Termina el año y lo hace con los gestores globales manteniendo el optimismo que fueron recuperando en estos meses. La última encuesta de BofA, que corresponde a diciembre, muestra que mantienen el sentimiento más positivo desde enero de 2022. En consecuencia, el nivel de efectivo cae al 4,5% frente al 4,7% del mes pasado, situándose en mínimos de hace dos años.
“Nuestra medida más amplia del sentimiento de los FMS, basada en las posiciones de efectivo, la asignación de acciones y las expectativas de crecimiento económico, subió a 3,4% desde 2,5%. Tras el FMS de diciembre, el indicador BofA de alcistas y bajistas se mantiene en 4,7%”, indica la entidad en los resultados de su encuesta.
En cuanto a las expectativas de crecimiento, estas siguen siendo pesimistas, pero mejoraron en diciembre respecto a noviembre, pasando del 57% neto al 50% neto que espera una economía más débil. De hecho, el 66% prevén un aterrizaje “suave” o “nulo”, mientras que un 23% espera un “aterrizaje duro”. Justamente, entre los principales riesgos, los gestores encuestados consideran que ese “aterrizaje duro” es el principal riesgo de cola para el próximo año. A estos riesgos se suman, por orden, que la inflación siga siendo elevada y obligue a que los bancos centrales mantengan una posición agresiva; un empeoramiento de la geopolítica; que se produzca un evento de crédito sistémico; las elecciones en EE.UU. del próximo año; y una crisis bancaria en China.
“El sector inmobiliario chino es ahora la fuente más probable de un evento crediticio sistémico, con un 29% (frente al 18%), en sustitución del sector inmobiliario comercial estadounidense (que pasa del 35% al 25%). Aumenta el porcentaje de inversores que consideran que la banca en la sombra estadounidense (por ejemplo, el crédito privado) es la fuente más probable de un evento crediticio (del 21% al 24%)”, señala la encuesta.
Por último, cuando se les preguntó sobre el momento de la recesión para la economía de EE.UU., el 36% dijo que no espera recesión alguna en los próximos 12 meses, mientras que el 32% espera que EE.UU. entre en recesión en el segundo trimestre de 24. Además, las perspectivas de beneficios también mejoraron y pasaron del 36% al 26%, en cambio, se espera un deterioro de los beneficios globales.
Otros dos datos relevantes que muestra la encuesta son que 8 de cada 10 esperan una menor inflación y el 89% afirma que los tipos a corto plazo bajarán en los próximos 12 meses, la mayor cifra registrada. Así pues, el 91% de los inversores del FMS cree que la Fed ha terminado su ciclo de subidas de tipos.
Posicionamiento de las carteras
Con este optimismo y visión macro, los gestores sobreponderan la renta variable en relación con el efectivo desde enero de 2022. “La asignación de efectivo cae al 3%, siendo la menor desde abril de 2021, y 15 p.p. menos intermensual, representando el mayor descenso mensual desde las elecciones de EE.UU. en noviembre de 2020. “La asignación a renta variable aumenta hasta el 15% neto (la mayor desde febrero de 2022), 13 p.p. más intermensual (mayor mensual desde noviembre del 2022)”, indica la encuesta.
En general, en diciembre, los inversores en FMS rotaron hacia acciones, bancos, zona euro, industriales y materiales, y abandonaron efectivo, materias primas, energía, Japón y REITs.
Respecto a la renta fija, los gestores siguen apostando por los bonos, activo que experimenta la mayor sobreponderación desde marzo de 2009. Es más, el 45% considera que será el activo que “mejor rinda” en 2024. Esta visión tiene mucho que ver con su visión sobre los posibles cortes de tipos que la Fed iniciará en 2024. Por eso, al ser preguntados por qué activo se beneficiará de una posible bajada, el 26% afirma que “los bonos del Tesoro estadounidense a largo plazo a 30 años”, mientras que el 20% apunta a “tecnología de larga duración (por ejemplo, biotecnología, renovables).