Según la encuesta anual European Asset Allocation 2021, elaborada por Mercer y que aborda las tendencias en asignación de activos de fondos de pensiones europeos, los inversores se están refugiando en activos alternativos frente a la renta variable. Ademas, su principal objetivo es diversificar las carteras, protegerse de la volatilidad de los mercados y obtener retornos derivados de las mayores expectativas de inflación.
Si bien la rentabilidad media de 2020 acabó siendo positiva, tendencia que parece continuar en 2021, existe una dispersión significativa en la rentabilidad de los fondos de inversión con niveles de riesgo muy similares. La explicación, según señalan desde Mercer Investments radica en las estrategias de inversión, aquellas con estrategias más diversificadas globalmente, se demuestran más robustas en el medio plazo y ante momentos de volatilidad.
Según el estudio, «muchos de los inversores en prestación definida buscan diversificar mediante alternativos (del 18% al 20%) tales como renta fija de crecimiento, capital riesgo o activos inmobiliarios. Además, afirma que la mayoría de los inversores (53%) planean actuar en materia de buen gobierno; una lección que han aprendido durante la pandemia y que les ha conducido a revisar su estrategia de inversión, sus mandatos de gestión o sus planes de gobernanza. No obstante, más de un tercio (38%) no planea realizar ningún cambio en su planificación de gobernanza, a pesar de la situación provocada por la pandemia».
Apuesta por la sostenibilidad
Uno de cada cuatro inversores ha incluido los criterios ESG en sus portfolios de inversión, con un crecimiento del 20% interanual (del 6% en 2020 al 26% en 2021).
«En este sentido, el estudio destaca cómo los inversores institucionales han aumentado el foco en factores de impacto social y el 27% ya tiene en cuenta aspectos como los derechos humanos y laborales. No obstante, el medio ambiente también es una prioridad y el 24% de los propietarios de activos planea ampliar su peso en la construcción de la cartera, con especial atención a aspectos de biodiversidad y patrimonio natural. Además, el sondeo realizado por Mercer apunta a una transición de los inversores, desde posiciones reactivas a posiciones mucho más proactivas; apenas dos tercios (67%) de los inversores
-en comparación con el 85% del año pasado- actúan movidos por un mandato regulatorio, sino que lo hacen por los riesgos que entraña para sus inversiones el no incorporar estos factores ambientales, sociales y de buen gobierno», apunta Cristina San Juan, directora y socia de Mercer Investments.
El caso de España
El 92% de los fondos españoles integran los riesgos ESG en sus valoraciones. No obstante, la prioridad continúa siendo los factores ambientales. En lo referido a la configuración de carteras, integra un 32% de renta variable, un 44% de inversión en bonos y un 17% en alternativos (15% en 2019), con una pequeña proporción en inmobiliario y en cash.
Dentro de la asignación de renta variable, predomina la inversión en mercados desarrollados (83%), con una mínima inversión en emergentes del 13%, apenas un 1% en small caps y un 2% en renta de baja volatilidad. En lo respecta a la inversión en bonos, casi dos tercios (62%) se centra en deuda soberana, mientras que el 38% lo hace en deuda privada. Mientras, la inversión en alternativos se centra en renta fija de crecimiento (61%) e incorpora private equity (11%), real assets (16%) y hedge funds (12%) en menor proporción.