La evaluación que el pasado domingo pasaron los bancos europeos ha dejado a los gestores sorprendidos positivamente, con resultados más robustos de lo esperado y un sector que muestra que tiene provisiones suficientes (o que está a las puertas) para afrontar un escenario adverso. Por eso, los gestores creen que los resultados proporcionan dinamismo en los mercados, al menos a corto plazo, y restauran en parte la confianza en el sector. Y hacen una crítica a los reguladores, para que miren adelante y planteen unos requisitos adecuados para permitir al sector recuperar la rentabilidad e impulsar la economía de la eurozona mediante la restauración del crédito.
“El aspecto más destacable de la profunda revisión de la adecuación del capital del sistema bancario europeo es la poca cantidad de comentarios que ha generado con anterioridad a la publicación de los resultados. Que solo 25 de los 130 mayores bancos europeos necesitarían más capital en un escenario de estrés económico es, ciertamente, un resultado mucho más robusto del que muchos habrían anticipado hace dos años, cuando la preocupación sobre la fragilidad europea estaba en su más alto nivel. Desde entonces hemos visto un colapso de los costes de financiación, una mejora de los márgenes netos de interés y, en algunas economías, indicaciones de que las provisiones históricas sobre activos «tóxicos» pueden, al final, mostrarse como excesivamente prudentes”, comenta Paras Anand, director de renta variable europea en Fidelity Worldwide Investment.
Por eso, el reto del sector financiero europeo, superadas las dudas, se equipara ahora con el de cualquier otro sistema financiero: acoplar a los clientes que necesitan crédito y aquellos a los que los bancos están dispuestos a prestar. “Será complicado para el sistema financiero jugar el papel que históricamente ha realizado para apoyar la recuperación económica”, dice. Anand considera que tanto los equipos directivos de los bancos como aquellos que los regulan “necesitan dejar de mirar hacia atrás y hacerlo hacia delante para empujar la economía de la Eurozona en la dirección correcta”.
“Si hubieran fallado demasiados bancos, todo el sistema europeo se hubiera cuestionado”, pero no ha sido así, aunque entre los que fallaron hay algunos alemanes, como Münchener Hypothekenbank, comenta Christian Dubs, analista de Renta Fija de Julius Baer. Considera que en general los test no han sido tan creíbles como podrían haber sido pero a pesar de eso, restaurarán algo de confianza en el sector, aunque aún hay retos por delante como la transmisión del crédito.
Para Patrick Moonen, estratega senior de Multiactivos de ING IM, los resultados han estado en línea con lo esperado: han aprobado la mayoría de bancos excepto algunas entidades más pequeñas en países “sospechosos”, y el capital que ha de ser captado en los próximos nueve meses, de unos 9.000 millones, no es demasiado como para asustar a los inversores. “Este test elimina gran parte de la incertidumbre con respecto a la calidad de los activos bancarios y restaura la confianza en el sector”, lo que llevará, dice, a mayores valoraciones de los bancos. Con todo, apela a no olvidar que el crecimiento y la rentabilidad del sector será menor que en el pasado.
Didier Van De Veire, responsable de renta variable europea de Petercam, es más exigente y cree que, tras el alivio inicial, la pregunta clave es si este ejercicio restaura la disposición de los bancos para prestar, ahora que sienten menos presiones en su capital. “Es la cuestión clave no solo para los bancos europeos, sino también para la la economía europea”. Garrett Walsh, director de Renta Fija Corporativa Europea de Pioneer Investments, considera que los suspensos son pequeños y que no hay grandes shocks. “En última instancia, un ejercicio de este calado ayudará a restaurar la confianza en el sector y esperamos que crezca la propensión de los bancos al crédito. La disponibilidad del crédito debería aumentar, especialmente en algunos países periféricos”.
Justin Bisseker, analista de banca europea en Schroders, también hace balance positivo: aunque algunos bancos no han llegado al nivel de provisiones deseadas, en casi todos las cantidades son muy manejables y pueden argumentar que sus provisiones son suficientes (de hecho, muchas pueden haberse contabilizado en 2014). Así, «para la gran mayoría del sector, hemos superado un hito importante. Muchos de los bancos cotizados deberían ser capaces de empezar a registrar un crecimiento sostenido del valor contable y unas rentabilidades por dividendo atractivas que ofrecer a su accionariado”. Y también hace una crítica a los reguladores, que también deberían preguntarse cuánto capital realmente necesitan los bancos. “Con la abrumadora mayoría del sector cotizado preparada más que de sobra para superar una situación adversa, incluso en su versión de carga plena, se podría esperar que los reguladores puedan mirar hacia unos requisitos reglamentarios sensatos que permitan a los bancos obtener rentabilidades suficientes para atraer el capital de los inversores y aupar plenamente una recuperación macroeconómica en Europa”.
Chris Bullock, gestor de Henderson GI, considera que el examen “no ha arrojado grandes sorpresas”, tampoco negativas, y que los mercados deberían centrarse ahora “en el potencial que ofrece un nivel de oferta considerable».“Los resultados de las pruebas de solvencia y de calidad de los activos del sector bancario proporcionan dinamismo a corto plazo a los mercados, ante la ausencia de sorpresas negativas derivadas de un análisis tan exhaustivo. La modesta necesidad de capital adicional que ha identificado el análisis reduce el riesgo de dilución; algo positivo para la renta variable aunque podría no impulsar nuevas mejoras de los fundamentales en los balances de los bancos. A partir de ahora, el mercado de deuda corporativa debería centrarse en la oferta y, en concreto, en las propuestas del próximo mes sobre los requisitos totales de capital para la absorción de pérdidas (TLAC). Mientras esperamos la decisión definitiva, este contexto podría impulsar de forma notable la oferta de deuda bancaria subordinada en los próximos años”.
Patrick Lemmens’, Senior Portfolio Manager de Robeco, valora los datos comparables sobre la calidad del sector que estos test han proporcionado –lo que abren la posibilidad a hacer “diferencias en las valoraciones”- y la pequeña cantidad de capital que necesita ser captada. Con respecto a la reacción de los mercados, considera que habrá un rally de alivio de corto plazo seguido por una toma de beneficios en la medida en que aún hay dudas. Con todo, ante las bajas perspectivas de crecimiento a largo plazo y ante el hecho de que los test no serán significativos para abrir la puerta al crédito, infrapondera el sector. “Las ventas de los últimos días serán buenas oportunidades de compra si los inversores creen en un re-rating en el medio-largo plazo”.
Matthew Williams, analista del sector financiero de Carmignac, cree que en general los resultados son positivos para el sector aunque no cree que sea un cambio sustancial. “En general, las previsiones para el sector han de considerarse a la luz de las diversas acciones regulatorias, los cambios políticos del BCE y sus medidas convencionales y no convencionales, las valoraciones y la progresión de los fundamentales en 2015”, afirma.
«El ejercicio ha sido creíble”, comenta Alain Dupuis, gestor del fondo Oddo European Banks, y destaca la sorpresa de que no haya bancos españoles ni griegos entre los suspensos. Uriel Saragusti, analista de crédito de Financiere de l’Echiquier, cree que los test han sido positivos para los inversores, puesto que son lo suficiente creíbles para restaurar la confianza en el sector y ofrecer luz para eliminar la posibilidad de riesgo sistémico. “El sector ha batido las expectativas y ha probado ser resistente para soportar otro revés en la economía europea”. Por eso cree que es un buen momento para seguir invirtiendo en deuda subordinada de los campeones de Francia, España e Italia, aunque sigue cauteloso con los bonos convertibles.
Ganadores y perdedores
Según Petercam, en general los bancos domésticos británicos son los perdedores relativos (aunque los test de estrés allí aún están por llegar) mientras los españoles lo han hecho major de lo esperado. Para Neil Williamson, coresponsable de Análisis de Crédito en Aberdeen AM, el gran perdedor es el italiano Monte dei Paschi, y los mercados reaccionarán en consecuencia. “Muchos estarán sorprendidos por cómo los alemanes han salido del ejercicio y otros sobre los que pesaban dudas. El éxito del ejercicio ha estado en que ha forzado a los bancos a captar capital antes de que se produjera y ahora podemos estar más confiados con respect a su resistencia en futuras crisis”. Pero es difícil ver si esto incrementará los préstamos, “la parte de un puzzle mucho mayor por resolver”. “Los bancos españoles han salido razonablemente bien de los test aunque hay que hacer algunos ajustes en los activos malos”, dice Robeco.
Julien de Saussure, gestor del fondo EdR Signatures Financial Bonds en Edmond de Rothschild AM, explica que los bancos nórdicos son los mejor capitalizados y que los más débiles, aparte de en Grecia y Chipre, están en Portugal e Italia. Pero los españoles están mejor que la media mientras el sector en Alemania parece “débil”, con el mayor número de entidades cercanas al suspenso.
Algunas lagunas
Los resultados de los test de estrés han dejado algunas lagunas en las áreas clave de riesgo, tales como el riesgo de litigios y de valoración de inconsistencias, que han sido excluidos del ámbito de aplicación del AQR, según estima el director de Política de Información financiera de CFA Institute, Vincent Papa. Además, añade, no ha existido un informe pormenorizado específico por bancos sobre los resultados de la revisión cualitativa de sus políticas y procesos. «Dicho esto, debemos conceder un guiño de aprobación al BCE en esta fase inicial dada la transparencia y la completa información de la AQR y las pruebas de estrés”. Dice que es un paso en la dirección correcta, “y es un buen augurio si la supervisión global puede favorecer la presentación de informes más consistentes”.