Las tensiones políticas en Ucrania y el despliegue de tropas rusas en la península de Crimea han acercado estos días el fantasma de la guerra al este de Europa. Y los mercados reaccionaban con fuertes caídas en los activos regionales y con temor a un contagio no solo a Europa, sino también a los mercados emergentes y de todo el mundo.
De hecho, la tensión entre Rusia y Ucrania viene afectando a los mercados de forma muy negativa en los últimos días, situando las bolsas europeas en terreno negativo, hundiendo la bolsa de Moscú y el rublo, obligando al Banco Central de Rusia a reaccionar para frenar su depreciación en medio del conflicto, con subidas de tipos desde el 5,5% al 7%. La combinación del conflicto en el este de Europa, unido a unos flojos datos económicos en China provocaron el incremento de la demanda de activos con menos riesgo en los últimos días (con refugios en el yen, el franco suizo o el oro). Pero esa situación podría calmarse.
Según las últimas informaciones, el ejercito de Rusia ha terminado su ejercicio militar y Vladimir Putin parece haber suavizado su postura, diciendo que no considera la anexión de Crimea a su territorio, si bien en la práctica tiene el control. Incluso aunque las tropas rusas estacionadas en la península de Crimea se mantengan en la región, esas declaraciones parecen haber calmado a los mercados. Maarten-Jan Bakkum, estratega senior de mercados emergentes de ING Investment Management, considera que habrá una solución política, pues tanto Rusia como Occidente perderían mucho si se produjera un conflicto militar, aunque también teme la reacción de Ucrania ante una intervención rusa, lo que podría desencadenar una Guerra civil. “Los intereses económicos son tan fuertes que nadie se beneficiaría de la situación. Espero que los politicos sean pragmáticos y se esfuercen por controlar la situación tan pronto como sea posible”.
Desde UBP también esperan una situación diplomática. “No esperamos una gran escalada de la situación sobre el terreno”, dice Zsolt Papp, economista especializado en mercados y renta fija emergente de la gestora, pero cree que el reto en estas situaciones es diferenciar las noticias reales del ruido político y militar. Coincide con ING IM en que a la UE y la OTAN no les interesa una escalada del conflicto y por eso confía en que la UE, EE.UU, y Rusia alcancen un acuerdo en forma de un paquete de ayudas y crédito para Ucrania. De ahí que no recomiende vender deuda del país, aunque no descarta alguna forma de reestructuración en el medio y largo plazo. Eso sí, si hay una escalada militar, en forma de una entrada de Ucrania en Crimea o de Rusia en el este de Ucrania, sería un cambio fundamental que modificaría su visión.
Mark Burgess, director de Inversiones de Threadneedle, asegura que hasta ahora la crisis se ha limitado a los mercados emergentes de deuda, renta variable y materias primas. “En los demás mercados, la deuda con grado de inversión y high yield apenas se han movido por la crisis en Ucrania. Las divisas, aparte de la región afectada, la han ignorado. La renta varabie y fija del mundo desarrollado han reaccionado a otros factores como las implicaciones de la fortaleza de la libra para la renta variable británica, el tiempo severo en EEUU y los resultados corporativos más débiles de lo esperado en Europa”, explica. Por eso, cree que los mercados no esperan una mayor intervención o acción de Rusia en Ucrania.
Desde Robeco, su economista jefe Léon Cornelissen y Frank Reynaerts, jefe de cartera de deuda emergente, comentan que el impacto de la crisis de Ucrania todavía es limitado, consideran que la escalada de la crisis es poco probable (el boycott no interesa ni a Rusia ni a Europa) y mantienen tal cual su estrategia de inversión.
Cautela a corto plazo
En general, asesores y expertos gestores no consideran que el conflicto pueda extenderse de forma sistémica a los mercados mundiales, aunque sí mantienen la cautela en el corto plazo ante potenciales reacciones, sobre todo si se produce una escalada de la violencia. “Crimea es una región estratégica por la que pasa el 80% del gas ruso destinado a Europa y un agravamiento del conflicto pasaría por el empeoramiento de los lazos económicos y políticos entre las principales potencias de Occidente y Rusia. Esto podría provocar un shock en los mercados en el corto plazo, suponiendo que se resuelvan las tensiones por la vía diplomática entre las principales potencias del mundo”, comentan desde el Departamento Macroeconómico de Aspain 11 Asesores Financieros EAFI.
Maarten-Jan Bakkum también advierte de que, “si hay una escalada de la violencia, habría un impacto en Occidente, debido al aumento de los precios del petróleo y el gas”, en la medida en que Rusia es un jugador clave en el mercado energético y su exportación de gas pasando por Ucrania. El gestor señala especialmente a Alemania y Holanda, que tienen “grandes intereses en Rusia”. Como consecuencia de esta situación de encarecimiento de la energía, el peligro está en que pueda poner en peligro la recuperación económica mundial, aunque ése sería su peor escenario.
Desde Deutsche Bank recuerdan que la crisis ha introducido riesgos para los mercados de materias primas debido a que el 60% de las exportaciones de Ucrania se centran en commodities. “Europa es dependiente del gas ruso en un 30% y el 50% de esas importaciones llega a través de Ucrania”, dicen en un reciente informe. Ucrania también es un productor agrícola y cualquier interrupción de las exportaciones podría producir desequilibrios globales en mercados como el maíz (es el tercer mayor exportador mundial tras EE.UU. y Brasil) o el trigo (el sexto del mundo).
Sin contagio extremo
Pero, en general, los gestores no creen que el conflicto tenga potencial de contagio a gran escala. Sandra Crowl, miembro del Comité de Inversión de Carmignac Gestion, reconocía en un encuentro con periodistas que el conflicto tendrá implicaciones regionales pero negó que fuera sistémico para Europa. Por eso, y aunque con la cautela como consigna, empiezan a surgir voces que aconsejan aprovechar las correcciones para realizar compras en renta variable.
“Sin menospreciar los movimientos militares que está llevando a cabo Rusia en la región”, en la EAFI Aspain 11 consideran que las expectativas sobre la evolución de los mercados y la mejora de las perspectivas económicas siguen inalteradas. “Debemos tener en cuenta que Ucrania está considerado como un mercado frontera y representa cerca del 1,5% del PIB de toda la eurozona”.
Por eso siguen con su estrategia, positivos en renta variable de Europa y Japón, y neutrales en EEUU, y aseguran que lo ocurrido podría dar alas para invertir a precios atractivos. “Debemos ser prudentes a la hora de realizar compras en renta variable estos días pero también podríamos aprovechar estas caídas para comprar a mejores precios una vez se conozca el desenlace entre Rusia y Ucrania”. También Francisco García Paramés, director general de Bestinver, reconocía en su evento anual que su postura consiste en aprovechar potenciales crisis como la de Ucrania o los emergentes para comprar a precios interesantes y reinvertir sus posiciones en liquidez.
Aunque esas correcciones servirían más bien para tomar posiciones en mercados desarrollados o emergentes, y no necesariamente en Rusia. “Para invertir en Rusia hay que mirar más allá de esta crisis: aún tiene superávit por cuenta corriente y los precios del petróleo y gas son relativamente estables pero los inversores no deberían considerar invertir en el país demasiado en serio en estos momentos; es aún demasiado pronto”, dicen en ING IM.