Los inversores en renta fija que deseen protegerse de las subidas de tipos en 2017 deberían tener en cuenta las limitaciones de los fondos de crédito de corta duración antes de invertir en ellos.
Es la advertencia que lanzan desde Kames Capital ante la posibilidad de que la Reserva Federal estadounidense aumente sus tipos de interés en hasta tres cuartos de punto este año, una perspectiva que ha llevado a los inversores a intentar minimizar las potenciales pérdidas de capital mediante estrategias menos sensibles a los tipos de interés, como los fondos de bonos ‘short duration’.
Como señala Adrian Hull, especialista sénior en inversiones en renta fija en la casa escocesa, la mayoría de los inversores saben que estos fondos no eliminan completamente el riesgo de duración pero hay muchos (sobre todo entre quienes usan estos fondos como sustituto del efectivo) que no son conscientes de su grado de exposición a las subidas de tipos.
«Aunque los fondos de crédito de corta duración están menos expuestos a los mercados de tipos de interés que los fondos con duraciones más largas, no están exentos de riesgo», explica. «Los mercados descuentan que las medidas de estímulo fiscal previstas generarán inflación y elevarán los tipos de interés de EE. UU. entre un 0,50% y un 0,75% en 2017, un movimiento al que también estarán expuestos los fondos de bonos de corta duración».
Tesoro estadounidense a tres años
Según el experto, los títulos del Tesoro estadounidense a tres años, tan habituales en las carteras de los fondos short duration, sufrirían una pérdida de capital cercana al 1,5% si las tires aumentasen un 0,5% por una subida equivalente de los tipos de interés de la Fed.
«Las tires de los valores del Tesoro a tres años se duplicaron tras la subida de tipos del cuarto trimestre de 2016, lo que probablemente generó pérdidas entre muchos de estos fondos», asegura. «Teniendo en cuenta que los mercados esperan otras dos o tres subidas de tipos este año, cabe preguntarse si los inversores no harían mejor en intentar cubrir esa exposición a la volatilidad de los tipos de interés».
En opinión de Hull, los fondos de rentabilidad absoluta en renta fija que intentan beneficiarse de unos tipos de interés más altos están mejor preparados para enfrentarse a los riesgos inherentes a las estrategias de bonos de corta duración.
«En una cartera de rentabilidad absoluta, las subidas de tipos pueden generar oportunidades en la curva de rendimientos que permitan compensar las minusvalías. Por ejemplo, el Absolute Return Bond Global Fund de Kames invierte en bonos corporativos a corto plazo de alta calidad pero también emplea instrumentos derivados y monetarios globales para implementar estrategias de cobertura o de pair trading que protejan la cartera en diferentes entornos de mercado».
Neutralizar reacción del mercado
El fondo, que suele gestionarse con una duración de entre cero y un año, demostró que este enfoque permite reducir la volatilidad y la correlación con los mercados de tipos en interés tras la victoria electoral de Donald Trump en noviembre de 2016. Mientras que los fondos de bonos short duration sufrieron pérdidas de diversa magnitud como consecuencia de su direccionalidad, el fondo de Kames neutralizó los efectos de la reacción del mercado y generó una rentabilidad positiva.
«La incertidumbre política fue un factor dominante en 2016 y es muy probable que los acontecimientos de este año vuelvan a incidir en el riesgo de crédito», asegura Hull. «Los inversores se enfrentan a varios procesos electorales en Europa (incluidos los de Francia y Alemania), a las medidas que pueda poner en práctica el presidente Trump y a las negociaciones para la salida del Reino Unido de la Unión Europea».
«Puede que sea un buen año para los productos de diferenciales pero, en este entorno, es probable que persista la volatilidad del mercado. Los fondos de crédito de corta duración se beneficiarán parcialmente pero quizás no ofrezcan la protección a la que aspiran los inversores», concluye el gestor.