La encuesta mensual a gestores de fondos de Bank of America lanza este mes un claro mensaje: decae el optimismo macroeconómico, pero sin grandes alarmas. Los encuestados contemplan un horizonte con tipos de interés bajos y con dificultades para que las políticas fiscales mantengan el “frenesí” vivido hasta ahora en la recuperación económica.
En concreto, las expectativas de crecimiento económico en septiembre se situaron en el 13%, el nivel más bajo desde abril de 2020 y muy por debajo del máximo del 91% marcado en marzo de 2021. Entre los motivos que llevan a este pesimismo destaca la propagación de la variante Delta, que fue citado como la principal razón.
Además, el 84% de los inversores espera ahora que la Reserva Federal comience a reducir sus medidas de estímulo para fines de año, aunque las expectativas para la primera subida de tipos de interés en Estados Unidos fueron retrasadas hasta febrero de 2023 desde noviembre de 2022.
“Las expectativas de crecimiento mundial han guiado históricamente la asignación en renta variable que realizan los gestores de fondos, que en esta ocasión ha quedado rezagada durante este ciclo”, matiza la encuesta en sus conclusiones. Igualmente, las expectativas de beneficios también han caído notablemente, ya que se han reducido a un 12% (una caída de 29 puntos porcentuales y la peor cifra desde mayo de 2020).
Desde Reuters destacan que “la protección del mercado de acciones diseñada para proteger las carteras contra una fuerte caída en el valor de los activos se encontraba en sus niveles más bajos desde enero de 2008”. En cambio, las condiciones de liquidez global fueron consideradas como las mejores desde justo antes de que la crisis financiera global golpeara los mercados mundiales en julio de 2007. Casi el 60% de los encuestados en la encuesta dijo que la política monetaria era «demasiado estimuladora», la proporción más alta desde mayo de 2011.
Este escenario hace plantearse a los gestores en qué medida sus carteras están bien posicionadas, cuya exposición sigue siendo optimista. De hecho, según indica en sus conclusiones, los niveles de efectivo subieron hasta un 4,3% desde un 4,2%, y su apuesta sigue siendo cíclica, sobreponderando bancos, commodities, renta variable, sectores industriales y acciones europeas,e infraponderando los bonos. “La opción defensiva sigue siendo incluir exposición a la atención sanitaria, productos básicos y efectivo. En septiembre, los inversores aumentaron su exposición a los ciclos globales, principalmente apostando por Japón, materias, commodities y energía”, apunta la encuesta en sus conclusiones.
Gestores europeos
Mientras, entre los gestores europeos las expectativas de crecimiento se han estabilizado y los riesgos percibidos por el COVI-19 se están desvaneciendo. El 47% de ellos espera que la economía europea siga mejorando en los próximos doce meses, lo que supone un ligero aumento con respecto al 44% de agosto, pero sigue siendo significativamente inferior al máximo del 94% registrado en marzo.
Sólo el 37% de los encuestados espera que el ciclo macroeconómico alcance su punto máximo este año, frente al 56% del mes pasado (sin embargo, el 18% de los participantes cree que el punto máximo ya ha pasado). Y apenas un 3% de los inversores considera que el COVID-19 es un riesgo importante para las perspectivas macroeconómicas, mientras que una mayoría del 68% piensa que los riesgos están contenidos, ya que las elevadas tasas de vacunación mantienen contenidas las hospitalizaciones y las muertes. “Dicho esto, ni siquiera el más optimista de los participantes en la encuesta piensa que, gracias al éxito del despliegue de la vacuna, la pandemia haya terminado ya”, matizan las conclusiones.
En línea la optimista exposición a renta variable que muestran los gestores en la encuesta global, el 58% de los participantes en la encuesta espera que el repunte de la renta variable europea continúe hasta el año que viene (frente al 51% del mes pasado), aunque una minoría creciente del 16% cree que terminará en el tercer trimestre (frente al 7% del mes pasado). Menos del 5% de los inversores cree que el mercado ya ha tocado techo. El 55% de los participantes considera que reducir la exposición a la renta variable demasiado pronto es el mayor riesgo para su cartera, frente al 35% del mes pasado.
“La mayoría de los inversores esperan que el mercado siga subiendo ligeramente, ya que la proporción de encuestados que espera una subida de más del 5% para finales de año ha descendido al 37%, frente al 60% del mes pasado. Las expectativas de beneficios en Europa también se han enfriado, ya que sólo un 42% neto de los inversores espera una mejora de los beneficios empresariales en los próximos doce meses, porcentaje significativamente inferior al 72% registrado el mes pasado”, señala la encuesta.
En cuanto a la exposición de sus carteras, sólo el 66% de los encuestados europeos espera que los productos cíclicos europeos sigan superando a los defensivos, lo que supone un ligero descenso respecto al 73% del mes pasado. Siguiendo la tendencia global, los bancos y las aseguradoras se encuentran entre los cuatro sectores europeos más sobreponderados por el consenso, sólo superados por el tecnológico y el industrial, mientras que el sector de viajes y ocio es el más infraponderado por el consenso, con un 29% neto de inversores que se declaran infraponderados.