más general, explica que la perspectiva del proteccionismo y el menor crecimiento mundial golpearán a las bolsas y a los activos de riesgo en todo el mundo. Y también destcaca que los mercados emergentes son especialmente vulnerables, por su dependencia del comercio mundial.
Giordano Lombardo, CEO y CIO de Pioneer, dice que aunque el resultado ha sido una sorpresa, no es un evento de cisne negro. “Los mercados han sido extrañamente complacientes en la recta electoral, algo reminiscente de la subida pre-Brexit” Monica Defend, responsable de Global Asset Allocation Research, cree que el resultado llevará a una mayor volatilidad en los tipos de interés que podría pesar en las divisas emergentes, mientras un fuerte viraje hacia el proteccionismo podría también dañar a muchas firmas exportadoras orientadas hacia los mercados en desarrollo, y no solo en México”. Defiende que la agenda política de Trump podría ser negativa para inversiones orientadas a las rentas y podría llevar a elevar la curva de rendimiento. En este entorno, hablan del oro como una cobertura natural contra la volatilidad y recomiendan poner el foco en una gestión activa, activos de calidad y énfasis en la mitigación de riesgos de cara a los próximos meses.
James Butterfill, director de Análisis y Estrategias de Inversión en ETF Securities, se muestra de acuerdo: “A corto plazo subirán los precios del oro, ya que los inversores buscan un activo refugio de una manera similar a lo que vimos tras el referéndum sobre el Brexit. Las compañías mineras de oro probablemente se beneficiarán ya que tienen una beta de 2,4 veces sobre el precio del oro”. Con respecto a las divisas, apunta a yen y franco suizo como ganadores, y a la libra como sufridora, pues el aumento de la volatilidad le perjudica, al moverse inversamente a la volatilidad.
“La reacción del mercado ante la inesperada victoria de Trump se asemeja a lo ocurrido después del referéndum británico sobre la UE: un desplome inicial de las bolsas que posteriormente se recuperó, al concluir los inversores que las implicaciones económicas eran tanto positivas como negativas y que no afectaban considerablemente las perspectivas durante los siguientes seis-doce meses”, comenta el economista jefe de Henderson, Simon Ward. Más allá del corto plazo, las implicaciones del inesperado resultado de hoy podrían ser neutrales para la renta variable, dice, negativas para los bonos y positivas para el dólar estadounidense, en este último caso, debido en parte a los posibles incentivos fiscales a las empresas estadounidenses para repatriar la tesorería que mantienen en el extranjero.
Desde Standard Life Investments hablan de una mayor incertidumbre en la política estadounidense, en la actividad económica y en la de la Fed, y vislumbran volatilidad aunque aconsejan no sobre-reaccionar. La gestora cree que Trump priorizará el recorte de impuestos y de la regulación en sectores como el financiero o el energético, pero advierte de que, “si el presidente es serio a la hora de aplicar sus políticas proteccionistas, las consecuencias negativas para la actividad económica y los márgenes empresariales podrían fácilmente borrar los beneficios del relajamiento fiscal”. Y, por ello, en SLI ven probable que la Fed retrase la subida de tipos hasta 2017. Sin embargo, una vez empiece a subirlos, podría hacerlo a un ritmo más rápido de lo estimado en el caso de mantenerse las políticas de Obama, por lo que la evolución a medio plazo de la renta fija y del dólar dependerá de las políticas que se apliquen. En bolsa, creen que los menores impuestos y regulación podrían impulsar los mercados pero advierten del impacto negativo de futuras actuaciones de la Fed, lo que creará oportunidades para stock pickers.
“Un gobierno de Trump representa un cambio considerable en el rumbo político del país durante al menos cuatro años. Este cambio podría inquietar a los mercados en un primer momento, que mantendrían una actitud de espera hasta poder comprobar qué forma adopta realmente la presidencia de Trump”, dice Matt Miller, asesor político en Capital Group. “Entramos en un nuevo mundo en el que necesitamos valorar mejor el riesgo político en los mercados desarrollados, ponerlo en precio y monitorizar las carteras para preservar el capital. Incluso aunque los mercados han reaccionado hasta ahora de una manera relativamente suave, mantenemos nuestro sesgo defensivo”, dicen en Oddo Meriten AM.
¿Durará poco la volatilidad?
Karen Dunn Kelley, Senior Managing Director Investments en Invesco, defiende que, dada la incertidumbre política provocada por los resultados electorales, la volatilidad del mercado continuará en las próximas semanas… pero, igual que sucedió con el Brexit, no durará demasiado. “Prevemos que esa volatilidad durará poco, ya que los mercados pasarán al modo «esperar a ver» mientras digieren los anuncios políticos de la nueva administración y valoran la probabilidad de que se materialicen. La reacción de los mercados tras el reciente resultado inesperado en el referéndum sobre el Brexit sirve de referente válido a este respecto”, añade. Y es que nada está claro porque, aunque el Senado y la Cámara de Representantes tiene mayoría republicana, “no es en absoluto seguro que Trump consiga reunir el apoyo necesario para llevar a cabo las reformas profundas que ha propuesto en ámbitos que abarcan todo el espectro político, incluyendo la inmigración, el comercio, la sanidad, la energía, los impuestos personales y de sociedades, y la regulación financiera”. En este entorno, recomienda construir una cartera diversificada y no abandonar los planes debido a la volatilidad del mercado.
Los mayores riesgos: el triunfo del populismo y un menor crecimiento
En este escenario, los expertos hablan de un daño al crecimiento en EE.UU. y de todo el mundo, un fuerte impacto negativo en los mercados emergentes y un efecto político dominó que favorecerá a los populismos en las próximas elecciones en Europa (y debilitará a la zona euro) como mayores riesgos. Los expertos también se preguntan si el resultado podría tener efectos que acaben con las políticas de austeridad en todo el mundo.
“La victoria de Donald Trump puede provocar un efecto dominó en Europa, que vivirá citas electorales en varios países durante los próximos meses. Alemania, Francia, Austria o Italia, entre otros, celebrarán durante el próximo año elecciones o referéndum en los que podrían ganar fuerza los candidatos con discurso rupturistas con el status quo o críticos con la Unión Europea”, dicen desde Monex Europe. “Las políticas propuestas por estas fuerzas, en general, siguen la línea del Brexit, poniendo en duda el papel de la Unión Europea, y pueden debilitar la moneda única”, añaden. “La elección de Trump va a suponer una inyección de moral para los movimientos populistas de todo el mundo y a buen seguro envalentonará a los partidarios de la salida de la UE en el Reino Unido, que lo ven como un aliado más cercano para negociar acuerdos comerciales. Durante los próximos doce meses se celebrarán comicios clave en Europa que podrían deparar más sorpresas”, coincide Dierk Brandenburg, analista senior de renta fija pública de Fidelity.
“Estamos ante una reedición del Brexit. El auge de los movimientos contestatarios ha adquirido una dimensión mundial. El Brexit ya no puede considerarse como un suceso anómalo, es una tendencia. Donald Trump ha ganado desafiando a su partido, a los medios de comunicación y a la política convencional. El populismo está haciéndose con el poder», advierte Eric Lonergan, gestor del equipo de multi activos de M&G, aunque matiza que el Trump presidente podría moderar las promesas del Trump candidato y no aplicar políticas contrarias al comercio, a China y a México. “La razón sugiere que el Congreso y los mercados financieros modularán su capacidad de actuación”. “De cara al futuro, el Brexit y la victoria de Trump han puesto de manifiesto que los populismos han sido más efectivos de lo que se esperaba. Ante la proximidad del referéndum italiano y varias citas electorales clave en Europa, en 2017 el viejo continente podría convertirse en el siguiente foco de atención”, añade Mitul Patel, responsable del área de Tipos de Interés en Henderson.
“Los riesgos políticos continuarán en 2017 con los mercados a la expectativa de ver si el movimiento anti-sistema sigue tomando fuerza en Europa. Así que, en un clima político cambiante, los activos de más riesgo permanecerán bajo presión. El referéndum constitucional italiano en diciembre puede proporcionar la siguiente evidencia”, añade Luca Paolini, estratega jefe de Pictet AM.
Los expertos también temen que la deriva proteccionista dañe a la economía mundial, sobre todo a los emergentes: “El mantra proteccionista del nuevo gobierno pondrá palos en las ruedas de algunos acuerdos comerciales clave que EE.UU. ya ha suscrito. La posibilidad de que suban los aranceles no será bien acogida en algunos países, especialmente de los mercados emergentes, que tienen en el comercio mundial su mayor fuente de crecimiento”, advierte el experto. “Tiene intención de renegociar los principales acuerdos comerciales e imponer barreras arancelarias a las importaciones mexicanas y chinas. Esto ha generado un elevado nivel de incertidumbre y podría lastrar el crecimiento económico global. Del mismo modo, aunque irrealistas, los grandes recortes de impuestos y el gasto en infraestructura elevarían el déficit presupuestario en EE.UU.”, señalan en Vontobel. Y añade también del peligro de la llegada al poder de los partidos anti-sistema en Europa.
“Hasta que no se conozcan las políticas de Trump, su retórica sobre el comercio, la inmigración y la cooperación internacional amenazarán el crecimiento económico de EE.UU. y del mundo”, dicen en Allianz Global Investors, desde donde predicen caídas en los mercados estadounidenses y una mayor aversión al riesgo por parte de los inversores. “El presidente es un outsider político que quiere hacer fuerte su presencia y cambiar el status quo. Aunque a los mercados les pueden gustar algunas de las ideas de Trump, valoran más la certidumbre”, añade la entidad.
Keith Wade, economista jefe de Schroders, advierte de una potencial estanflación en EE.UU. y guerras comerciales, además de un entorno volátil en los mercados. “Las políticas presupuestarias del presidente Trump rebajarán los impuestos y el gasto, se traducirán en tipos de interés más altos, más inflación y un mayor déficit público. Probablemente veamos unos estímulos presupuestarios moderados y el estallido de una guerra comercial cuando el presidente suba los arancelas a los productos chinos y mexicanos. El efecto neto será que la economía, tras un breve acelerón propiciado por las rebajas de impuestos, se enfriará por el aumento de la inflación y los tipos de interés. Ante la subida de los aranceles (con el consiguiente encarecimiento de los precios) y el aumento de los salarios (por el descenso de la mano de obra inmigrante) el resultado global probablemente sea una estanflación, es decir, un crecimiento más débil y una inflación más alta”, explica.
“La gran implicación para los inversores es que, ante el nulo crecimiento de la renta en la mayor parte de las poblaciones del mundo desarrollado desde la gran crisis, los partidos consolidados y sus candidatos están recibiendo un duro castigo electoral. Y no se va a detener aquí: tenemos un referéndum constitucional en Italia el próximo mes y muchos otros procesos electorales en Europa en 2017. Después de ver estos vuelcos electorales en el Reino Unido con el Brexit y ahora en EE. UU., ¿van a reaccionar los partidos políticos tradicionales prometiendo grandes aumentos del gasto público? ¿Podrían las elecciones de anoche marcar el fin de la austeridad mundial?», se pregunta Jim Leaviss, responsable del área de Renta Fija Minorista de M&G.
“Se trata de una jornada histórica; la mayor decepción política de la historia de Estados Unidos”, según el economista jefe de Robeco, Léon Cornelissen. “Está claro que los votantes estadounidenses han optado por un candidato que defiende políticas rompedoras, burlándose de la continuidad. Podemos hablar de un voto masivo contra el establishment, que sigue la misma línea del Brexit, que refleja básicamente el hartazgo de los electores con el statu quo”.